Días atrás, el expresidente de la Cámara de Turismo fue electo para encabezar la intergremial empresarial. En entrevista con La Mañana, Martínez Escrich sostuvo que mejorar la competitividad es fundamental para una rápida reactivación tras el paso de la pandemia de covid-19, y advirtió sobre el enorme daño que significaría volver a la paralización de la actividad comercial.
¿Cuál es la situación actual de la Confederación de Cámaras Empresariales del Uruguay, en un momento tan especial por el cual atraviesa no solo el país, sino también el mundo?
La Confederación está integrada por 27 socios de todo el país, que van desde la Cámara de Industrias y la Asociación Rural hasta la asociación de bancos. Por lo general, apuntamos a analizar temas estructurales de mediano y largo plazo que sean transversales a todos los sectores en pos del desarrollo social y económico del país.
Por lo tanto, no tenemos un enfoque puntual de temas del momento, más allá de que puedan surgir algunos que afectan a todos los integrantes. Tenemos planteos de temas de fondo, que pueden pasar desde la reforma de la educación, como la mejora en estructura y logística y en la competitividad, tanto local como internacional. A esto agregamos la necesidad de la baja en los costos del Estado y en los costos de producción, poniendo especial énfasis en cómo inciden las tarifas públicas en estos. Ahora agregamos el tema de la reforma de la seguridad social.
¿Cuáles son las principales preocupaciones de fondo hoy?
Para todos son los costos internos y la competitividad. En eso se engloban muchas cosas y no son solo los costos internos de producción, sino también la informalidad y la necesidad de fortalecer las exportaciones. Uruguay es un mercado muy chico y necesita tener exportaciones para generar más empleo e inversión. Por lo tanto, si nos focalizamos, la competitividad es el tema más inmediato que tenemos para encarar y reactivar a las empresas, en un momento de pandemia.
Dentro de la competitividad, ¿cuál es el factor que pesa más?
Es un poco de todo. Por ejemplo, cuando hablamos del precio del dólar, en las exportaciones incide, al igual que los costos internos de producción. Con respecto al tema salarial, tenemos que acompañarlo, porque se trata de recursos humanos y ese es el capital más fuerte que tiene cualquier empresa. Se apunta más a la eficiencia que a este costo.
Lo que se debe encarar es el abatimiento de los costos de producción y los precios hacia el exterior, que no solo abarca el tipo de cambio, también el manejo de la inserción del país a nivel internacional, buscando abatir las trabas arancelarias y paraarancelarias, y las cuotas para muchos productos. Ahí es donde están afectadas varias ramas de la industria nacional.
¿A qué apunta en el plano internacional?
Uruguay, como todo país chico y con pocos habitantes, tiene un mercado reducido y necesita imperiosamente una apertura total en el aspecto comercial. En esa línea todo lo que sean acuerdos multilaterales son bienvenidos y los impulsamos. Estos acuerdos pueden ser de Uruguay con otras naciones, por vía Mercosur o Aladi. En este sentido, mantuvimos una reunión con el secretario general de Aladi, Sergio Abreu y con el canciller Francisco Bustillo.
En el encuentro con el canciller, ¿cuál fue el tema principal que se trató?
La reunión se debió a que, en administraciones anteriores, Uruguay XXI tomaba un rol relevante en el manejo de captación de inversiones y el comercio internacional. El canciller Bustillo resolvió que sea la cancillería a través de su departamento de comercio exterior quién gestione la inserción internacional, los tratados y la promoción del país. El rol de Uruguay XXI será entonces captar inversores y lo que es la promoción y acuerdos bilaterales lo manejará cancillería.
El encuentro también fue para mostrar el interés de la Confederación de que se apruebe el tratado de libre comercio con la Unión Europea y que el Mercosur realice otros tipos de alianzas estratégicas, más allá de los convenios bilaterales, como por ejemplo tiene Chile. En este sentido, Uruguay debería seguir un camino similar, por la necesidad que tenemos de ampliar los mercados. Existe gran receptividad de parte del gobierno y nos consta que se está trabajando en algún tipo de acuerdo y de impulsar el Mercosur y el tratado con Europa, aunque existen dificultades que son políticas por el proteccionismo propio de la Unión Europea. Para nosotros, Uruguay tiene un rol fundamental dentro del Mercosur que es el de articular la unidad frente a un pasado donde existieron desencuentros entre los países.
Antes de asumir este cargo, usted fue presidente de la Cámara de Turismo. ¿Cuál es la perspectiva que ve con respecto a la próxima temporada y el futuro del turismo a nivel mundial?
Es algo muy difícil de predecir porque la situación de la pandemia en Uruguay varía día a día. Cuando se salió en setiembre a promover el turismo interno se generó una reactivación interesante y, por lo menos, el 35% de los operadores se reactivaron. Existió una movilidad hasta el mes de noviembre, con una importante cantidad de reservas para el verano, principalmente de casas con espacios amplios en jardines.
En las últimas semanas surge el problema del aumento en los contagios, y eso es ahora lo que se está evaluando tanto a nivel del gobierno como de los operadores privados, ya que la gente debe sentirse protegida para salir a vacacionar.
¿La temporada no está tan asegurada como podía estar un mes atrás?
Si se llega a perder esta temporada de verano, el sector se desploma totalmente, porque viene de todo un año paralizado. Perder su zafra más alta, significa que habrá que pensar en otro tipo de medidas para el sector, porque si no la mayoría de las empresas van a desaparecer. Si se da marcha atrás, en el marco de una situación más negativa a la de hoy, el impacto no será solo en el turismo, sino en toda la economía del país. Puede existir un gran retroceso porque el tema de la pandemia se trata de confianza por un lado y miedo por el otro.
El sector del turismo se ha mostrado como confiable, ya que el empresariado ha sido responsable en el manejo de los protocolos y no existen focos de coronavirus derivados de esta actividad. Pero por otro lado, está el miedo de la gente de contagiarse.
¿Cómo visualiza el futuro del turismo tras la pandemia?
Este tema hay que tomarlo en su justa dimensión, ya que a veces se ha sobredimensionado. Esto es un problema viral, como existió hace un siglo con la denominada gripe española. En aquel entonces se paralizó Europa y después aparecieron vacunas y hoy día la gente se vacuna contra la gripe y pasó a ser una anécdota. Con esto va a pasar algo similar.
En el futuro tendremos vacunas, el virus va a seguir conviviendo con nosotros y la gente comenzará a movilizarse, sabiendo que será inmune al mismo. Por ende, en el 2021 o 2022 va a existir una reactivación del sector y Uruguay tendrá una gran oportunidad, ya que es visto a nivel mundial como un país responsable, cuidadoso y solidario. Esta será, entonces, una gran oportunidad no solo para el turismo, sino también para las exportaciones en general.
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