Nicolás Ávila tiene 32 años y padece parálisis cerebral severa. No cuenta con acceso a trabajo y el Sistema Nacional de Cuidados solamente le cubre cuatro horas de asistencia de una cuidadora que lo atienda. Además, necesita una silla de ruedas postural y a motor. Ante esta situación, escribió un libro que cuenta su experiencia, como forma de poder reunir recursos que mejoren su calidad de vida.
Nicolás Ávila nació cuadripléjico y padece de parálisis cerebral severa. Debido a que sus padres no pudieron hacerse cargo de él, desde los ocho años fue criado en el hogar Correa Rius del barrio Colón, lugar donde vivió hasta el año pasado. Hoy tiene 32 años y reside en Estación Atlántida, en la casa de una señora que conoció a través de la Iglesia.
Ávila impulsa un proyecto que busca ampliar los derechos de las personas con capacidades diferentes: “Buscamos insertar a los chicos en la sociedad uruguaya. Uno de los principales problemas que se encuentran es la sensibilidad. El mundo no está preparado para trabajar con chicos con discapacidad. Faltan fuentes laborales para nosotros”, dijo en conversación con La Mañana.
Pero también promueve realizar cambios en el Sistema Nacional de Cuidados. Para explicarlo puso su ejemplo: “El Sistema Nacional de Cuidados solamente me cubre cuatro horas por día. Para una persona como yo, que soy cuadripléjico, cuatro horas no son nada”, dijo. En su caso, debe pagar a otras personas para que lo asistan el resto del tiempo. “Se me hace muy cuesta arriba”, señaló.
Según informó, nunca pudo trabajar debido a que no logró ser tomado en ninguna empresa. “La ley que prevé la inclusión de chicos con discapacidad solo engloba a personas con discapacidades físicas”, explicó. Es por esto que, durante un tiempo, vendió rifas para poder pagar a cuidadoras que lo ayudaran en su día a día. Hoy recauda el dinero necesario para solventar sus gastos a través del colectivo Abitab N° 114338 “Ayuda a Nico”. “Necesito mucha colaboración. Desde la pandemia la situación económica ha empeorado, la gente ayuda, pero es muy poco”, expresó.
Por ello, Ávila escribió el libro “Destellos de luz”, en el que cuenta su experiencia con la Iglesia y en el que transmite el mensaje de que esta institución “es para todos”. “La Iglesia me ayudó muchísimo”, resumió. El libro se encuentra a la venta a través de su celular: 099 309 658.
La polémica del BPS en la quita de pensiones a personas con discapacidad
Por otra parte, Ávila necesita también una silla de ruedas postural y a motor de forma urgente. “El Banco de Previsión Social (BPS) no me la brinda. Solo me dio una silla, pero no era a motor, que es la que me sirve”, contó. El hecho de que tenga estas características lo favorece en su traslado.
Como informáramos en pasadas ediciones, La Mañana ha recibido múltiples casos de personas con cierto grado de discapacidad a las que el BPS les retiró sus pensiones. El hecho ha generado polémica sobre el criterio aplicado por el organismo (Baremo) a la hora de negar o anular pensiones por discapacidad.
Tal fue el caso publicado de Lucas Caraballo, un joven de 18 años con diagnóstico de parálisis cerebral diplejía espástica que reclama al BPS que se le devuelva la pensión previamente otorgada para poder continuar sus estudios. Por su parte, la diputada cabildante Elsa Capillera informó la existencia de casos similares ocurridos en Algorta, Río Negro.
Consultado por La Mañana al respecto de los casos de quita de pensiones a personas con discapacidad, el presidente del Directorio del Banco de Previsión Social, el Dr. Alfredo Cabrera, señaló: “No podemos transformar en incapaz a una persona capaz”.
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