Mientras que la cuenca del Santa Lucía –junto con la del río Negro– se considera una de las más comprometidas a nivel ambiental y la gestión de residuos urbanos representa uno de los desafíos ambientales más importantes para el país, emprendedores de la zona oeste de Montevideo se apoyan en productores locales que cosechan alimentos de la tierra, subrayando la importancia de mantener y mejorar la calidad ambiental de Uruguay. Cuidar el medio ambiente engloba también asegurar fuentes laborales y alimentos de calidad para todos los uruguayos.
El pasado domingo 5 de junio, el Día Mundial del Medio Ambiente coincidió con el 50° aniversario de la Conferencia de Estocolmo, considerada un antes y un después en las políticas ambientales de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas. Se considera fundamental que se establezcan lineamientos generales que orienten a las naciones ante el devenir de un mundo en crisis por desperdicios, con napas de aguas contaminadas y la deforestación de los bosques naturales.
En nuestro país este día fue conmemorado por parte de una cartera joven que lleva apenas un año y medio de creación. En diálogo con La Mañana, Gerardo Amarilla, viceministro del Ministerio de Ambiente, resaltó la presencia en la institucionalidad uruguaya del Ministerio “creado para brindarle jerarquía a las políticas ambientales estatales”, sobre las cuales dijo que tendrán éxito si son públicas e involucran al ámbito privado y civil.
No obstante, la calidad del agua representa uno de los desafíos en materia ambiental para Uruguay, enfatizó el subjefe de cartera. En este sentido, mencionó que el Ministerio lleva adelante varias líneas de acción relacionadas a la mejora de las cuencas, alguna de ellas “particularmente comprometidas” como las del río Negro o la de Santa Lucía. “Tenemos que trabajar mucho en ellas”, indicó.
Otro de los retos que tiene el país en materia ambiental es la gestión de residuos urbanos, los cuales representan un “gran problema debido a la mala gestión del Estado uruguayo y de diferentes actores del mismo”, indicó Amarilla. Sin embargo, este problema representa a su vez una “gran oportunidad” debido a que el desarrollo en la gestión podría suponer la presencia de emprendimientos de economía circular que permitan un impacto económico, social y ambiental. La mejora de la administración de las zonas protegidas, de la mano de las cadenas de valor que permitan un mayor desarrollo del ecoturismo, son otras de las líneas de trabajo a futuro planteadas por el Ministerio. Por otro lado, el subjefe de cartera indicó que contar con buenas prácticas de sostenibilidad y certificación de la producción es un impulso para acceder a mejores mercados y valorar más el trabajo de los uruguayos.
Medioambiente y producción: una ecuación crucial para el desarrollo
En tanto, cuidar del medio ambiente resulta fundamental para asegurar la fuente de trabajo de productores uruguayos que día a día se nutren de él para sus tareas. La Mañana consultó a dos emprendedores locales de la zona oeste de Montevideo que utilizan productos que parten de la naturaleza y que llevan adelante prácticas de sostenibilidad. Tal es el caso de Jenifer Flores, concesionaria del espacio que funciona dentro del Club Alemán de Remo, en Santiago Vázquez, y que trabaja con personas de la zona con pequeños emprendimientos propios. Como por ejemplo un vecino conocido como “Tata Miguel”, residente de la zona de La Colorada, quien a sus 75 años provee al restaurant de los productos que cosecha en su huerta ecológica, con productos tales como ciboulette, albahaca, tomates cherry y orégano. “No utiliza ningún tipo de fertilizante químico y cura las plantas con remedios naturales”, describió Flores. Por su parte, ellos les comparten cáscaras que sobran del restaurant y que sirven de abono para la plantación, conformando un círculo de sostenibilidad. Además, utilizan los productos que brinda el río donde se enclavan. “Trabajo con lo que pescan en el día tres pescadores artesanales, por lo que es un pescado sin congelar”, describió.
Flores, quien está presente en la zona de la Barra de Santa Lucía desde hace diez años, ha sido testigo del cambio en el paisaje del lugar. “Antes habían basurales en distintos puntos. Hoy está más prolijo, porque se hacen trabajos de rehabilitación y se trata que los vecinos se sientan parte, pero hace falta más presencia y vigilancia para que no se vea el descuido”, opinó. Aun así, el trabajo realizado hasta el momento no basta. En este sentido, mencionó la necesidad de la presencia de más contenedores. De igual forma, señaló como problemas el corte desmesurado de árboles del monte autóctono y pajonales que afectan a la fauna. “Sabemos que es una fuente de trabajo, pero se debería pensar en alguna otra solución. Vemos normalmente animales como tortugas o apereás que quedan a la intemperie y salen a la ruta, y tenemos que devolverlas. También sucede con las garzas, hace cinco años se veían muchas más”, lamentó.
El desafío de mantener una producción sostenible
En tanto, más cerca del centro de Montevideo, pero aún en la zona oeste, y sobre las costas del Río de la Plata, Silvia Del Arco Colla regenta los servicios del parador y camping de Punta Espinillo. Allí realiza una interacción entre lo que hace y lo que produce ligado al trabajo con la tierra, utilizando una huerta orgánica donde planta productos nativos. Al igual que Flores, se provee de productores locales. Crecen en la zona vegetales tales como espinacas, acelgas, remolachas y apios. Hay también algunos cítricos, como naranjas y limones, y alcauciles y espárragos, fruto de la influencia de la inmigración española e italiana que tuvo la zona en un pasado. Más recientemente comenzaron a plantar arazá y guayabo con el fin de resaltar los frutales nativos y con ello darlos a conocer en la cocina del parador. Uno de los platos que ofrecen, por ejemplo, son los buñuelos de corvina, que acompañan con un vino de una bodega de la zona ya que cosecha su propia uva.
En conversación con La Mañana, Del Arco Colla indicó que cada vez son menos los pequeños productores de la zona debido a los costos y la dificultad de la labor. “Muchas familias pequeñas han tenido que salir a buscar otros tipos de trabajos y vender el campo porque es muy difícil mantenerlo”, observó.
El parador se encuentra ubicado en un área protegida que se visualiza respecto al cuidado, resaltó. “La gente de la zona respeta mucho el lugar. También estamos en contacto con un grupo de vecinos y realizamos nuestra propia recolección y, en ocasiones, reciclamos. Tenemos la consciencia de autogestionar nuestros desechos para que no perjudiquen al medioambiente”, comentó. Sin embargo, el problema pareciera ser más social ya que continuamente batallan con los desperdicios lanzados de los vehículos que circulan, por lo que cada quince días realizan rastrillajes en cuadrillas.
Una expo sostenible
En el mes del Medio Ambiente, la cartera llevará a cabo entre los días 10 y 12 de junio la primera Expo Sostenible del país, que en esta oportunidad tendrá lugar en el Velódromo de Montevideo. La iniciativa apunta a promover acciones sostenibles en el cuidado del medioambiente y el país y a fomentar la conciencia ambiental a través de actividades y talleres vinculados a la participación ciudadana, donde se genere un espacio de intercambio y experiencias. Participarán escuelas públicas, ministerios, empresas privadas y embajadas.
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