Desde hace algunas semanas 15.000 personas en todo el país comenzaron las actividades enmarcadas en los Jornales Solidarios. Muchos de los que salieron sorteados para estos Jornales en el interior ya contaban con experiencia de autoconstrucción en planes de Mevir.
Los puestos para el programa de Oportunidad Laboral, más conocido como Jornales Solidarios, impulsado por el Gobierno, se distribuyeron en los 19 departamentos según la población y otras variables como la situación económica y las tasas de actividad de cada región.
De esa manera, Rivera obtuvo un cupo de 533 funcionarios temporales que durante seis meses se integrarán a trabajos en las direcciones de Medio Ambiente y Obras. En el interior del departamento cada localidad rural obtuvo 2 cupos, en las villas 18 cupos y en la ciudad de Tranqueras 26 cupos. El resto fueron para la ciudad de Rivera.
La oportunidad de los Jornales
Mercedes de los Santos es de Tranqueras, tiene 35 años, y el pasado mes de mayo salió sorteada para los Jornales Solidarios. En conversación con La Mañana, contó su experiencia construyendo su vivienda y la participación en el programa.
“Soy madre de cuatro niños, la mayor tiene 15 y el menor tiene 6, hace tres años enviudé, y estaba trabajando en changas, hasta que tuve la dicha de salir seleccionada en los Jornales Solidarios, por lo cual estoy muy contenta, porque justamente en mayo hacía dos años que estaba desocupada”, comenzó diciendo.
Hasta el momento, Mercedes se encontraba haciendo tortas fritas, alfajores y donas para vender, “y con eso y la asignación de los niños la íbamos llevando”. Fue entonces que apareció el programa de los jornales. “Me enteré de los Jornales Solidarios por las redes sociales y por verlo en la tele. Muchos conocidos que saben de mi situación me pasaban el enlace para la inscripción, y tan pronto como abrieron la inscripción me inscribí de inmediato, y ahí tocó esperar. Cuando vi que estaba mi número de cedula en la lista me emocioné, porque era una cosa que esperaba, pero no me quería hacer mucha ilusión”, remarcó.
“Hace un tiempo mi madre tuvo la experiencia de trabajar en el programa Uruguay Trabaja del Mides, entonces ella me contaba y hacíamos conjeturas de lo que podría llegar a hacer si salía sorteada, pero no tenía mucha idea hasta el día que fui a la entrevista”, relató Mercedes, que comenzará a trabajar en la segunda quincena.
Silvia Piñeiro también salió sorteada, es de Tranqueras, y antes de presentarse la oportunidad de los Jornales Solidarios también realizaba changas. “Trabajé en la apicultura cosechando miel, y en la forestación. Me enteré de los Jornales porque hablaban en la radio y en la tele, y cuando apareció para anotarse lo hice”, dijo en diálogo con La Mañana.
“Me alisté sin demasiadas expectativas, porque sabía que era difícil que saliera sorteada, pero cuando me enteré me quedé muy contenta. Está muy difícil conseguir trabajo en este momento”, admitió. Silvia está en el grupo que comenzó a trabajar la primera quincena, y asegura que el trabajo ha sido “tranquilo, un poco cansador pero lo vamos llevando bien. El grupo está bueno, ya somos todos compañeros”.
Mevir: aprender haciendo
Tanto Mercedes como Silvia fueron beneficiarias de una vivienda de Mevir en su ciudad, mediante lo cual ambas obtuvieron su casa propia y aprendieron técnicas constructivas. “La idea para inscribirme para Mevir venía desde mucho tiempo, porque con mi esposo siempre alquilamos, y se nos hacía pesado porque solo él trabajaba. Yo tenía a las niñas chicas y siempre que inscribían para Mevir lo hacía”, recordó Mercedes.
“Esta era la tercera vez y yo me ilusionaba mucho con la idea de mi casa propia siempre que entregaban las listas. En las dos primeras veces me angustié mucho porque no me llamaban. Ahí surgió otra oportunidad. Yo tenía a las dos niñas chicas en el momento, salí corriendo, y cuando entregaron las listas me llamaron para informarme que mi nombre estaba en la lista. Fue hermoso”.
Mercedes contó sobre la experiencia de construir su vivienda junto a su familia: “Cuando empezamos a trabajar ya teníamos la emoción de que sería nuestra casa”, y relató las tareas que aprendieron en el transcurso, “en principio el trabajo que realizábamos consistía en atar varillas, hacer cerchas, nos enseñaban muchas cosas. Yo nunca había trabajado en construcción, pero los oficiales y capataces eran todos muy buenos; nos explicaban, tenían paciencia, y a medida que íbamos agarrando la mano íbamos haciendo”.
“A mí me tocó muchas veces atar hierros y varillas para hacer pisos y la parte de cimientos, pero también levanté paredes y pinté. Uno aprende mucho. Acá Tranqueras es una ciudad chica, nos conocemos la mayoría, pero aun así Mevir te permite conocer gente nueva, hacer amistades, y eso es muy lindo. Por eso y otras cosas le estoy muy agradecida”, dijo.
Poco antes de terminar la construcción, el esposo de Mercedes enfermó, mientras todavía tenían horas para cumplir, “si no las haces, corres el riesgo de perder tu casa”. “Él terminó internado, y yo tenía que cumplir mis horas y no lograba hacerlo. La asistente social planteó nuestra situación a los compañeros, se hizo una reunión, y la gran mayoría donó horas. En dos días me donaron 200 horas de trabajo. Fue la manera a través de la cual me salvé de no perder la vivienda. Por eso les estoy muy agradecida, formamos más que un equipo de trabajo… una comunidad”.
Por su parte, Silvia fue otra de las tranquerenses beneficiarias de uno de los planes de Mevir. “Eso fue muy bueno, es una experiencia donde uno aprende muchas cosas. Aprendimos a levantar paredes, a hacer material, y todo lo que implica construir una casa. Yo entré en el Plan VI, en el año 2019”.
“Cuando me anoté y salimos sorteados, tuvimos reuniones, y empezó el proceso de trabajar en la construcción, desde las fundaciones hasta terminar la casa. Es un trabajo en conjunto, todos para todo, se forman grupos y se van rotando en las tareas”. Silvia contó que si bien no continuó dedicándose a la albañilería, “he hecho cositas en casa nomás, pero si me pongo a trabajar tengo el conocimiento para hacerlo”.
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