La Cámara Mercantil Uruguay-Italia trabaja en pos de desarrollar el vínculo entre ambas naciones. Uno de sus focos son las mipymes, ya que son un motor de la economía de Italia, empleando a más del 80% de la población. Uruguay es un país de pequeñas y medianas empresas, situación que amerita recibir el apoyo del país europeo.
¿Qué tipo de empresas italianas se interesan por el mercado nacional? ¿Cuáles tienen presencia hoy y en qué actividades se encuentran trabajando?
Hoy son cerca de 40 las empresas italianas que trabajan en Uruguay. La mayoría tienen presencia a través de un distribuidor o representante, es decir que no poseen una oficina localizada aquí. De todos modos, hay algunas que están presentes y que participaron con éxito en licitaciones. Una de estas es ENEL, empresa de generación eléctrica que construyó el parque eólico en Cerro Largo. A pesar de que se vendió, la firma aún mantiene su oficina comercial en Montevideo y tiene interés en desarrollar el tema de movilidad eléctrica, por ejemplo.
Otra empresa presente es Terna, que es de construcción de transmisión de energía, y está comprometida con desarrollar el anillo de transmisión eléctrico de Melo-Tacuarembó. En 2016 se le adjudicó la licitación, está terminando la operación, y la empresa está interesada en mantener su presencia con otras oportunidades.
Otro ejemplo es ANAS, la empresa italiana estatal que se encarga de la gestión de las carreteras, que en 2017 firmó un acuerdo con la Corporación Nacional para el Desarrollo para mantenimiento y progreso de infraestructura en Uruguay. Además, la empresa Ferrovie dello Stato, que es la firma pública de ferrocarriles de Italia, ganó la licitación del Ministerio de Transporte para actividades de consultoría.
Hay muchas firmas presentes a través de distribuidores, tales como las empresas agroalimentarias, que un par de ejemplos conocidos son Ferrero o Lavazza. A su vez, hay grupos de logística que operan en zona franca. Un aspecto a tomar en cuenta para continuar es que el intercambio comercial del año pasado fue de € 540 millones y creció casi 9% respecto al año 2017.
¿Qué otro tipo de empresas considera que deben estar presentes en Uruguay o qué sectores deberían estar representados?
Creo que los sectores forestales podrían involucrase de diferentes maneras además de cómo ya lo hacen. Este rubro se desarrolló mucho en Uruguay y es un sector en el que se organizó un foro de inversión con la Unión Europea, el pasado mes de octubre. No participó la delegación de Italia, pero fue muy interesante. Si bien ya están presentes algunas empresas de otros países, el sector creció mucho. Además de la celulosa -que para Italia es el primer bien de importación al Uruguay-, sería interesante también traer otro tipo de madera y producir material para el consumo de energía. Y generar nuevos focos que pueden ser interesantes para los accionistas italianos.
A través de un acuerdo entre Italia y Uruguay se creó el programa de financiamiento de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) para mypimes. ¿Qué experiencia se ha obtenido y cuáles han sido los beneficios?
Esa herramienta surgió en el año 2003, y previó un monto total de crédito de €20 millones, de los cuales se utilizaron un tercio aproximadamente. Actualmente la ANDE maneja el programa y va dirigido a micros, pequeñas y medianas empresas (mipymes) de Uruguay, así como a productores familiares agropecuarios, es decir que tiene un interés rural. Uno de los aspectos a rescatar de este programa es que el último año hemos trabajado y se han flexibilizado los requisitos, ya que antes era más compleja la inscripción al financiamiento para las empresas más pequeñas.
Ahora existen diferentes franjas de crédito que contemplan distintos requisitos para que sea más manejable e interesante para los pequeños proyectos. El mínimo que se puede pedir es € 15.000 y el máximo llega a € 500.000, por ende, son rangos de empresas que se deben apoyar de diferente manera para solicitarles garantías.
