El 10 de marzo le tocó asumir su cargo como presidente de este organismo, dependiente del MIDES. Tres días más tarde llegó la pandemia, situación que le llevó a tener que cambiar el foco y orden de las prioridades para los primeros días de gestión del organismo.
Hoy el INDA está cubriendo las necesidades alimenticias de la población más vulnerable apoyándose en varias patas y entregando canastas de dinero electrónico, físicas, ampliando los comedores y se planifica poder ser apoyo a las ollas populares organizadas por la población. Cabe añadir que al asumir la presidencia del organismo Elgue se encontró con 7.800 beneficiarios, cifra que, en pocos meses llegó a 20.000, como actualmente.
¿Cómo fueron los primeros días de gestión en el INDA?
Estuve muy cercano al ministro Pablo Bartol en esos momentos y se decidieron diferentes políticas. INDA, al igual que casi todas las entidades del Estado y el mundo, no estaba preparada para una pandemia de esta naturaleza, que no es únicamente de salud sino también alimentaria. Con el asunto del “quedate en casa” la gente empezó a tener problemas para trabajar, los que trabajaban en negro principalmente.
En ese sentido se enfocaron las políticas, en el tema de combinar y contemplar las dos cosas: la emergencia sanitaria y alimentaria. Se tomaron algunas medidas inmediatas como duplicar lo que teníamos, las canastas de emergencia y autorizar el 100% de Sistema Nacional de Comedores en todos los departamentos.
¿Cuánto ha cambiado la cifra de beneficiarios antes y luego de la llegada de la pandemia?
En el Sistema Nacional de Comedores antes de la pandemia, teníamos alrededor de 7.800 personas, hoy tenemos unos 20.000 que van variando, pero en general la cifra ronda ese número.
¿Cómo debieron manejarse organizacional y financieramente para atender casi tres veces más casos?
En ese sentido se nos presentaron diferentes problemas. Uno era el financiero porque el presupuesto estaba para utilizarse en un momento “normal” y tuvimos que reforzarlo con el fondo COVID-19. Y el otro problema era el logístico, este era más complicado porque teníamos un problema de un depósito que tenía un hundimiento y otras cuestiones. Luego de entregar la primera partida de suministros a los comedores, el 15 de mayo duplicamos la entrega de carne, por ejemplo.
¿Se tiene una cifra aproximada de cuánto dinero se ha destinado en este tiempo?
Una cifra final no tenemos, pero si duplicamos en el año la entrega normal del presupuesto de INDA y también el Ministerio de Desarrollo Social entregó la canasta de emergencia de más de seis kilos que eran para todo el semestre, en marzo y abril, es decir más de 8.500 canastas. Había que llegar a mucha gente y las canastas físicas se hacían difíciles de entregar, entonces se decidió hacer una canasta a través de TuApp de $1.200 que se podía canjear en los diferentes comercios.
Esto lo vimos con muy buenos ojos porque permite que también los comercios de menor rango pudieran ser beneficiarios de esto que era un monto importante. Hoy se han entregado por la app más de 500.000 canastas electrónicas. Sumándole a esto unas 65.000 canastas físicas de gran porte y las 8.500 canastas que habían dejado en la administración anterior para todo el semestre.
Además se tomaron otras medidas como hacer un convenio entre las Intendencias, el Ejército Nacional e INDA en departamentos que no tienen Servicio Nacional de Comedores como Salto, o que tienen pero no en todas las localidades como Florida, San José y Colonia. INDA da los ingredientes, la unidad militar cocina y la intendencia pone la logística de la distribución. Estamos dando entre 4.500 y 5.500 comidas diarias con esa modalidad.
¿Qué herramientas tiene INDA para brindar ayuda a los beneficiarios?
