Antonio Ameijeida, ex presidente y actual dirigente del Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas y Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), dialogó con La Mañana y explicó que está ocurriendo hoy día en este sector de las Pymes. Según señaló, las grandes superficies ahora van por el negocio del usufructo de los pequeños comercios por 15 años, una modalidad nueva de expansión.
¿Qué evaluación puede realizar sobre la situación del comercio minorista?
Si miramos Montevideo es una situación y en el interior es otra, en especial en el litoral porque esta ha sido muy afectada por Argentina. Todo el sector sufre, pero principalmente las Pymes, ya que son más chicas y, por lo tanto, son las que sufren más. Al viajar tantas personas hacia Argentina, eso termina afectando al comercio en general.
Dentro del comercio minorista, ¿cuáles son los rubros y dónde se ven mayores bajas?
El rubro más afectado sin duda es todo lo referente a los artículos de tocador. Esto se debe a que su ingreso es más fácil, ya que son pequeños, a lo cual se suma el alto valor. En Montevideo también estamos observando el ingreso de estos productos porque existe una diferencia cambiaria muy importante. No obstante, se registró una baja de precios en otros artículos como ser el aceite, harinas y otros artículos de la canasta básica han bajado.
El fenómeno de contrabando que usted mencionaba hacia Montevideo se daba desde Brasil ¿pero ahora también sucede desde Argentina?
Es así. Cómo la diferencia cambiaria es tan grande, lentamente se están viendo en Montevideo artículos argentinos que ingresan de contrabando. Siempre hubo algo, porque hay muchos artículos que son de procedencia argentina y que ingresan por importación. Entonces si ingresan artículos iguales por contrabando, es muy fácil de confundirse, porque entre el importado y el contrabandeado no hay nada diferente. Se ve en tocador y en algo de limpieza. Eso lo vemos reflejado en los informes de Scanntech. Estamos observando una baja en la venta de agua, lo cual es lógico tras solucionarse el problema en Montevideo, pero también en productos de tocador y limpieza, mientras que otros rubros han subido.
¿En referencia a las Pymes que es lo que Cambadu está solicitando como medidas al gobierno para paliar su situación?
Nosotros siempre estamos en la defensa del minorista. Si bien tenemos 3.600 socios, representamos a 20.000 en el sector en el Consejo de Salario. Por lo tanto, las acciones que pedimos no son solo para nuestros socios, y eso se vio reflejado en la pandemia. Si bien hay leyes que protegen a las Pymes (principalmente las dedicadas al rubro alimentos), estas se aplican en la mayoría de los países. Las Pymes generan el 95% del empleo y a su vez abarcan más trabajo en la cadena de producción que hay detrás de cada pequeña y mediana empresa. El problema es que se instalen nuevos puntos de ventas, pero no por inversión. Esto lleva a que se destroce la competencia por inversión, sin que sea por la necesidad del cliente.
¿En ese aspecto se ha frenado la expansión de las grandes cadenas o ahora se utilizan otros métodos para acaparar el mercado?
Lo que cambió en la expansión es el formato. Ya en 2010 un estudio avizoraba que las grandes cadenas estaban perdiendo pie y ganaba el negocio de cercanía. Es por esto que muchas multinacionales comienzan a adquirir negocios de cercanía, con distintas formas. Un método nuevo es el usufructo, sumado a la compra o la expansión, pero sin ser con una gran superficie.
¿Cómo es la metodología del usufructo?
Se le ofrece al comerciante hacer durante 15 años el usufructo y la explotación del comercio mediante una determinada suma. Muchos comerciantes lo aceptan, porque al ser negocios familiares, no existe un continuador en varios casos. El usufructo en realidad se transforma entonces en una salida para el comerciante. Pero no es una compra. También se están instalando pequeños locales de cadenas, tipo Expres, ya que no existe una tendencia a que crezca el consumo en las grandes superficies. Eso cambió. Ahora se prefieren por el público los locales más chicos.
¿Este cambio se da en Montevideo o en todo el país?
Se está dando una tendencia también hacia el interior, principalmente en Canelones y Maldonado. Pero el problema surgido con la frontera Argentina, hace que la expansión en este momento no se vea como algo muy exitoso.
¿Qué medidas ven ustedes como una mejor defensa para la pequeña y mediana empresa?
Nosotros apostamos a que lo mejor que hay para el comercio minorista ahora es que esté formalizado. Cambadu por ejemplo, no toma ningún socio que no tenga Rut y aporte al BPS. La mayoría que quiere pensar en el futuro, lo hace de esa forma, o sea de manera legal, y la idea es que vayan creciendo y se conviertan en supermercados de cercanía. Entonces pedimos que se controlen los negocios informales, que permanentemente se instalan. Se trabajó mucho con la inclusión financiera y la gente compra entre un 50% a 60% con la tarjeta de débito. Eso lleva que el negocio se formalice. Cuando se ve un negocio por más pequeño que sea y perdura en el tiempo, por algo la gente lo elige. La gente no está obligada a ir. Hay muchos puntos de ventas y Montevideo está bien saturado en este sentido. Por lo cual debemos cuidar esas Pymes. Porque el cierre significa un perjuicio para las personas, ya que se sacan opciones de compra. Lo que cuidamos justamente es que no desaparezcan los puntos de ventas por más pequeños que sea.
¿Y en referencia a la situación financiera, cómo están pudiendo subsistir esas Pymes?
Las condiciones de compra para los pequeños siempre fueron las peores. Los negocios chicos siempre pagan al contado y prácticamente no tiene financiación. Eso le obliga a no tener mucho personal. Además, con la inclusión financiera el espíritu era bajar el Iva, lo cual no ha logrado.
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