Pasaron más de tres años desde el 7 de abril de 2020, cuando un grupo de trabajadores de la salud, profesionales, técnicos, enfermeros y de servicio asistieron a las personas que se encontraban en el crucero Greg Mortimer. Esto fue posible gracias al Ministerio de Salud Pública, Casmu y la emergencia móvil 1727. Uno de los protagonistas, el Dr. Sebastián Yancev, repasó en entrevista con La Mañana los principales logros de aquella jornada.
Sebastián Yancev es el presidente de la Sociedad Uruguaya de Emergencistas, perito forense y especialista en medicina de emergencia. Fue el primero en ingresar al crucero Greg Mortimer en abril de 2020 –los inicios más duros de la pandemia– cuando el barco no tenía quién lo recibiera debido a la cantidad de personas contagiadas que llevaba a bordo y por estar las fronteras cerradas.
La directora general de Coordinación en aquel momento y hoy ministra de Salud Pública, Karina Rando, fue la encargada de la logística de la actividad, que se llevó a cabo en conjunto con profesionales y técnicos de Casmu, la emergencia móvil 1727 y el Hospital Británico.
Yancev tiene siete misiones de paz, por lo que ha sabido representar a Uruguay en numerosos episodios difíciles, por ejemplo, en Congo, Burundi y Haití, pero reconoce la asistencia al Greg Mortimer como uno de sus mayores orgullos. Según el médico, este hecho es una pequeña hoja en la historia del país.
“En retrospectiva puedo decir que lo sucedido nos dejó una gran enseñanza: nosotros debíamos asistir y estar en el trabajo del crucero y eso nos hizo dar cuenta que escribimos una parte importante de la historia de nuestro país y hoy recién podemos empezar a entender la magnitud de lo que sucedió”, explicó. “Aunque la idea siempre fue la asistencia, tanto antes del contacto como después y durante todo el tiempo que nos llevaron las coordinaciones, los hoteles, los corredores sanitarios”.
Según el especialista, tanto al Casmu como a la emergencia móvil 1727 le quedó un gran aprendizaje, un profundo reconocimiento del profesionalismo de ambas instituciones y también la certeza de que muchos lo hicieron por vocación y no por dinero. “Todos trabajamos y queremos nuestros sueldos, sin embargo, había compañeros que se prestaron de forma honoraria. Uno trabaja a cambio de dinero y eso está bien, pero en situaciones como las del crucero sale a la luz una vocación intacta”, sostuvo.
Los trabajadores se dieron cuenta después de que salud física no era el único problema en el crucero, sino la emocional y mental, algo que luego quedó en evidencia como una de las principales consecuencias de la pandemia.
“La primera vez que subimos al barco les dejamos un contacto de Whatsapp a las personas para que se comunicaran por los síntomas”, contó. “Pensábamos que nos contarían si tenían fiebre o si tenían tos, pero en el encierro y por todo lo que estaba pasando, los primeros problemas eran a nivel psicoemocional, porque se sentían solos y querían tener datos sobre su familia”.
Esto llevó a que además del seguimiento médico, rápidamente agregaran psicólogos y psiquiatras a la atención. “Nos dimos cuenta cuáles eran las dimensiones de la pandemia, no se trataba solo de algo biológico, y luego esto quedó demostrado en todo el mundo”, aseguró Yancev.
Reconocimiento a los emergencistas
Previo a la pandemia, la Sociedad de Emergencistas estaba en un trabajo vinculado a reconocer la especialidad. “Ahora seguimos trabajando para que esta especialidad sea mayormente aceptada y reconocida en Uruguay. Es muy importante en el momento de cualquier patología aguda tener a un especialista que sepa estabilizar a la persona para que después se siga el proceso de recuperación o tratamiento. Cuando estamos frente a una persona desestabilizada, ese especialista es el emergencista, es quien está formado para poder hacerlo”, explicó.
Aseguró que el caso del Greg Mortimer les dio un mayor reconocimiento no solo a nivel de la población, sino que también entre los propios colegas y compañeros de trabajo. “Para nosotros eso fue muy importante, saber que estamos y que podemos ayudar”, agregó Yancev.
“Hace poco hemos logrado algunos cambios, se ha reconocido nuestra especialidad que existe en Uruguay ya desde 2004. Una de las cosas que tenemos pendiente y que le hemos entregado por escrito al ministro de Salud saliente, Daniel Salinas, y se lo hemos recordado a la nueva ministra, Karina Rando, es que en la salud y en muchos otros ámbitos hay un “día de”, pero no tenemos un día del emergencista”, señaló el entrevistado.
En ese sentido, entienden que se trata de algo totalmente simbólico y que no modificaría sus fuentes laborales ni salarios, pero tener a nivel de gobierno un día dedicado a ellos es importante. “Implica reconocer nuestra tarea, como sucede en otros países. El crucero nos ayudó en ese camino, a mostrar lo que somos capaces de hacer”, remarcó.
“En mi caso tengo tres hijos y el más grande, Enzo, debió hacer una tarea relacionada al caso del crucero y habló sobre mí, hasta hoy me emociona. Después tuve el reconocimiento de los colegas que me entregaron el premio del Colegio Médico del 2020. Son cosas que quedan. Pero más allá del premio y algunos reconocimientos, la tarea de mi hijo fue lo más importante”, recordó.
El trabajo en equipo lo hizo posible
Yancev expuso que estará siempre agradecido con Raúl Rodríguez, presidente de Casmu y con al doctor Marcelo Gilard –en ese entonces director prehospitalario de la emergencia móvil 1727– por darle la posibilidad de “llevar el liderazgo” en esa situación que le “permitió demostrar los conocimientos adquiridos y las ganas de hacer y de poder ayudar. Van pasando los años, pero la vocación de servicio sigue intacta”, dijo.
“Ya no sé si es una pasión, una manía o un trauma, pero tanto cuando tuve estudiantes de medicina como hoy, en cualquiera sea la charla, siempre resalto el trabajo en equipo. Lo hago porque uno sin el otro no es nada. En nuestro trabajo, la asistencia de pacientes se hace en equipo porque ni el licenciado puede hacer las cosas solo ni tiene el conocimiento del otro”, remarcó el especialista.
El entrevistado señaló que hubo muchas más personas en el trabajo. “Siempre que me preguntan cuento que ese día salí de casa a las 5 de la mañana y que, debido a un montón de idas y vueltas de la operativa, regresé a las 24 horas, pero cuando terminé tenía compañeros auxiliares de servicio esperando que hasta el último de nosotros pasara por todos los procesos de higienización correspondiente. Allí entra el trabajo en equipo que tengo la manía de resaltar, el equipo abarca mucho, no solo los dos o tres que hablamos”.
Un ministerio de escucha abierta
Yancev fue consultado acerca del trabajo coordinado con la actual ministra de Salud Pública y comentó que guardan “una excelente relación” que, por cuestiones de lo que fue la pandemia, trabajaron mucho con ella en equipo, no solo a nivel de la institución Casmu y 1727, sino también con el Ministerio de Salud Pública. “Se trabajó mano a mano, intercambiamos los puntos de vista, posibles soluciones, era un camino no recorrido que cada vuelta de esquina había que ver para dónde seguir, y todo eso se hizo en conjunto”, expuso.
“Guardo un lindo recuerdo del trabajo en equipo con ella y con los integrantes del ministerio”, agregó, “porque escucharon, tuvieron el mérito de oír como todos proponíamos las diferentes soluciones, no solo de hacer. En lo personal y desde la sociedad de emergencia le deseamos que tenga una excelente gestión y obviamente estaremos para lo que precise”.
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