¿En qué momento y por qué decidió que quería formarse como ingeniero de sistemas?
Fue en la época que estaba en el liceo; ahí recién arrancaba el mundo de la computación a comienzos de los 80. Me acuerdo de que fue una persona a hablar a la clase sobre las computadoras y que se venía toda esa tecnología que era el futuro. Me llamó mucho la atención, participé de un par de cursos y de a poco me fui dando cuenta de que iba a tener un buen campo laboral. Siempre me gustó más la parte de las ciencias, sobre todo las matemáticas, la física, y de alguna forma cuadraba en cómo yo me veía en mi vida profesional.
¿Se esperaba estar 30 años en la misma empresa?
No. En aquel momento entré a IBM por una pasantía. Era una de las empresas de tecnología más importantes del mundo, era algo que todo ingeniero de sistemas ansiaba pero uno no se proyectaba tanto tiempo. Después la vida me fue dando distintas oportunidades dentro de la empresa y las fui tomando. Estuve muchos años fuera del país y esos retos me fueron entusiasmando. Mi esposa, mis hijos, todos me acompañaron en esa vida donde había que cambiar de ambientes. Eso hizo que estuviera 30 años espectaculares en IBM, que disfruté un montón tanto profesional como personalmente.
¿Qué aprendizajes se llevó de ese tiempo?
Muchas cosas, sobre todo el adaptarse a momentos distintos, sociedades distintas, insertarse en países donde uno llegaba como un foráneo y eso era bastante complejo para toda la familia. Me tocó estar en muchos mercados en diversos continentes, en América, Europa, Asia y África. Eso te da un bagaje de conocimiento y aprendizaje enorme en cada cultura.
Llegó a practicar fútbol varios años y competir…
Sí, jugué en Nacional Universitario durante muchos años. En el año 1997 yo estaba trabajando en Argentina y la condición que le puse a IBM fue que los jueves yo me viniera para poder entrenar y jugar el domingo. Ese fue el último año que pude jugar porque después me fui a Chile y era imposible. Fue complicado cortar con una actividad que hice durante quince años y mucha dedicación. Después de ahí no jugué más al fútbol, fue un corte bastante abrupto.
Nacional es el primer club criollo de América y está inspirado en el artiguismo ¿Cómo se relaciona con esa historia?
Atraen muchas cosas en ese sentido. Es un club que a lo largo de la historia del fútbol uruguayo ha estado presente en momentos muy particulares, en los primeros campeonatos del 24 y el 28. Es un club muy identificado con Uruguay y sus orígenes criollos, situado donde estamos ahora, en lo que fue la Quinta de la Paraguaya.
Además basta con ir acá abajo y ver la cantidad de copas que tenemos; es el club más laureado de Uruguay y esas son cosas que te llenan de orgullo. Cuando te toca estar trabajando para el club te sentís con una energía especial porque más allá de que es muy complejo, se sacan energías de donde uno no las tiene para aportar ese granito de arena y que Nacional siga adelante y sea cada vez más grande.
¿Qué le hizo dar el paso para competir por la presidencia de Nacional?
Creo que fue el momento del club, que estaba atravesando una situación complicada en lo económico y financiero. Siempre pensé que le podía aportar al club todo lo que había aprendido. Lo hablé con algunos amigos que no son del mundo del fútbol pero también tienen una experiencia muy fuerte en el área empresarial y las finanzas y conformamos un equipo de personas que le podían dar a Nacional lo que necesitaba.
Antes de las elecciones usted planteaba justamente la importancia de sanear los problemas económicos del club. ¿Con qué situación se encontró al asumir?
Con una situación muy compleja, un pasivo muy grande, varios proyectos y emprendimientos que habían sido abandonados o cortados como el caso del Parque Central. También varias líneas de deuda complicadas, difíciles de manejar y que necesitaban realmente de un grupo de personas que le pusieran muchísima cabeza para ver de qué manera podíamos acompasar esa realidad con lo que Nacional necesitaba para el futuro.
A un año de haber asumido creo que tenemos un balance positivo. Hay muchos temas todavía por resolver pero varios se han encaminado.
Tenemos un club que claramente sabe dónde está parado. Hemos enfrentado muchos de estos problemas con muy fuertes renegociaciones y establecido estructuralmente en el club una forma de funcionar que es algo muy importante para cualquier empresa. Mucha gente dice que el fútbol es distinto, pero no lo es, es un negocio. Como toda empresa tiene que tener una base fundacional para poder funcionar, funcionarios de primer nivel a los que se les pague como se hace en el mercado y eso es lo que estamos haciendo.
