Oriunda de Argentina, se desempeña como docente universitaria, investigadora adjunta del Conicet y coordinadora del Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Transnacional de la Universidad de La Plata. Se ha dedicado a investigar el crimen organizado, la violencia y el narcotráfico en América Latina. En una entrevista que concedió a La Mañana, la Dra. Sampó explicó las razones por las cuales los puertos de Buenos Aires y Montevideo son cada vez más utilizados para trasladar drogas y detalló las debilidades que presenta la región para combatir el narcotráfico.
Usted es experta en redes criminales internacionales, y en particular ha estudiado las redes de tráfico de cocaína desde los puertos del Cono Sur, en especial desde Montevideo. ¿Por qué está saliendo droga desde los puertos argentinos y uruguayos cuando parecería ser un punto de salida distante de los principales centros de producción?
Además de los puertos de Buenos Aires y Montevideo te agregaría San Antonio que es el puerto principal de Chile. Primero, la cercanía o la lejanía es bastante relativa cuando hablamos de un subcontinente como el nuestro, marcado por la porosidad de las fronteras, la velocidad a la que uno puede transportar la mercancía, las alternativas para llegar a esos puertos y la potencialidad para corromper funcionarios públicos y privados a la hora de utilizar los puertos no tradicionales de salida y de generar lo que con Valeska (Troncoso) en nuestro artículo (https://link.springer.com/article/10.1007/s12117-021-09441-y) denominamos rutas contraintuitivas. Se trata de rutas que a los ojos de las fuerzas de seguridad y judiciales del Estado parecen absurdas, porque, como vos estás marcando, son más alejadas de las zonas de producción, pero ese elemento sorpresa o de poca previsibilidad es lo que genera el efecto que buscan las organizaciones criminales, que es que las autoridades no esperen que se saque la cocaína a través de esos puertos. Eso hace que el riesgo sea bajo y los réditos por generar estas transacciones sean altos. A las organizaciones criminales lo que más les importa es generar ganancias pero que sean estables y que reduzcan su potencial descubrimiento. Y no hablo solamente de la incautación de drogas, sino de golpear fuerte a la organización de manera tal que se la pueda llegar a rastrear hasta las cúpulas y desarticular.
Hay una segunda cuestión que para mí es central que es la cantidad de cocaína que se viene produciendo desde 2013 en Sudamérica, que ha inundado la región y que hace que presione los mercados de consumo, que haya nuevos mercados de consumo cada vez más ávidos de producto. Estamos hablando de la incorporación de Medio Oriente, Asia, Oceanía, incluso África, que antes funcionaba solamente como un punto de tránsito.
Un último elemento en el caso de Argentina y Uruguay tiene que ver con el rol preeminente que ha ganado el Primeiro Comando da Capital (PCC) en Paraguay y cómo se ha convertido en un hub de redistribución de cocaína, o sea, Paraguay funciona como el espacio donde se guarda, acopia, en algunos casos produce cocaína que viene de Bolivia, Colombia, Perú, y a partir de ahí se redistribuye utilizando rutas terrestres y después la hidrovía o directamente la hidrovía —eso está relacionado con el caudal del río y demás—.
En resumen, es por estos tres elementos que las organizaciones criminales están utilizando cada vez más los puertos de Buenos Aires y Montevideo, pero eso no quiere decir que antes no se utilizaran.
Específicamente, ¿cuál es el rol de la Hidrovía Paraná-Paraguay en la salida de droga hacia Europa?
El hecho de que Bolivia sea el tercer productor de hoja de coca y de la derivada cocaína y de que Paraguay, como decía, sea un hub de acopio y distribución de cocaína, hace que la hidrovía sea utilizada por ambos, que tienen acceso a ella como países que no tienen salida al mar. Es decir, su producción exportable se traslada internacionalmente desde la hidrovía hacia los puertos de Buenos Aires y Montevideo, así como otros que están en Chile y Brasil, y que les permiten acceder al comercio internacional, que de otra forma no podrían. Eso hace que se generen las condiciones para que las economías ilícitas se suban a los movimientos de las economías lícitas. Muchos dicen que los contenedores son un flete gratis para las organizaciones criminales, que aprovechan el comercio de bienes lícitos para camuflar a los bienes ilícitos.
Lo cierto es que sí hay una importancia cada vez más grande de esta hidrovía, y el tema del movimiento hacia Europa o África tiene que ver con cómo nuestros países comercian con un espacio o con el otro, porque los contenedores van a ir a la ruta que les corresponde y las organizaciones criminales van a utilizar ese tránsito para llevar su carga a donde quieran. En muchos casos esa carga va primero a África y de ahí se distribuye hacia Europa, desde donde va hacia otros espacios, y en otros casos va directamente a Europa y se distribuye hacia diferentes territorios, incluso se involucra a distintas organizaciones criminales y a diversos destinos, puede ser la puerta de entrada a Medio Oriente o a Asia, por ejemplo.
En su investigación, usted sugiere que los países con “buena reputación” son un objetivo de estas redes. ¿Podría explicar el mecanismo?
La idea de la buena reputación es que los países que tienen lo que se denomina “marca país”, como es el caso de Chile, o que aparecen como países de baja percepción de la corrupción, a partir de, por ejemplo, el trabajo que hace Transparency International con el Índice de Percepción de la Corrupción, y es el caso de Costa Rica, Chile y Uruguay en particular, de alguna forma son más atractivos para las organizaciones criminales porque no generan alarmas en los puertos de destino.
