El pasado sábado 29 se celebraron las elecciones para el período 2020-2022 en la Asociación de Magistrados del Uruguay (AMU). Si bien la lista oficialista fue la ganadora, una nueva agrupación que surgió a raíz de fuertes discrepancias con la directiva actual, dio la sorpresa y estuvo muy cerca del triunfo.
El sábado por la mañana se llevó adelante la elección de autoridades en la AMU, mediante votación electrónica y secreta. Por primera vez en la historia de la asociación, que cuenta con 515 socios en actividad, tres listas disputaron la presidencia.
Desde la creación de la AMU en el año 1994 gobernó la histórica Lista 2, hasta 2016, año en el que salió victoriosa la Lista 1. La misma lideró la gestión del gremio durante los períodos 2016-2018 y 2018-2020, y ahora lo hará por tercera vez consecutiva, tras haber ganado las elecciones del pasado sábado con 162 votos, según consignó el diario El Observador.
La segunda lista más votada fue la número 1994, que debutó en esta contienda electoral y alcanzó los 149 votos, quedando a corta distancia de la ganadora. Por su parte, la Lista 2 tuvo el respaldo de 78 socios. Además, hubo 15 votos en blanco.
Según el estatuto de la agremiación, por haberse presentado tres listas, la Comisión Directiva quedará conformada de la siguiente manera: cinco representantes de la que recogió más adhesiones, tres de la que quedó en segundo lugar y uno de la que obtuvo el tercer puesto.
La presidenta electa, perteneciente a la Lista 1, es la ministra del Tribunal de Apelaciones Civil, Cristina Cabrera. La secundará Graciela Gatti como vicepresidenta. También integrarán la directiva la secretaria Xenia Pedrozo, la tesorera Rossana Pose y los vocales Valentina Rivadavia, Alexandra Facal, Javier Gandini, María Alejandra Álvez y Lilián Elhorriburu.
En estas elecciones se dio la inédita particularidad de que se postularon tres mujeres para presidir la AMU. Aparte de Cabrera, se presentó por la Lista 1994 Alexandra Facal, jueza civil, mientras que Lilián Elhorriburu, jueza de familia especializada, fue la candidata de la Lista 2.
Nuevo grupo apunta a modernizar el gremio y fortalecer la descentralización
La debutante Lista 1994, llamada Unión y Pluralidad, surgió a raíz de fuertes discrepancias con la dirigencia de la asociación, presidida por el ministro del Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 1º Turno, Alberto Reyes.
El objetivo principal del novel grupo, que quedó a escasos votos de la agrupación ganadora en una contienda sorpresivamente reñida, era la construcción de un nuevo gremio, “donde todos puedan participar y sentirse en libertad para aportar y proponer ideas”, según reza su programa.
En este sentido, su proyecto de gestión se basaba en “la libertad de expresión del pensamiento y la promoción de un espacio democrático de debate para la adopción de decisiones”. Para ello, proponían el fortalecimiento del trabajo de las comisiones y subcomisiones, que “deben ser el ámbito natural donde los asociados vuelquen sus inquietudes”.
Lista alternativa hizo énfasis en la “libertad de expresión del pensamiento y la promoción de un espacio democrático de debate para la adopción de decisiones”
Además, parte de su plan implicaba poner en un primer plano la descentralización y, de ese modo, darle relevancia a la labor con referentes en todo el país, apuntando a una administración de puertas abiertas que priorice el debate de ideas.
Fuertes discrepancias quebraron la interna de la agremiación
Alexandra Facal y María Alejandra Álvez, ambas integrantes de la Lista 1994, entrevistadas por el diario El País, se refirieron a las diferencias internas y al escenario de descontento dentro de la asociación.
Desencantada con el funcionamiento de la conducción y alejada de las listas tradicionales, Facal siempre se mantuvo a la espera de la conformación de un proyecto independiente como el que finalmente se concretó. Álvez, en tanto, integraba la Lista 2 en el año 2014, pero decidió retirarse.
A principios de mayo, más de una centena de jueces solicitaron –mediante una carta- a la Comisión Directiva de la AMU, que realizara una asamblea extraordinaria para analizar el impuesto que los magistrados debían aportar al Fondo Coronavirus, creado a fin de atender la emergencia sanitaria tras la llegada de la pandemia al Uruguay.
Si bien algunos miembros del Poder Judicial estaban de acuerdo con el fondo, muchos entendían que era un monto importante el que tenían que destinarle.
Según contó Álvez en ese diálogo con El País, la asamblea “se pidió para analizar la repercusión del impuesto a nivel del Poder Judicial desde el punto de vista institucional y gremial”.
Sin embargo, Facal aclaró que independientemente de ese hecho puntual, ya estaba latente en la interna del gremio la necesidad de idear una propuesta alternativa a las listas preexistentes.
En esa línea, recordó que en las elecciones anteriores, llevadas adelante en el año 2018, el índice de votos en blanco había sido bastante alto, máxime tratándose de una asociación en la que el sufragio no es obligatorio. Para la jueza, eso fue un claro indicador del descontento con la dirigencia.
A su vez, dijo que “las comunicaciones internas entre los asociados, la falta de participación, la presencia de los compañeros del interior –que no siempre es bien percibida- y el trabajo que se hace por las comisiones, muchas veces no son seguidos o no tienen la influencia que deberían tener. Esas son, en realidad, las cuestiones que determinan el nacimiento de esta lista”.
Asimismo, Álvez sostuvo que previo a la asamblea se había generado cierto malestar y quiebres en la interna, inclusive con descalificaciones a quienes estaban pidiendo la concreción de esa instancia, que culminó con un hecho “triste”.
Ante esto, el periodista Eduardo Barreneche le consultó a qué se refería, sobre lo cual explicó: “El presidente que nos representa (Alberto Reyes) realiza una última intervención sin estar anotado para hacer uso de la palabra. Son cuestiones que también hay que respetarlas. En esa intervención se nos dice: ‘Sabemos quiénes son, quiénes están atrás de esto; no sean chiquilines, giles, canallas, hipócritas; qué me vienen a mí a hablar de tristeza’. En el transcurso de la asamblea, sin haber ingresado a un cuarto intermedio y sin fundamentación previa, plantea la renuncia masiva de la directiva. Los directivos se levantan y se van”.
Finalizada esa actividad, en el entendido de que las autoridades no propiciaban los ámbitos adecuados para el debate ni toleraban las críticas, se procesó la formación de esta nueva agrupación.
Las incompatibilidades que separan a la Lista 1994 del resto de la asociación
A diferencia de las otras listas, este grupo no está de acuerdo con que los ministros de tribunales integren la Comisión Directiva de la AMU, pues consideran que son “un colectivo de base”.
“Somos jueces de primera instancia letrados y de paz de Montevideo y del interior. Tenemos una visión diametralmente opuesta en ese sentido. Por ser de primera instancia estamos cotidianamente vinculados a la problemática de ser juez o jueza. Lo vemos como una ventaja. Y definimos que nuestros candidatos no debían ser ministros de los tribunales de apelaciones”, indicó Álvez.
En ese aspecto, Facal añadió que “cuando uno llega a un tribunal se aleja de los problemas reales que tienen los jueces del interior. Además, los ministros no están en sus oficinas. Es un trabajo distinto”.
Por otra parte, en declaraciones a El Observador, la jueza comentó que los miembros de la Lista 1994 se oponen a que los ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) puedan estar agremiados y puedan votar en las asambleas, por creer que existe incompatibilidad en tales casos. También promueven la realización de concursos para ascender, algo que fue aprobado por ley, pero que la SCJ todavía no ha aplicado.
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