Hoy Nacional está ordenado, tiene un presupuesto equilibrado. El año que viene esperamos tener el aire suficiente para poder invertir en áreas necesarias para el club. Ahora recomenzamos las obras del Parque Central, tenemos un proyecto para hacer un club social, estamos invirtiendo en la ciudad deportiva de Nacional que se llama Los Céspedes, donde se genera nuestra “materia prima” que son los jugadores jóvenes, que para mí son el principal patrimonio que tiene el club.
Cuando usted asumió, una de las medidas que se tomaron fue no renovar el contrato a 13 de los jugadores del plantel del año anterior. ¿Cómo procesó eso el club al verse limitado para invertir en jugadores? ¿Cómo cree que reaccionaron los hinchas?
Creo que hubo una buena reacción. Si hay algo que esos 30 años de experiencia me enseñaron en IBM, donde me enfrenté a situaciones similares, fue que la comunicación es todo. Cuando uno se enfrenta al socio, le explica, le muestra los números y la realidad del club, cualquiera tomaría la misma decisión, más allá de que en el fútbol existe ese componente de pasión que uno lo tiene que manejar porque siempre genera discusión.
También tuvimos que hacer subas de cuotas sociales y reestructuras para bajar presupuestos, donde estamos siendo muy estrictos. Son noticias que a mucha gente no le gusta escuchar pero son realidades que tenés que tratar. Si esas decisiones no las tomás en los primeros cuatro o cinco meses cuando te toca estar dirigiendo un emprendimiento de estos, después es muy difícil hacerlo.
Una de sus apuestas era potenciar los juveniles. ¿Cómo ha sido ese proceso?
Es un proceso complicado. Nacional viene trabajando en el área de formativas desde hace mucho tiempo con gente muy capacitada que está dedicada al tema. Lo que hicimos nosotros fue potenciar eso y asegurarnos de que los chicos lleguen al plantel de primera división para que tengan su oportunidad de jugar y se valoricen. Nacional tiene 150 chicos en formativas y genera todos los años entre diez y quince deportistas que pueden estar aptos para primera división. Ahora estamos reforzando la infraestructura, con capacitación y nuevos profesionales. Claramente apostamos a tener muy buenas ventas y paliar la situación financiera del club.
¿Cree que el futbol uruguayo es viable económicamente?
Lo es en la medida que se hagan las transformaciones que se tienen que hacer. Estoy convencido de que el fútbol uruguayo tal como está planteado hoy no tiene ninguna viabilidad. Todos los partidos del fútbol uruguayo, salvo algunos contados con los dedos de una mano, son deficitarios. Necesariamente como club hay que clasificar a las copas internacionales para poder tener por lo menos la expectativa de tener algún ingreso adicional. Pero sí creo que se puede hacer del fútbol un negocio rentable con la reestructura que amerita. Tenemos una situación que es única en el mundo: un país de tres millones de habitantes que saca entre 100 y 150 jugadores al mundo todos los años. Muy pocos mercados pueden entender lo que pasa acá y creo que lo tenemos que explotar de mejor manera. Para eso tenemos que hacer la reestructura dentro del fútbol y los clubes tenemos la responsabilidad de liderar eso porque somos los que de alguna forma hacemos que esto exista.
¿Qué función social considera que trae consigo el fútbol?
Nacional por su presencia e importancia en el país tiene una responsabilidad de, a través del deporte, llevar a toda la sociedad los valores que estamos convencidos de que tiene que tener. El deporte es un vehículo muy importante para ello; te enseña a trabajar en equipo, resiliencia, sacrificio, humildad y un montón de cosas que creo que son muy importantes a la hora de que una persona desarrolle su personalidad y después la vuelque a la sociedad. Particularmente en Nacional y en las formativas estamos incorporando profesionales en psicología y neurociencia para que trabajen con los chicos y los ayuden a tener la oportunidad de salir de contextos críticos.
Nuestra ciudad deportiva está ubicada en una zona complicada de Montevideo. Participamos de programas como “Pelota al medio”, que es extraordinario y ya lleva mucho tiempo, dado que hace poco festejamos los 10 años y Nacional fue de los primeros equipos que se incorporó al mismo. Me parece que hay una responsabilidad importante. La nuestra y las futuras dirigencias tienen que asumirlo porque entre todos, a través del fútbol, tenemos que hacer un país mejor.
