Una presunta fuga de gas en un edificio del barrio Villa Biarritz provocó un accidente fatal y grandes destrozos en el edificio y zonas aledañas. Qué aconsejan los técnicos prevencionistas y por qué no hay una mentalidad extendida en el aseguramiento de los hogares.
La noticia conmocionó a los montevideanos. Una fuerte explosión en el edificio Leyenda Patria en Villa Biarritz ocurrida el pasado viernes 22 de julio, presuntamente a raíz de una fuga de gas, dejó como saldo un fallecido, tres heridos graves, decenas de desplazados, significativas pérdidas materiales y cierto clima de preocupación latente en la población.
La situación promovió en los días siguientes un debate público en medios de comunicación acerca de las medidas de prevención y de seguridad que son necesarias en hogares para evitar este tipo de accidentes.
Una de las consultadas fue la presidenta de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua, Silvana Romero, que recomendó en entrevistas a la prensa de las últimas semanas que en caso de sentir olor a gas, inmediatamente hay que ventilar y cerrar la llave de paso. La jerarca explicó que esta sustancia es muy liviana, por lo que cambiando el aire del ambiente se libera rápidamente. Además, según indicó, forma parte de la reglamentación vigente la existencia de una abertura en el lugar donde hay funcionando un gasodoméstico, la misma debe existir y no obstruirse bajo ningún concepto.
Romero señaló que, si el olor a gas persiste luego de ventilar y cerrar la llave de paso, se debe avisar de inmediato a la empresa proveedora del servicio, para que puedan dar respuesta a la denuncia y acudir para realizar una inspección.
Por otro lado, cada usuario debe verificar la correcta instalación de su gasodoméstico con un técnico gasista o una empresa instaladora autorizada. Romero recomendó no dejar esta tarea en manos de un amigo o del portero del edificio, ya que estos no pueden garantizar las condiciones de seguridad necesarias. En la página web de Ursea se encuentra disponible para consulta, el listado de las empresas y los instaladores registrados.
Según declaró la jerarca en el programa “El Destapabocas”, de radio Universal, las inspecciones de la compañía proveedora solo se realizan al momento de la instalación y el mantenimiento es responsabilidad individual.
Otra medida preventiva, sobre todo necesaria cuando hay personas mayores solas en el hogar que podrían no percibir el olor a gas en una circunstancia de fuga, es la instalación de un dispositivo detector que permita alertarlos debidamente.
Según recomiendan los técnicos prevencionistas, se debe guardar una vigilancia activa, realizar los mantenimientos y controles pertinentes de todos los gasodomésticos, hornos, calderas y sistemas eléctricos de un recinto dado, seguir las normativas de seguridad vigentes y contar con la habilitación de la Dirección Nacional de Bomberos para el caso de los edificios de propiedad horizontal, comercios e industrias.
La normativa de Bomberos establece que todo establecimiento que no sea el hogar de un núcleo familiar tiene que contar con la habilitación. En dicha normativa se encuentra detallada cada medida preventiva que un establecimiento debe adoptar según su propósito, ya que cada elemento en un local tiene una carga de fuego propia.
Asegurar bien
Otra forma de enfrentar el riesgo de sufrir daños es asegurar. En nuestro país, de acuerdo con la ley N° 10.751 de Propiedad Horizontal, es obligatorio para la copropiedad tomar una póliza de incendio que cubra el edificio. Este seguro cubre los bienes comunes y la estructura del mismo. Cada propietario contribuye al pago de la prima en proporción al valor de su departamento o piso y en la misma proporción lo cobrará en caso de siniestro.
Por su parte, el dueño o el inquilino que tiene a su cargo una de las unidades es quien debe hacerse responsable de asegurar la propiedad interior. La póliza individual de hogar cubre los bienes materiales, el hurto y la responsabilidad civil.
En nuestro país, si bien no hay una estadística oficial que indique qué porcentaje de hogares se encuentran asegurados, el sector establece que existe solamente entre un 5 y 10% de seguros contratados para el riesgo individual del hogar.
En diálogo con La Mañana, Luis Puig, CEO del corredor de seguros NGS Uruguay, señaló: “En primer lugar, no solo hay que asegurar, sino que hay que hacerlo bien. Se deben contratar las coberturas que correspondan con el riesgo y cerciorarse de que la suma asegurada guarde relación con el valor reposición del bien asegurado”.
Consultado sobre cómo determinar una suma asegurada acorde, Puig tomó como ejemplo el edificio de Leyenda Patria. “Simplemente, si se marca el perímetro en ‘Google Earth’, se obtiene que las plantas son de aproximadamente de 240 mt cuadrados. Si esto se multiplica por 11 que son los pisos, da 2640 mt cuadrados”, señaló. “Si esto a su vez se multiplica por US$ 2000 por metro cuadrado (que es la cifra del valor de construcción aproximada) y dadas las características de calidad de los materiales del edificio, daría un monto por encima de los de US$ 5 millones”.
De acuerdo a este cálculo, las aseguradoras determinan si un bien se encuentra correctamente asegurado. Si, por el contrario, existiera un infraseguro, indemnizarán en la misma proporción del porcentaje que se haya asegurado.
Por otra parte, el experto recalcó: “No nos tenemos que olvidar de la responsabilidad civil, para cubrir el impacto que un daño de esta magnitud le puede ocasionar a un tercero. Aquí también hay que mirar que sea un seguro con una cobertura amplia y la suma asegurada tiene que estar acorde a donde se encuentra ubicado el edificio. Si es un edificio que está en el medio de Villa Biarritz, puede tener un impacto sobre terceros muy importante”.
“Muchas veces la responsabilidad civil es más importante que el daño a la propiedad”, agregó el corredor. “Cuando se daña a un tercero, la cifra puede no estar al alcance. Si pensamos en una catástrofe donde exista responsabilidad por la muerte o daños permanentes a varias personas, las sumas reclamadas pueden llegar a ser de varios millones de dólares”.
En ese orden entiende que necesitamos un cambio de mentalidad. “No puede ser que aseguremos un auto con responsabilidad civil por US$ 1 millón y que en un edificio de propiedad horizontal el monto sea mucho menor. No se suponen escenarios catastróficos”, reflexionó Puig.
“En riesgos corporativos, los conceptos que se manejan son la evaluación del control de pérdidas y la determinación del PML, la pérdida máxima probable (la peor pérdida que se podría llegar a sufrir si se diera alguno de los siniestros más habituales, como son incendio, explosión, inundación y que las protecciones no funcionen adecuadamente)”, sostuvo.
Conciencia de prevención
Consultado sobre la conciencia que existe en nuestro país sobre la prevención y la transferencia de riesgos, el corredor Puig opinó: “Necesitamos más difusión de la herramienta del seguro. Desde mi punto de vista sería buena una campaña del Banco Central en conjunto con las aseguradoras instaladas en país. El seguro mueve la economía y es una política muy sana trasladarles el riesgo a las aseguradoras, empresas especialistas en tomar riesgo. Evidentemente tiene que haber una política pública de fomento al seguro. Así fue el espíritu de la ley de desmonopolización de seguros promulgada en el gobierno de Lacalle Herrera”, subrayó.
El corredor entiende que “lamentablemente ocurrirán más catástrofes, por riesgos propios de los materiales, por los tipos de construcción o de servicios (distribución eléctrica, distribución de gas, otros) y por el cambio climático”. Recomendó “prepararse y asesorarse bien antes de asegurar para que no tengan la sorpresa después del siniestro”. “Antes del siniestro estás a tiempo de hacer las cosas bien, después que ocurre ya es tarde”, concluyó.
TE PUEDE INTERESAR: