En Uruguay, el 12% de la población vive en hogares unipersonales. Eso significa que 360.000 uruguayos viven solos. Además, el 72% de las personas que viven en hogares de ancianos decía ya en el año 2007 “nunca recibir una visita”. En el año 2015 la soledad fue declarada epidemia por la OMS y el Foro Económico Mundial consideró la depresión una de las tres grandes amenazas para la economía global.
Somos seres sociales. A través del contacto con el otro nos reconocemos. Construimos ciudades, marcos y regulaciones para la convivencia pacífica. Formamos familias. Ejercemos profesiones que tienen sentido a través de la existencia de un tercero. ¿Cómo no sería natural que nos afecte la privación de contacto con el otro?
Incertidumbre, frustración y soledad fueron y son algunas emociones que se incrementaron dentro de las personas desde el inicio de la pandemia. El aislamiento social –tan necesario para la reducción de las tazas de contagio–conllevó una resignificación del valor de los vínculos. De un momento al otro, el mundo bajó las persianas, cerró sus puertas y se resguardó dentro de su hogar. Fue entonces cuando surgió la oportunidad de descubrir el verdadero valor del abrazo de un ser querido, el contacto con el otro, la esencia gregaria que habita en las personas.
Pero la soledad no es un sentimiento que surgió en marzo de 2020. Un estudio realizado por Alcance Servicio de Compañía recoge que en el año 2015 la soledad fue declarada epidemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Foro Económico Mundial consideró la depresión una de las tres grandes amenazas para la economía global, a partir de sus consecuencias sobre la salud. (2015). Además, agrega que en los residentes del hospital Piñeyro del Campo, cuatro de cada cinco adultos mayores sufren algún tipo de soledad (social o emocional), y 15% de ellos muestran niveles de soledad severos o muy severos.
A la vez, menciona que en Uruguay el 12% de la población vive en hogares unipersonales. Eso significa que 360.000 uruguayos viven solos. Además, el 72% de las personas que viven en hogares de ancianos decía “nunca recibir una visita”, en el año 2007, según agrega el informe.
Por último, dice que la soledad produce un impacto similar (o incluso mayor) a la obesidad, la polución ambiental y el tabaquismo. “Pese a esta gravedad, no solemos escuchar a mucha gente reconocer que se siente sola. Esto es porque la soledad está estigmatizada. En consecuencia, somos propensos a negar sentirnos solos. Sin embargo, un cuarto de la población mundial declara no tener con quién hablar”, explica.
Cambios de rutinas
“El estar aislados de nuestros afectos por períodos prolongados, puede generar algunos sentimientos como tristeza, ansiedad, enojo, sentimientos de vacío y frustración” explicó a La Mañana la psicóloga Karen Chasco, quien además es gerente de Recursos Humanos de Alcance. Añadió que el estar aislados de los afectos por períodos prolongados puede generar algunos sentimientos que, si se mantienen de forma sostenida en el tiempo y no son trabajados correctamente, pueden traer efectos negativos en la salud, tanto mental como física.
Chasco sostuvo que desde la infancia, la construcción de la personalidad se desarrolla a través de los vínculos y, por lo tanto, el aislamiento social que estamos atravesando tiene efectos en cada uno de nosotros dependiendo de la etapa vital que estemos atravesando y del contexto particular, aunque indicó que el sentimiento de soledad no discrimina ni por sexo ni por edad.
“Vivimos en sociedad y necesitamos de los otros para encontrar sentido a nuestras vidas. El aislamiento social cambia nuestras rutinas y costumbres fuertemente, el cambio genera ansiedad y estrés y en particular esta situación de pandemia fue un cambio ‘obligado’, por lo tanto, es algo que no elegimos lo que puede llegar a profundizar el malestar”, enfatizó.