Mucho nos enfocamos a veces en el tema de la seguridad, que obviamente es crítico para que las familias puedan volver al espectáculo, pero no deja de ser un fiel reflejo de lo que pasa en la sociedad. Cuando uno va a al estadio es un reflejo de la sociedad. Si no hacemos nuestra tarea desde donde nos corresponde estaríamos siendo omisos a nuestra responsabilidad más allá de Nacional, es decir, como ciudadanos.
¿Ve posible que las familias puedan volver a las canchas?
Lo veo totalmente posible. Uno viene al Parque Central y ve muchos chicos, familias y parejas. Nosotros pregonamos eso en Nacional y tenemos que seguir trabajando para que suceda. Hay momentos complicados, el fútbol no escapa a la realidad social, pero creo que es un deporte tan importante para los uruguayos que tenemos que hacer un esfuerzo adicional para que sea un ambiente para que todos se acerquen.
¿Cómo es la relación con Peñarol?
Nosotros tenemos una muy buena relación institucional con Peñarol. Somos conscientes de que entre los dos tenemos que liderar el cambio en el fútbol uruguayo. Como siempre hablamos con su presidente, Jorge Barrera, adentro de la cancha yo les quiero ganar, pero afuera tenemos que estar trabajando en conjunto para que todas estas cosas que como uruguayos queremos que pasen puedan suceder. No nos podemos dar el lujo de no hacerlo en conjunto.
¿Qué le gustaría concretar en su pasaje por la presidencia de Nacional?
Me gustaría que quede un club estructurado, con procesos, con tecnología, que sepa lo que quiere hacer a futuro, con la capacidad de generar una estrategia y por sobre todas las cosas que siga respaldándose en los valores que Nacional ha tenido desde sus comienzos. Y también que de alguna manera este cambio entusiasme a las nuevas generaciones, que se involucren en Nacional y en el fútbol con el solo ánimo de trabajar para el club y hacerlo cada vez más grande. Más allá de concretar alguna de las obras que habían quedado truncas, creo que lo que decía antes es lo más importante.
Nacional, el primer club criollo
“Nacional es concebido en los fogones saravistas del 97, que veían llegar tropas y cañones enemigos en los trenes ingleses. Y sale a luz arrullado por el clamor popular, liderado por estudiantes de distintas divisas políticas, con la finalidad de terminar la hegemonía extranjera en el fútbol. Por eso el 14/5/1899, es el Grito de Asencio de los orientales futboleros, y como identificación, además del nombre Nacional, le ponen los colores Artiguistas.
En 1903 el campeonato termina empatado entre Nacional y el CURCC, pero se suspende por la patriada de Aparicio. Los Céspedes y Pigni a Buenos Aires, para evitar la leva del gobierno, y tener que pelear contra su propia gente. Rincón y otros a filas saravistas y mi tío abuelo Lalo de Castro y otro a filas coloradas. Los del CURCC no tenían problemas, porque estaban exentos de la leva militar. En esas condiciones, y ante la presión inglesa, se fija la final para el 28/8/904, en umbrales de Masoller. Se crea tal conmoción pública, que Batlle no tiene más remedio que indultar a los albos. En tiempos de planteles justos, ante una multitud que desbordó la cancha del Albion, Nacional entra con ocho jugadores. Pero a lomo de postas aladas llegan los Céspedes, hacen tres goles revirtiendo un 0-2 y ante el delirio popular el club criollo otra vez Campeón. Sin duda que los años 1903-1904 marcan a fuego la idiosincrasia oriental hasta nuestros días”.
Guillermo Seré Marques
Pedro Manini Ríos y la fundación de Nacional
“Pedro Manini Ríos, fundador de Nacional y motor ideológico principal en esa movida de crear un fútbol criollo, es justamente uno de los pocos jóvenes que hace un puente claro y explícito, intentando unir cerebro y músculo, conectando en él mismo la cultura de los universitarios sensibles al sport y la de los literatos que lo despreciaban como algo bajo”
Fragmento de “Del ferrocarril al tango: el estilo del fútbol uruguayo, 1891-1930” de Aldo Mazzucchelli
“El joven más destacado entre aquellos que rodearon a Batlle y Ordoñez en los años que prepararon su ascenso al poder, fue también su colaborador más estrecho en la promoción del fútbol como deporte nacional. La fundación del Club Nacional de Football primero y el impulso dado un cuarto de siglo más tarde, como canciller, para que un combinado celeste compitiese en Colombes, son dos decisiones alimentadas por una lógica común”
Fragmento de diario El Día, en Mazzucchelli (2019)