A pocos kilómetros de la ciudad de Río Branco, limítrofe con Brasil en el departamento de Cerro Largo, se encuentra el balneario Lago Merín, lugar elegido por turistas locales para veranear y descansar, en un entorno natural único.
Muchos residentes de Melo, a unos cien kilómetros del balneario, y de la vecina Río Branco, municipio del cual forma parte, se consideran “laguneros”, y tienen una casa de descanso en la Laguna. Otros tantos optan por alquilar sus residencias en la temporada estival, época en la cual la población de la localidad se multiplica exponencialmente. Sin embargo, este año de incertidumbres ha generado algunos cambios inesperados.
Javier Porto trabaja en el rubro inmobiliario y es edil departamental de Cerro Largo. Tiene casa en la Laguna, sobre la playa, “pero no la que la gente va a bañarse, sino en una zona de deportes acuáticos, con mucha vegetación, poca arena, un lugar muy pintoresco”, comenzó diciendo a La Mañana. “Yo vivo en Río Branco, pero construí mi casa acá hace unos cuatro años, y vengo permanentemente los fines de semana. Siempre miro el pronóstico, porque mi casa está frente al agua y cuando los vientos están de frente no vengo”.
Verano entre los de cerca
“Nosotros todas las fiestas de fin de año las pasamos acá en familia, y fue la primera Navidad en la cual el 24 te entraba como una melancolía porque no había prácticamente nadie, recién el 25 se empezó a mover algo, parece que la gente se quedó en casa, hay poco movimiento”, aseguró Porto.
Javier aseguró que si bien no trabaja directamente con administración de alquileres sino con ventas, muchos colegas de otros lados le suelen consultar si conoce casas para alquilar, “en principio era algo impresionante la demanda que había para alquileres, pero mucha gente ha dado de baja las reservas por el avance de la pandemia, realmente hay un temor importante. En noviembre se hablaba que no había más casas para enero y parte de febrero, pero en un grupo que tenemos con vecinos de Lago Merín cantidad de gente comentaba que quienes habían alquilado avisaron sobre los últimos días de diciembre, que no vienen”.
“La Laguna de todos modos ofrece mucho esparcimiento, mucha naturaleza, es una playa donde te brinda cierta tranquilidad frente a la situación que estamos viviendo, entonces la mayoría de los que son propietarios se vinieron para acá justamente para aislarse y alejarse un poco de las zonas más pobladas, es un lugar muy despejado, la verdad que como tranquilidad es muy recomendable”, afirmó Javier.
Porto considera que la promoción de la Laguna Merín no ha sido suficiente, “creo que este intendente que asumió ahora hace un mes, José Yurramendi, que es lagunero, tiene la idea de promocionar la Laguna desde la Dirección de Turismo, porque a nivel nacional había promoción de varias playas en el país, sin embargo de la Laguna Merín se veía muy poco, siendo que es un balneario de agua dulce importante en el país. Ahora hay un proyecto de un muelle embarcadero de veleros, ha habido muchos pedidos de gente que quiere llegar navegando pero no hay como llegar a la costa, y es importante para mejorar la infraestructura en ese aspecto”.
“La playa tiene un nivel de agua bastante bajo, hay que caminar varios metros para encontrar mayor profundidad, y eso hace que sea muy segura, no hay pozos, y eso da una tranquilidad importante para las familias que vienen a veranear”, dijo Porto.
Retratar la naturaleza al detalle
“La Laguna está medio olvidada, principalmente por en el tema del turismo a nivel gubernamental, la Laguna queda como de lado”, comenzó contando a La Mañana Javier Flaniguen, fotógrafo arachán.
“Arranqué medio directo en el tema de fotografía de naturaleza, siempre tuve en contacto que viene de cuando era niño, que a mi viejo le gustaban mucho los bichos, los traía a casa, y por eso quizá me fui acercando un poco más a la parte natural”, contó Flaniguen.
El fotógrafo relató su ‘ritual’ de sacar fotos en situaciones cotidianas mientras pasea por la Laguna, “saco muchas fotos, sin dudas, salgo a caminar con mi perro y mi señora y llevo la máquina, la fotografía es la que surge ahí, son pocas las veces que salgo específicamente a intentar fotografiar algo, que lo he hecho, pero es más bien una fotografía que se da en el momento”.
Javier es de Melo, pero tiene un vínculo estrecho con la Laguna Merín, recordó, “yo era muy niño, mi padre era constructor, e hizo un par de casas en la Laguna, cuando llegar era complicado porque el camino era de balastro, hace más de cuarenta años. Más allá de esas idas de niño, después, como en el ochenta y algo empecé a ir los fines de semana a la Laguna, y próximo al 2000 me picó un poco el tema de la fotografía, y se generó un vínculo muy fuerte con la Laguna, durante las caminatas intento captar lo que me resultara interesante para mostrar”.
“Si bien arranque con la fotografía en el ´98, en el 2002 hice mi primera exposición unas semanas antes de semana de turismo. Acá en Melo cuando yo era niño estaba la Semana de Cerro Largo, en la cual había un concurso de caza y pesca, donde se mataban muchos animales, eran otras épocas, la depredación era importante, y varios años después, cuando esa práctica ya había mermado, yo intenté esa muestra fotográfica, para intentar mostrarle a la gente que había otra manera de relacionarse con la naturaleza. De ahí arranque y casi todos los años hice alguna muestra, o saque un libro hace un par de años, siempre con esa idea, no solo de mostrar el lugar, sino de mostrar la naturaleza que tenemos y que podemos disfrutarla o mirarla de otra manera”, aseguró Flaniguen.
“Paisajes hago pocos, porque me da la impresión de que no logro a través de la fotografía transmitir lo que yo sentí en ese paisaje, la miro y pienso que no es eso lo que sentí en el momento. Me centro un poco más en los detalles, aves, insectos, animales, huellas, en fin, le busco mi punto de vista a la fotografía de naturaleza”, concluyó.
TE PUEDE INTERESAR