Parece de otras regiones: solucionar la inseguridad terminando con las libertades anticipadas, disponiendo cadena perpetua para algunos delitos y militares patrullando la ciudad con sus uniformes y vehículos camuflados; soldados armados a guerra, con metralletas y fusiles. Nadie imagina a soldados conciliadores, se los ve y se los quiere contundentes.
Si a eso le agregamos contingentes de policías con visores nocturnos haciendo allanamientos, pareciera que estamos en situación de guerra interna. Si fuera así, vayamos a las medidas prontas de seguridad.
Y siguiendo el tema el ex presidente Mujica al referirse a la propuesta de Larrañaga, dice que los soldados son carne con ojo con uniforme; que es una cuestión de información y que el Estado cuando enfila aplasta pues tiene superioridad militar; que llega tarde, mal y falla la información.
El miércoles 15 pide disculpa, diciendo que los soldados rasos son lo más parecido a su clase, que dijo una barbaridad y aclara que el problema de la inseguridad no es un problema de amontonar gente con uniforme, gente del ejército, sino de trabajo en inteligencia; que lo importante es la información, que la inteligencia es una especialidad y hay que formarla.
Eso lo comparto, es necesario información procesada y convertida en inteligencia, pero no habla de “gestión” utilizando esa inteligencia para combatir el delito con éxito.
Se le consulta sobre el servicio militar obligatorio, refiriéndose a dichos de Gabriela Fulco, la directora de INISA. Dice que no pega con las tradiciones y la idiosincrasia uruguaya; que le parece que eso no es realizable.
Dice que primero hay que exigir el cumplimiento de Primaria, Utu y Secundaria.
Pena lo poco y mal que se hizo en estos 15 años de FA. Retroceso educativo. Pero en su ansiedad verborrágica sale con otra idea loca. El 16/10 en radio Uruguay, según La Diaria y el País, dice que el servicio militar podría ser un camino para tratar la drogadicción, o algo parecido.
Esto se acerca a aquella propuesta del Gral. Manini sobre ingreso al ejército de los NI-NI (no trabajan, ni estudian) para generarles habilidades y hábitos de trabajo e incorporarlos a la vida ciudadana.
La propuesta de Mujica es una locura, y la del Gral. Manini requiere la exclusión de quienes propone incluir el ex Presidente. Instrucción y armas de guerra al alcance de personas con dependencia de drogas es una inconsciencia con resultado impredecible e incontrolable.
El drogadicto es un enfermo. Es una persona inestable. Hay que curarlo.
Hay que desprogramarlos; la disciplina sin valores es momentánea y fugaz.
Las adicciones desplazan a la propia voluntad. Otro experimento.
Gabriela Fulco en radio Montecarlo el 5/10 dijo estar de acuerdo con el servicio militar obligatorio por espacio de más o menos un año para mayores de 18 años; que a los países que lo tienen le han dado buenos resultados y que es una medida de inclusión en la sociedad, importante para todas las capas de la sociedad a esa edad.
Sus dichos fueron condenados por varios políticos, aún de su propio partido. Volvió a espacios radiales aclarando que lo dicho fue a título personal y que no presentó ninguna propuesta que promueva o aliente al servicio militar obligatorio.
Dice que es inviable desde el punto de vista político, cultural y económico.
Esto se relaciona con una propuesta del Gral Manini que quiere aumentar el número de liceos militares.
Estos liceos promueven la integración de la comunidad con la profesión militar. Posibilita buenos resultados educativos, forja valores con la disciplina y el régimen de internado o semi internado y es catalizador de orientación vocacional para quienes quieren abrazar la carrera militar.
Es bueno que en cada región geográfica haya alguno, para evitar desplazamientos y desarraigo de los interesados, pero conviene precisar que también se pueden lograr buenos resultados educativos con otras metodologías. Variedad de opciones y libertad de elección es la receta republicana, por esa nos jugamos.
Y aparece el Dr Zubia con su spot publicitario “no somos improvisados”.
Quienes proponen soluciones en materia de seguridad, ¿saben del tema?
Algunos sí, por experiencia propia, como el Dr Rodolfo Zubía; otros por haber desempeñado cargos políticos con injerencia en seguridad, pero muchos solo tienen el conocimiento de sucesos de inseguridad, y con mucha sensibilidad aventuran soluciones que desconocen como ejecutar
Rebobinando… militares en funciones policiales. Alguien recabó la opinión de los mandos militares. Muy poco, casi nada, alguna palabra suelta de algún comandante en Jefe. Si el personal activo por impedimentos legales o jerárquicos no puede expresarse, tampoco se consulta a los oficiales o suboficiales retirados. Sobre la policía lo mismo.
Alguna palabra del director nacional de Policía, pero es una figura política.
No hay opinión institucional, ni de militares ni de policías. Y en las asesorías partidarias poco y nada, y nos estamos jugando una reforma constitucional.
¿Y lo económico? ¿Cuál es el costo de su implementación?
Para mejorar la seguridad basta con corregir y adecuar leyes, asignar atribuciones y responsabilidades. Terminar con la mala gestión que destruyó la estructura policial en lugar de modernizarla y adecuarla a la nueva realidad. Cambiemos. Ahora es el momento.