Canastas electrónicas, donde se decidió hacer el mayor esfuerzo. Se ampliaron las Tarjetas Uruguay Social (TUS), las tarjetas Asignaciones Familiares Plan de Equidad (AFAM PE), con el fin de llegar rápidamente a la gente. Se entregaron 65.000 canastas físicas, que algunas están en vías de entregar aún, por un valor de $1.200 y se entregaron 8.500 de unos seis kilos que eran las previstas de emergencia anteriores.
¿De qué manera se obtienen los datos para saber qué ayuda brindarle a los nuevos beneficiarios?
Las TUS ya estaban registradas, estas tienen tres tipos: para los más vulnerables, la común y la de asignaciones. Se abrió un portal en el Mides, donde las personas se podían anotar y estaba dirigido más bien para gente sin empleo que no recibía ninguna de las tarjetas anteriores. Luego de aprobada llegaba al teléfono de la persona el comprobante para canjearla en los comercios o por una canasta física en una oficina territorial.
Los diferentes programas Miden van llevando a los beneficiarios a diferentes organizaciones del territorio como InMujeres, InMayores, diferentes programas que abordan las necesidades de canastas de emergencia. La información de los beneficiarios se cruza por un programa informático que tiene el Mides y verifica si le corresponde o no.
¿Se tiene algún proyecto vinculado a las ollas populares?
Sí, estamos tratando de articular algún tema de apoyo a las ollas populares, no manejándolas directamente nosotros pero estamos viendo formas de apoyar. Por un tema sanitario al principio se decidió el apoyo con canastas porque así la gente cocinaba en la casa pero ahora con esta nueva normalidad podemos hacer algún acercamiento mayor e intentar un acompañamiento en las ollas.
En base a la misión del INDA, ¿qué expectativas y planes se tienen en esta administración?
El INDA depende directamente del Mides y empleamos políticas que se desarrollan en el ministerio, la idea estratégica es lo que dice su misión: ser el agente del sistema alimentario nacional. En eso tenemos políticas de mejoramiento de la calidad alimentaria en el Uruguay, tenemos un observatorio, estamos viendo problemas con la calidad de la alimentación sobre todo en algunos productos que han provocado que tengamos una población de niños y adolescentes con índices de sobrepeso, que provocan luego problemas de diabetes y de hipertensión.
Estamos enfocándonos sobre todo en primera infancia, en los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), los clubes de niños, con una cercanía con el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) en un tema de educación en productos frescos y saludables para cuidar la salud a futuro. Estamos en algún proyecto de agricultura familiar, con la ley N° 19.292 tratando de incentivar eso. Ya se está haciendo en el Norte del país, buscando que el Estado se provea de esos granjeros y pescadores pequeños, que sea de fruto para las personas y se reduzca la necesidad de utilizar comedores. Es un camino de dos vías.
Al servicio desde los inicios
Elgue es Coronel retirado, en su formación y experiencia estuvo en cinco misiones de paz, en Ruanda, Angola, Haití y dos veces en el Congo. En la jerarquía de Coronel fue director del Servicio de Intendencia del Ejército (SIE), ámbito que posee un funcionamiento logístico muy parecido al del INDA, con distribución a todas las unidades militares del país y experiencia en compras estatales.
Luego fue segundo comandante del comando de apoyo logístico donde fue asesor del comandante Guido Manini Ríos, en todo lo que es alimentación y en los otros rubros que maneja el SIE: vestimenta, panadería, fábrica de hamburguesas, entre otras. “Esa experiencia fue considerada para que mi perfil sea adecuado en este cargo. Tuve mucha experiencia en asuntos de vulnerabilidad en las misiones de paz, además de en temas logísticos y compras estatales, de las cuales fui tres años director”, relató.
Elgue -hermano de Rivera, el subsecretario de Defensa- considera que su experiencia le ha brindado la posibilidad de conjugar dos cosas: por un lado el tema de tener la sensibilidad para ayudar a los más vulnerables y, por otro, la experiencia logística y la capacidad de trabajar en equipo que le ha dado tantos años en el Ejército, trabajando en organismos internacionales y multidisciplinarios como las Naciones Unidas.
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