En los últimos meses hemos visto que hay mayor interés debido a la difusión que dio ANDE en Montevideo y el interior. Como embajada organizamos eventos para empresarios y se recibieron muchas más solicitudes del interior del país. Son muy variados los sectores, hay de producción agropecuaria, para compra de tractores por ejemplo, también de empresas que elaboran cerveza o fabrican hornos. Esto indica que no se contempla un sector específico, es una herramienta muy interesante y útil para todas las mipymes.
Tomando en cuenta el mercado italiano, ¿qué tipo de líneas de crédito poseen hoy y de qué manera se financian las mipymes?
Tenemos algunos aspectos similares con Uruguay en ese sentido, ya que las pequeñas y medianas empresas son una parte fundamental de la estructura productiva italiana. Esto llevó a que en Italia se desarrolle ese mercado con distintas herramientas, contemplando que más del 90% las empresas son mipymes, y más del 80% de los trabajadores se emplean en ellas. Estas firmas además son muy antiguas, por eso se pudieron desarrollar distintos instrumentos para fortalecerlas y que tengan perfiles para explorar mercados.
Tratamos de fomentar la internacionalización de estas empresas. También tenemos programas de seguros, de participación del capital, con instituciones públicas italianas que pueden apoyarlas para que se internacionalicen. Es un tema que además es muy importante a nivel europeo, no solo italiano, ya que son muchas las herramientas que se desarrollan gracias a fondos europeos en general, que luego se manejan por instituciones de Italia.
Existen líneas de crédito, programas de formación, y de digitalización para empresas. El fondo europeo ofrece créditos a través de Italia, manejados por un banco, que se caracterizan por ser un fondo de garantía que permite dar unos € 5.000 millones de financiamiento a 65.000 mipymes de casi todos los sectores. En resumen, se contempla la digitalización, internacionalización, formación, seguros y fondos de garantía, así como financiamientos específicos.
Todavía no hay proyectos concretos, no es un tema considerado prioritario aún, pero está contemplado en el acuerdo de la Unión Europea-Mercosur. Si bien Italia tiene un perfil nacional, también está integrada en la UE y tiene su competencia específica en el tema de comercio, trabajando en conjunto con las instituciones europeas. Este acuerdo, que va más allá de lo comercial ya que es de cooperación, es interesante por el potencial del mercado europeo.
Las empresas para mejorar o cambiar la producción tienen que tener perspectivas y potencial y este acuerdo prevé la tutela de algunos productos típicos. Es una fuerza de la producción italiana y son temas muy importantes, no solo del lado cultural, sino también de producción. Creo que Uruguay se podría ver potenciado con este tipo de vínculo de tutela, beneficiando a los productores agropecuarios mayormente.
Creemos que se podrán realizar encuentros organizados por la Cámara Mercantil Uruguay-Italia, que si bien se creó recientemente, la consideramos una herramienta importante para el sistema país. No solo existe la Cámara, también tenemos la oficina comercial de la embajada y una oficina de promoción comercial que está basada en Buenos Aires pero trabaja para Uruguay también. Esto completa la promoción económica comercial italiana en Uruguay.
¿Qué expectativas se tienen en cuanto a la utilidad de la Cámara Mercantil entre ambos países?
Se tiene que fortalecer el vínculo que tenemos desde nuestras raíces. Por ejemplo, algunos fundadores dueños de bodegas trajeron tecnología de Italia cuando empezaron; creo que eso es una tendencia que se puede fortificar. La Cámara tiene la perspectiva de poder hacer de puente entre los empresarios italianos y uruguayos, es importante tener esto en cuenta, porque no son solamente las instituciones públicas italianas las que pueden ofrecerse y promocionarse, sino que son importantes los empresarios, porque nadie sabe mejor que ellos lo que necesita una empresa.
La expectativa es que la Cámara pueda volverse un actor importante y representante del empresariado italiano y que miren a Uruguay como un potencial mercado de importación y exportación, intercambiando capacitación, formación, tecnología, maquinaria, agroindustria, moda y diseño. Hay muchos sectores que la Cámara puede trabajar. Es una gran tarea y hay mucho por delante.