Standard & Poor´s mantuvo en mayo pasado la calificación a Uruguay un escalón por encima del Grado Inversor, con perspectiva estable. Fitch Ratings ratificó en junio la calificación de Uruguay en BBB- con perspectiva negativa. Más recientemente, a comienzos de agosto Moody´s ratificó su calificación del país un escalón por encima del Grado Inversor, manteniendo la perspectiva estable, no obstante realizar severas observaciones sobre los necesarios ajustes pendientes en las condiciones macroeconómicas.
¿Considera que las agencias aplauden el modelo económico en curso o advierten sobre la potencial pérdida del Grado Inversor?
Claramente se trata de una advertencia. En el informe que presentan se califica de “moderada” la fortaleza económica del Uruguay y se hace una fuerte apuesta a una recuperación en el crecimiento económico en los próximos dos años, reconociendo que los problemas estructurales han afectado la inversión, los mercados laborales y la competitividad. En otros términos, todo lo que vemos en el Uruguay de hoy: déficit fiscal insostenible, inflación fuera del rango, desempleo creciente y deuda que ya alcanza hasta el año 2055, se sintetizan en la confianza de la agencia en un cambio a partir del 1º de marzo de 2020, basada esta confianza en lo que textualmente afirman sobre que “… el historial de Uruguay de construcción de políticas de consenso, apoyará la aprobación de medidas para afrontar en los próximos años los desafíos estructurales en materia económica y fiscal”.
¿Es entonces una posibilidad cierta que si no se solucionan los problemas que constatan se perdería el Grado Inversor?
Sin ninguna duda, si no cambian las consecuencias del agotado modelo dirigista y asistencialista aplicado durante los últimos 15 años, el Grado Inversor se perderá y las repercusiones serán tan graves como lo que apreciamos en el vecindario próximo. Lo establece la propia Moody´s, cuando consigna que “… una presión crediticia a la baja –aclaración: ello significaría perder el Grado Inversor- podría desencadenarse … (con) un deterioro aún mayor de la fortaleza fiscal en el mediano plazo, con un aumento continuo en los indicadores de deuda y/o una erosión material y sostenida en los amortiguadores externos y financieros”.
¿Por qué esa inevitable necesidad de cambio de modelo que propone?
La inevitabilidad del cambio no se fundamenta exclusivamente en el riesgo comentado. La necesidad radica en sus fundamentos y las consecuencias críticas que estamos afrontando. Más concretamente, en lo que los economistas y en particular aquellos especializados en teoría económica identificamos como la antropología fundamental a partir de la cual comienza todo diseño. Los sistemas legales y los enunciados económicos que se prioricen serán los que finalmente definan un modelo continuista o un modelo alternativo como el que proponemos desde Cabildo Abierto, basado en dos principios básicos: la libertad del individuo y la solidaridad para con el colectivo. La libertad que caracteriza a una verdadera economía de mercado y la solidaridad de un Estado activo y no prescindente, evitando “aventuras” e inversiones irracionales y concentrando sus recursos en la atención de aquellas poblaciones más vulnerables.
¿Qué le cuestionan al modelo vigente?
Los resultados lo juzgan. Como ocurre con estos modelos de apoyo a la demanda, se agotan cuando se termina la “caja” y la capacidad para seguir endeudándose. Si además se administra imprudentemente los ciclos económicos de alta, sin regla fiscal y fondos de estabilización, generando compromisos “endógenos” y financiando artificialmente un consumo no sostenible, todo lo que explica una carga fiscal improcedente y una inflexibilidad laboral que obstaculiza el desarrollo del empleo productivo, se culmina en los problemas macroeconómicos que hoy como país nos caracterizan. Y lo más grave: la presencia de un desempleo creciente y un “asistencialismo” como solución –cuestionada ahora por el propio candidato del partido de gobierno- provoca la pérdida de la cultura del trabajo y el acostumbramiento a la vida pasiva y mendicante a que las políticas sociales nos han conducido.
¿Cuál es la alternativa que propone Cabildo Abierto en materia económica?
Un modelo de apoyo a la oferta, al empresario privado competitivo y responsable, generador de fuentes de trabajo productivo, reintegrando al desempleado y subempleado al trabajo pleno, devolviéndole el orgullo y dándole la satisfacción de dejar atrás la subcultura a que se ha visto expuesto. Un modelo de crecimiento sustentable y empleo, fundado en la estabilidad jurídica y económico-financiera que un gobierno de Cabildo Abierto, con disciplina fiscal, apertura comercial y desarrollo incluyente promoverá. Un modelo que actúe mediante la aplicación selectiva de incentivos fiscales, previa evaluación social, pensando preferentemente en el país y priorizando sectores con capacidad competitiva exportadora y a aquellos de producción no transables con aportes tales como la incorporación de la mano de obra no calificada actualmente desempleada. Un modelo que impulse la apertura comercial a través de un regionalismo abierto desde un Mercosur actuando como Zona de Libre Comercio, sin proteccionismo y contemplando la posibilidad de acuerdos inter-bloques, así como convenios bilaterales de sus miembros con terceros países. En suma, el modelo que Cabildo Abierto propone en su Compromiso 2020/2025.
¿Y qué Estado se requiere para impulsar estos cambios?
Una administración transparente, sin corrupción impune, con integración vertical y transversal de la gestión. Una administración que diseñe y aplique políticas públicas integrales, complementarias y coordinadas en su aplicación por un sector público reestructurado, más eficaz y eficiente, incluyendo el establecimiento de controles concomitantes a la gestión, orientado a la recuperación de los sectores más vulnerables y a incentivar la mejora de la calidad y competitividad de la productividad privada. Una administración para cuyo rediseño se requerirá de una imprescindible auditoría integral de gestión desde el comienzo del nuevo gobierno. Una administración que deberá incorporar nuevas tecnologías de planificación de la gestión pública, tales como el balance estructural de ingresos y gastos públicos y su utilización en la formulación de la política fiscal. Una administración que adopte la técnica de “Presupuesto Base Cero” para la confección de los presupuestos anuales, incluyendo la asignación de responsables por su aplicación, un control concomitante a la gestión y medidas para la difusión pública de avances y resultados. Y no menor, una administración que contemple la designación responsable de autoridades en los entes autónomos y empresas vinculadas, seleccionando personas comprometidas con impulsar una gestión de calidad y eficiencia en la provisión de productos y servicios públicos.
En base a estas propuestas, ¿qué resultados aspiran alcanzar?
Un país con disciplina fiscal y estabilidad, reduciendo gradualmente el gasto público, reorientando el gasto social y alcanzando un resultado primario positivo y un déficit global no mayor al 2%, así como la reducción de la Inflación a niveles de 3 a 4% anual, según fundamentos genuinos y que no afecten a un imprescindible tipo de cambio real competitivo. Un país con crecimiento sustentable de 3 a 5% del PIB anuales en la segunda mitad del período 2020/2025, una vez superadas las tendencias adversas con que nos encontraremos a marzo de 2020, con la inversión como principal motor, la que se deberá situar cercana al 25% del PIB. Y un país que habrá iniciado su transformación productiva, a partir de la apertura comercial y la generación de fuentes de empleo productivo, lo que se logrará una vez liberado el sector privado del peso de la excesiva carga fiscal y del consecuente costo-país, actuando en un marco de mayor flexibilidad laboral y menores restricciones burocráticas, procesando una mayor productividad de los factores sustentada en la integración de nuevas tecnologías, la generación de empleos adaptados a las características de la cuarta revolución industrial en curso y modalidades de competencia-cooperación implementadas a través de integraciones verticales y horizontales, clusters y alianzas empresariales.