No nos olvidemos de que estamos hablando de percepciones, que no necesariamente es lo que pasa en la realidad, o sea, cuando hablamos de la buena reputación estamos hablando de cómo se ve un país frente a la comunidad internacional o frente a las fuerzas de seguridad y a la cooperación que estos países tengan con terceros países.
En el caso de Uruguay, hay una reputación muy vinculada a la baja corrupción que, insisto, se refleja en este índice de percepción, pero no necesariamente tiene un correlato con la realidad, es algo que no es posible probar porque las percepciones son relativas. Lo mismo pasa con el caso de Chile, que quizás es todavía más claro porque durante mucho tiempo se hizo uso de esta idea de la marca país, de la buena reputación, y aparecen cada vez más evidencias de que los niveles de corrupción son muy importantes y esa buena reputación se empieza a perder. De hecho, hoy Chile es el tercer país del que proviene más droga cuando hablamos de incautaciones en Europa.
¿Cómo se vincula el aumento de la violencia con la utilización de un país como punto de tránsito? ¿Son dos mundos independientes? ¿Son efectivas las políticas de represión del microtráfico si no se ataca el gran tráfico transfronterizo?
La violencia y la idea de un país como tránsito para mí no tienen necesariamente vinculación, pueden ser cuestiones independientes. Hay cosas de la violencia que son difíciles de explicar, por ejemplo, el caso de Rosario, que los colegas que lo conocen dicen que la violencia estaba antes que el movimiento internacional de drogas, y que de alguna manera estos movimientos funcionan como catalizadores, es decir, terminan de dividir aguas que ya estaban divididas. Pero no creo que haya una vinculación directa, sino que tiene más que ver con la disputa por el control territorial o la posibilidad de represión del Estado.
Y con respecto a las políticas de represión del microtráfico, pienso que tienen que ver con ciclos electorales, con querer dar respuesta a lo que pide la gente y cómo eso puede repercutir positivamente a nivel político. La mayoría de los gobiernos optan por llevar adelante políticas que les generen algún tipo de rédito, y el trabajo relacionado con la cooperación transnacional y con los países vecinos requiere más tiempo, es mucho más lento y no repercute tan fácilmente en el ámbito interno.
¿Cómo interactúan estas redes con actividades locales y cómo se relacionan con los negocios legales? ¿Cuáles son los comportamientos sociales que favorecen la inserción de estas redes?
La interacción de las redes tiene que ver con, en términos locales, muchas veces, darles apoyo logístico, porque las organizaciones criminales transnacionales no necesariamente conocen el espacio físico. En realidad, a veces suponemos eso, aunque no siempre es real. Por ejemplo, hay pruebas de miembros de la ‘Ndrangheta que han vivido en Uruguay y que fueron descubiertos después de muchos años, eso nos hace pensar que potencialmente podría haber estado o podría estar la ‘Ndrangheta trabajando allí, pero lo cierto es que no sabemos cómo funcionan esas redes. En muchos casos pueden ser vínculos de cooperación para dar apoyo logístico a aquellos que vienen de afuera.
Luego, en lo que tiene que ver con los negocios legales, va a depender de cada caso, pero es el famoso lavado de activos, o sea, cómo hacer para convertir dinero que viene del mercado negro y que carece de valor si no puede ser utilizado, en dinero que pueda ser utilizado, en un activo que realmente valga la pena. Obviamente, en esos procesos de lavado de dinero se pierde un porcentaje de plata, pero sirven para inyectarla en la economía lícita y, por lo tanto, para ser utilizada en lo que se quiera, en la compra de bienes, de empresas, en la utilización de compañías compradas para generar más rédito para la empresa ilícita sobre la que se está trabajando.
En particular, ¿cuáles son las facilidades o ventajas de sacar droga por un puerto con una importante operativa de transbordo como el de Montevideo?
No sé si el puerto de Montevideo tiene una importante operativa de transbordo, si bien es cierto que es el puerto número 10 de los sudamericanos, tampoco es tan grande o tan importante. Pero, por ejemplo, sabemos que Montevideo tiene dos escáneres que cada tanto no funcionan y eso no solamente lo sabemos nosotros, sino que también lo saben las organizaciones criminales. Es un puerto que busca insertarse en el comercio internacional y por tanto trata de ser más rápido, porque eso es más atractivo, y por ese motivo hay que ser más laxo con el tema de los controles. No sé cuál es la normativa actual respecto a la revisión de los contenedores que están en tránsito desde Paraguay o Bolivia, por ejemplo, hacia Europa o cualquier otro lugar a partir de Montevideo. En el caso de Buenos Aires eso cambió y se generaron políticas de más fácil revisión de la carga en tránsito para evitar que se siguieran reproduciendo justamente estos modelos que mencionaba de utilización de los puertos de tránsito como puertos de salida de cocaína especialmente hacia Europa.
En la periferia de las principales ciudades uruguayas operan redes de prestamistas colombianos que supuestamente tienen conexión con el tráfico de drogas. ¿Podría explicar cuáles son las sinergias entre estas actividades? ¿Cuál debería ser el rol de los supervisores del sistema financiero? ¿Debe limitarse a controlar la apertura de cuentas bancarias o debería estar mirando el problema con mayor amplitud?
Con respecto a ese tema en particular no tengo conocimiento, sí es cierto que este sistema de gota a gota típico de las organizaciones colombianas se ha extendido por la mayor parte de nuestra región.
TE PUEDE INTERESAR