La fuerte sequía que ha azotado al agro sigue generando efectos preocupantes. El gobierno ha estado “cerca de la realidad” del campo uruguayo, tomando medidas para mitigar los problemas, aunque cometió algunos errores de los que debe “tomar nota y aprender”, afirmó el senador Sebastián da Silva a La Mañana. También habló sobre el conflicto sindical en Conaprole y advirtió los inconvenientes que traería el eventual uso de hormonas en la ganadería.
El conflicto en Conaprole parece encaminarse a una solución, luego de que la empresa y el sindicato acordaran un período de negociación tripartita por 30 días. ¿Es un desenlace esperado?
Sí. Por suerte, la tranquilidad vuelve a los tambos, que era lo que nos preocupaba, y más en momentos en los que empiezan las heladas. Esperemos que todo transcurra dentro de la lógica, que las empresas incorporen tecnología y que respeten los derechos de los trabajadores, que no haya interferencia de ninguna parte, menos a productores tan afectados desde el punto de vista del trabajo y el incremento de costos como han sido los tamberos.
¿Cómo fue el acercamiento que tuvo por parte de los productores?
Mi contacto con los productores es diario, en momentos de crisis y en la cotidianeidad. A mí me escriben 30 productores por día abarcando diferentes temáticas.
Una de las cosas que han alegado desde el sindicato es que los cambios tecnológicos deben formar parte de un proceso que los involucre, y que en este caso la maquinaria fue comprada sin previo aviso.
Acá no hay cogobierno. En la medida en que la empresa respete los derechos adquiridos de los trabajadores, tiene toda la legitimidad de poder decidir hacia dónde dirigir el negocio. El sindicato tiene que preocuparse de que sus trabajadores no pierdan condiciones laborales, y en este caso eso no se dio, pero que decida cuáles son las inversiones que hay que hacer llevaría a Conaprole a la prehistoria, entonces, apelamos a que controle la parte de derechos laborales y que la empresa defina el camino que quiera seguir.
¿Qué lectura hace de los efectos que tuvo este conflicto como las pérdidas millonarias de la empresa?
Es la fotografía del Uruguay que no queremos, que combatimos todos los días, el avasallamiento de la patota sindical que no se hace responsable de nada y que después sale a victimizarse por los medios. Muchas veces quedamos en soledad, pero nosotros lo combatimos desde setiembre del año 2020 cuando ingresamos al Senado y lo vamos a seguir haciendo, porque esto es entre la gente que trabaja y se esfuerza e invierte y los que ponen el palo en la rueda.
Usted tuvo expresiones muy duras, como que había que declararle la guerra al sindicato.
Me refería a la guerra moral.
¿Se malinterpretaron esos dichos?
Creo que no porque hubo una condena social de la gente que vio cómo cuatro sindicalistas querían acogotar a una de las empresas más ejemplares del país.
En otro orden, Búsqueda informó que esta administración evaluaba contratar una consultoría para estudiar la posible utilización de hormonas en la producción de la carne vacuna, pero el vicepresidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Guido Machado, lo descartó, de acuerdo con Montevideo Portal.
Por suerte.
Más allá de este malentendido, ¿cuál es su opinión al respecto?
Que es un tema laudado. El Uruguay tiene un camino precioso por delante con puertas que se abren permanentemente en el mundo de las proteínas animales naturales. Este es el país que tiene más mercados de exportación de carne abiertos del mundo, y ahora a esos mercados hay que agregarles valor con la forma que tenemos nosotros de producir que es pastoril, al aire libre, entre pastizales naturales con 300 especies, fijando nitrógeno en el suelo, agregando carbón a la atmósfera, no es gastando dineros públicos en algo tan absurdo como que se les inyecten hormonas de crecimiento a los terneros. Por suerte el tema está solucionado.
¿El pedido de informes que hizo sobre esto queda sin efecto?
Me responderán lo que dijo el vicepresidente de INAC, pero hay que estar atento a cualquier embate que intente modificar aspectos sagrados de la producción uruguaya, este es uno de ellos.
En esa línea, usted dijo en Twitter que “Uruguay tiene que ser carbono neutro y natural, no un país de terneros de 300 kilos hormonados”. ¿Qué inconvenientes podría traer el uso de las hormonas en la ganadería?
El inconveniente de la pérdida de mercado, tener que competir en un segmento de carnes con menos valor. La carne sin hormonas, pastoril, va a ser cada vez más un mercado de alto valor agregado. Podemos tener 20 kilos más según la balanza por novillos, pero va a valer menos, entonces, me parece una torpeza política, económica y ganadera, que además nadie está reclamando.
Se verían afectadas negativamente las exportaciones.
Los valores de los ganados, pero aparte nadie está pidiendo eso en el campo uruguayo, entonces, no se puede gastar dinero público en eso.
¿Continúa la preocupación por el tema de la sequía en el agro? ¿Qué se puede esperar?
Estamos a un mes del cierre del ejercicio, vamos a pasar de ver resultados de tres cifras del año pasado en el ingreso agrícola a resultados negativos. Eso va a marcar los vaivenes drásticos que va a tener el interior, y eso lleva a menor liquidez, menos dinero en los pueblos, más empobrecimiento y menor generación de empleos. Hay problemas concatenados a la sequía que es lo que más nos preocupa. El productor ha ido solucionando la situación, incorporando deuda a su presupuesto, deuda que el Banco República dispuso, que tiene una tasa de interés muy beneficiosa, con plazos y años de gracia que hacen que no se pare la máquina de producción. El problema se va a tener igual porque es un costo que hay que agregar al de los insumos, al del tipo de cambio bajo, pero es la única forma que se tenía para salir. La sequía está dejando menos plata en los pueblos y eso trae menos crecimiento económico y más desempleo.
¿Cómo evalúa las medidas que ha tomado el Poder Ejecutivo para paliar esos efectos?
En algunos lados hemos llegado en tiempo y forma, en otros no. Hay algunas medidas que cuando uno analiza quiénes son los beneficiarios, hacen un poco de ruido.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, que el beneficiario de la ración sea el que tiene hasta 30 vacas y no alcance a uno que tenga 32 es algo con lo que yo nunca estuve de acuerdo. Sin embargo, en general, el campo uruguayo ha visto a un gobierno muy cerca de la realidad. Ha habido más de 35 medidas, se han puesto a disposición todos los elementos que tiene el Estado y ahora hay que ir imaginando lo que va a ser el segundo semestre, que de sequía vamos a pasar a inundaciones, con todo lo que eso implica. Debemos anticiparnos a esa circunstancia sobre todo en zonas del país donde, por la geografía, tienen una afectación directa, me refiero al este del Uruguay básicamente.
¿Por qué no estaba de acuerdo con esa medida?
Porque yo entiendo que la producción ganadera tiene que tener un equilibrio entre el tipo de suelo, el área y la carga, entonces, cuando se establece a rajatabla que el beneficiario es el que tiene hasta 30 vacas, capaz que es un hombre que tiene más o menos campos, y yo creo que habría que tener un criterio un poquito más laxo para no dejar gente que por tener una vaca más no es beneficiaria de la entrega de ración. Habrá que tomar nota y aprender.
¿Hay margen para que el gobierno tome nuevas medidas? ¿Sería necesario?
Las medidas van con la baja de costos, la reducción de gasoil sirve. En el campo se sale produciendo y el gobierno mantuvo ese motor prendido, ahora dependemos de la capacidad de los productores y de la naturaleza, como toda la vida.
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