En este sentido, recomendó no aislarse emocionalmente y utilizar la tecnología para mantenerse cerca afectivamente y alivianar esta sensación de soledad que algunos pueden llegar a sentir frente al aislamiento social. La psicóloga indicó que aún se desconoce qué consecuencias podrán haber, aunque recordó que el ser humano tiene un “gran poder para sobreponerse a situaciones muy difíciles”. De esta forma, indicó: “Hoy estamos viviendo el día a día. Creo que esta pandemia nos ha enseñado esto mismo, a no pensar siempre en el mañana si no disfrutar el hoy y, fundamentalmente, a valorar lo más importante, la salud y el estar juntos, acompañados”. (Versión extendida del artículo en la web de La Mañana)
Cartas a Soledad
Desde Alcance reconocen dos periodos desde marzo de 2020 hasta hoy, que han sido claves en los cambios de la demanda del servicio. Uno, cuando se declaró la emergencia sanitaria en marzo de 2020 y, una segunda etapa, a partir de abril de 2021. Ambas tienen en común la caída de la demanda del servicio. “Esto se produce como resultado de la baja en la atención programada a nivel del sistema de salud en su conjunto”, explicó a La Mañana Natalia Brogliatti, jefa de Marketing y Comunicación de la empresa.
“Lo que las diferencia es que en el 2020 percibíamos miedo al contacto con un otro fuera del hogar, mientras que este año ese temor ha disminuido y las familias sienten y necesitan el apoyo que podemos brindarles desde Alcance con nuestro servicio; por lo que, si bien no se ha recuperado, la demanda ha crecido levemente”, indicó
Luego del temor inicial y ahora, a un año del inicio de la pandemia, la demanda de servicios continúa siendo baja en relación a antes del covid-19 dado que, por el momento, siguen siendo mínimas las operaciones programadas y el tiempo de internación continúa siendo corto.
Además, observó que las barreras culturales de tener a una persona externa al cuidado de un familiar fueron bajando. Antes se veía mal que la familia no cuidara al abuelo/a y también el hecho de dejar entrar a un desconocido a un hogar y, por ende, a la historia de vida de una familia. “Actualmente, agradecen la ayuda externa porque brinda alivio saber que hay una persona formada y profesional y una institución detrás que respalda y se responsabiliza por el cuidado del socio que recibe el servicio”, dijo Brogliatti.
Ante ello, y con el objetivo de que menos personas se sientan solas, es que lanzaron recientemente la campaña “Cartas a Soledad”, una acción que invita a tejer una red de voluntarios para llevar compañía a quien lo necesite a través de mensajes de fuerza y cariño.
En alcance.com.uy se encuentran distintas opciones, ya sea escribir una carta, recibir una carta o un lugar para aquellas personas que solo quieran contar su propia experiencia para ayudar a otros, además de capsulas donde se puede conocer más acerca de lo que hablaron los expertos acerca del tema.
Alcance será quien reciba y envíe todas las cartas y mensajes a través de varios medios que estarán disponibles. Esto se hará para asegurar que el mensaje sea coherente, con un tono educado y que los conceptos que se exponen estén claros y la expresión sea la correcta y adecuada a las circunstancias.
“Estamos convencidos que, para muchas personas, escribir una carta o un mensaje destinado a otro es un canal para sociabilizar y que, al expresar sus emociones, puedan empezar a sentir que no están solos”, aseguró Brogliatti. A la vez, reconoció que “el sentimiento de estar solo no va a desaparecer de un día para otro, pero por algún lado se puede empezar y es por ello que decidimos tomar acción”.
Consultada sobre la finalidad de la campaña, la entrevistada mencionó que buscan hacer un llamado de atención “sobre un tema del que se habla poco a pesar de que su impacto constituye un problema social muy serio como resultado de múltiples factores y también en la salud física como psicológica de las personas y en su defecto en la sociedad hasta para el sistema político por los costos asociados y la necesidad de políticas públicas sobre el tema”. Asimismo, dijo que buscan apoyar con mensajes de aliento y compañía a personas de todo el país. En particular –pero no únicamente– a quienes se sienten en soledad por la pandemia o por su situación de vida.
Esta acción se orienta a quienes quieren acompañar escribiendo y a quienes hoy, o alguna vez, se sintieron solos y desean ser acompañados, sin diferencia de edad. En el caso de que sea un menor, puede escribir una carta, aunque con la autorización de un adulto referente.
“Tenemos un ejemplo precioso de una escuela en Nueva Palmira, donde una maestra junto a sus alumnos escribió una carta hermosa. Eso nos hace seguir apostando en generar acciones de contenido para que la sociedad en su conjunto se sienta parte y refleje nuestros mejores valores”, concluyó Brogliatti.
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