El covid-19 puso en evidencia el rol de los laboratorios en situaciones epidemiológicas de riesgo. Hacía 100 años que a Uruguay no llegaba una pandemia, sin embargo, las redes de laboratorios se encontraron en condiciones de adaptarse rápido para poder actuar con eficiencia.
Cristina Mogdasy es la encargada de dirigir el Departamento de Laboratorios del Ministerio de Salud Pública. Tomó su rol en medio de la pandemia, aunque anteriormente ya había estado vinculada en otras oportunidades al organismo.
El organismo trabaja en una red integrada por 24 laboratorios hospitalarios, tanto públicos como privados, y se está tratando de ampliar los lazos. No solo existen redes nacionales sino que además hay vínculos regionales y globales, entre las que el laboratorio de salud pública suele ser visto como un centro de referencia, “que año tras año solo mejora”, según dijo a La Mañana la directora.
Cuando Mogdasy asumió el laboratorio estaba muy dedicado al coronavirus. “No es mi primera vez en el laboratorio, conozco la historia y cómo se desarrolla”, subrayó. Como es un laboratorio que siempre ha trabajado a nivel nacional y supranacional se tiene mucho contacto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con los Centros para el Control y prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) de Estados Unidos, y con redes latinoamericanas e hispanoamericanas de virología”.
En un siglo es la primera pandemia que atraviesa el país. La especialista expresó que en situaciones así a veces es necesario tomar medidas de urgencia, sin mucho tiempo para pensar. El laboratorio tenía su preparación en cuanto a que una bióloga que había estado en febrero en Fiocruz, que es el laboratorio “equivalente” al nuestro pero en Brasil, y trajo de él los reactivos para hacer diagnósticos. Los primeros diagnósticos de los casos del casamiento se hicieron en el laboratorio gracias a los reactivos brasileños.
“Desde que ingresé traté de apoyar a todos los laboratorios, ya que esta es una de las funciones que tenemos. No solo para apoyar al trabajo referido al covid-19 sino en la medida en que lo necesiten los laboratorios clínicos de diagnóstico y de los aislamientos de los laboratorios que están funcionando hace mucho tiempo, y que son parte de la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana que está comandada desde la OPS, donde hay gente con la que he trabajado personalmente durante muchos años. En ese sentido nos manejamos con el programa Whonet de la OMS”.
Actualmente se está buscando ampliar la red para la Resistencia Antimicrobiana a través de la implementación de ayuda que permita la posibilidad de que los laboratorios que no pueden participar por no manejar el software de Whonet, que se utiliza en la red y permite formar parte de la misma, puedan hacerlo.
Un centro de referencia
El laboratorio del MSP trabaja codo a codo con el departamento de epidemiología de salud pública, ya que en el país existe, desde hace muchos años, las llamadas ‘enfermedades de notificación obligatoria’, que son las de importancia epidemiológica definidas por el Departamento de Epidemiología del Ministerio. Ante la sospecha o confirmación de un caso de transmisión, los médicos tratantes tienen que llenar un formulario de notificación que se envía a epidemiología, en el caso de los laboratorios deben mandar las muestras o los aislamientos –si no son capaces de procesarlo en su lugar- y así se hace un seguimiento y una colección de cepas.
“Es muy importante que el país tenga como soberanía nacional manejar sus propios problemas para poder resolverlos”
El laboratorio de salud pública es el centro de referencia para OMS en cuanto a la gripe, es decir del virus de influenza. “Manejamos 10 centros centinela. Todos los años se mandan las muestras de 10 hospitales de Salud Pública y privados. El que está siempre incluido en la lista es el Pereira Rossell por ser el único hospital pediátrico del país, en tanto los otros nueve rotan cada año como centro centinela para las infecciones respiratorias o las enfermedades que simulan influenza”, explicó Mogdasy.
Si se comprueba la existencia de un virus de influenza, se da la alerta y se caracteriza qué virus es, se vigila y se envían los datos a la OPS. El envío de estos datos se debe dar siempre antes del mes de agosto porque es a partir de esa información que se hace la formulación de la vacuna de influenza para el año siguiente, es decir, la popularmente conocida vacuna de la gripe. Ese es el modus operandi habitual del laboratorio, indicó la especialista.
Trabajo compartido
A los laboratorios que integran la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana se les demanda los nombrados “tests de procesamiento” y, a su vez, la rectoría de la red envía desde el exterior cepas para ver cómo se está trabajando y valorar la calidad de los datos obtenidos. “Se nos envían cepas para verificar si somos capaces de reconocer un patógeno, de medir bien la resistencia, y desde hace 20 años venimos creciendo y mejorando cada vez un poco más”, dijo la entrevistada.
La microbióloga expuso que en laboratorios del interior, fundamentalmente, se tiene muy buen desarrollo, pero hay otros que no están en esa misma situación y, dentro de su rol actual, tratará de aumentar la capacidad de ellos. “Es muy importante que el país tenga como soberanía nacional manejar sus propios problemas para poder resolverlos, que la información recabada que se transmite a epidemiología y al Comité Central de Infecciones Hospitalarias sea útil para la toma de decisiones”, aseguró.
En lo que respecta a la región, Mogdasy indicó que “tenemos una historia rica de trabajo y reconocimiento regional”. Subrayó que el laboratorio de salud pública tiene buenos vínculos con firmas e instituciones estatales de la región, como ser el Fiocruz de Brasil, la Red Argentina y, recientemente, se forma parte de la Red de Laboratorios de América Latina. “Tenemos una buena relación regional pero que hay que mejorarla, que ampliarla y reforzarla, esto es indudable. Se necesita de apoyo y trabajo para poder mejorar todo eso”, afirmó.
Para la entrevistada es preciso trabajar en conjunto todos los laboratorios del país. “Internamente la gente de los laboratorios clínicos, en gran medida, acude a nosotros cuando tienen problemas para pedir consejos o guía. Había una sección a la que se accedía fácilmente en la web del MSP donde teníamos una comunicación directa y se podían poner notas técnicas, y a mejorar eso apostamos ahora también”, informó.
Por otra parte, aseveró que el sector de laboratorios “es muy especial”, y que si bien no abarca a todos los médicos, sí abarca a todo el espectro de salud, “pero las metodologías es bueno tenerlas accesibles para todos los laboratorios del país. “Trabajar con laboratorios de investigación es importantísimo para el país”, puntualizó.
Crean laboratorio para monitoreo ambiental de coronavirus
El Ministerio de Vivienda, a través de la Dirección de Medio Ambiente, aportó 8.000 dólares al de Educación y Cultura para que el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable instale un laboratorio dedicado al monitoreo ambiental del virus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19. Este acuerdo posibilitará detectar cuáles son los lugares con mayor riesgo de exposición y diseñar estrategias de control adecuadas.
En la firma del convenio marco, que se realizó el pasado miércoles 1º de julio, participaron la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Irene Moreira; el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira; el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y el presidente del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, Pablo Zunino.
Las carteras de Vivienda y Educación mantienen un acuerdo de ayuda mutua en diferentes áreas de investigación, que data de 2017. El nuevo laboratorio tendrá un carácter relevante en el marco de la emergencia sanitaria a escala nacional y global. Con el convenio, el Ministerio de Vivienda aportará fondos específicos para el montaje, el equipamiento científico y la adaptación de la infraestructura a los requerimientos técnicos y de bioseguridad.
(Fuente: Ministerio de Educación y Cultura)
TE PUEDE INTERESAR