La Mañana conversó con Natalie Pareja, directora nacional de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, representante de la delegación nacional en la COP 28, para conocer el desempeño de Uruguay en este evento, examinar las declaraciones suscritas y evaluar las nuevas oportunidades que se presentan para el país en este ámbito, entre otros temas relevantes.
La Conferencia de las Partes (COP) es la cumbre que se realiza anualmente desde 1994 y que convoca a los países que han ratificado las convenciones de las Naciones Unidas para abordar de forma mundial y coordinada el problema del cambio climático al que asiste nuestro planeta. La última edición, COP28, se desarrolló en Emiratos Árabes desde el 30 de noviembre hasta el 13 de diciembre de 2023 y estableció objetivos claves para 2030, como triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la mejora de la eficiencia energética.
La COP 28 operó bajo el lema de “Unir, actuar, ofrecer resultados”, y contó con varias particularidades. Para empezar presentó por primera vez el balance mundial –o global stocktake– sobre los avances de los países respecto a los objetivos del Acuerdo de París, adoptado en 2015 en la COP21. Otro hito destacable fue que en el primer día de sesiones se tomó la decisión de poner en funcionamiento un Fondo para Daños y Pérdidas, que es algo que se venía trabajando hacía un par de años y que fue aprobado en Egipto en la COP precedente.
Luego de dos semanas de intensas reuniones, las 198 naciones participantes ratificaron en el Acuerdo de Dubái la intención de reducir progresivamente el uso del carbón, avanzar hacia emisiones netas cero, abandonar los combustibles fósiles de manera justa y ordenada, desarrollar tecnologías limpias y reducir emisiones de gases distintos al dióxido de carbono. Otros objetivos incluyeron duplicar la financiación para la adaptación, detener la deforestación y promover la cooperación internacional con un énfasis en la transparencia. Además, se logró el compromiso financiero de más de 85 mil millones de dólares para reforzar la acción climática en diversas áreas.
Uruguay participó de esta cumbre con una delegación encabezada por Natalie Pareja, directora nacional de Cambio Climático, quien en entrevista con La Mañana destacó la presentación del cuarto Informe Bienal de Actualización de Uruguay, que abarca desde 2019 hasta 2021 y que incluye inventarios de gases de efecto invernadero y acciones de mitigación que se realizan en nuestro país. “Fue una presentación que le dio relevancia a Uruguay a nivel internacional, mostrando nuestro compromiso ambiental y contribución en la lucha contra este fenómeno”, señaló la directora.
Por otra parte, Pareja –quien también en esta oportunidad coordinó junto a su delegación el grupo regional de negociación, integrado además por Argentina y Brasil (ABU)– resaltó como sumamente significativo el hecho de que Uruguay fuera nominado y designado por consenso para ocupar una silla en la Red de Santiago durante 2024, un proceso clave para el Fondo de Daños y Pérdidas creado en esta COP28. Esta nominación fue endosada por el Grupo América Latina y el Caribe (Grulac), una entidad de diálogo y concertación no vinculante cuyo fin es crear consenso en diversos temas de la Región.
Al respecto, la directora dijo: “Es un orgullo para nosotros participar desde el inicio en la gestación de este fondo, lo cual no solo nos posiciona estratégicamente, sino que también nos brinda la oportunidad de contribuir y aprender en las primeras etapas de este importante proceso”. Para la jerarca, la decisión del Grulac no solo refleja el compromiso de Uruguay con la causa, sino que también destaca su capacidad para liderar y contribuir en el ámbito regional.
Sobre el balance mundial aprobado en esta COP28, Pareja manifestó que la herramienta representa un hito importante en la evaluación del progreso de los compromisos climáticos asumidos por cada país y permite posicionar a cada nación en estos términos, al tiempo que señala áreas en las que se puede avanzar. La relevancia de este balance radica en las recomendaciones proporcionadas a los países, que deberán considerarlas al presentar sus próximas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC). En este sentido, Uruguay deberá presentar su tercera NDC en 2025.
La Dirección de Cambio Climático como puerta a los fondos de apoyo económico
A partir de este período de gobierno la Dirección Nacional de Cambio Climático (Dinacc) adquirió mayor independencia y jerarquía, pasando de ser una asesoría en el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente a una unidad ejecutora dentro del Ministerio de Ambiente. Esto en cierta medida ha permitido que nuestro país pueda acceder a fondos, mayormente de donación, que son cada vez más competitivos a nivel mundial y fundamentales para la implementación de medidas concretas para mitigación y adaptación al cambio climático. Pareja señaló además que la nueva institucionalidad ha permitido fortalecer el funcionamiento del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, que es el ámbito interinstitucional donde se coordinan las políticas climáticas y que la entrevistada define como “el corazón de la Dinacc”.
La directora destacó en particular la efectividad del Fondo de Adaptación, que recibimos para aplicar en el sector agropecuario y en ciudades e infraestructuras, con inversiones de diez y siete millones de dólares cada uno, respectivamente, y anunció un nuevo proyecto a concretarse este año por otros diez millones, que espera sea aprobado en el primer semestre del corriente, para abordar medidas de adaptación en los seis departamentos del Río de la Plata y Océano Atlántico.
Pareja subrayó también la importancia del Fondo Verde Para el Clima y Euroclima, que han permitido el fortalecimiento institucional de la agenda climática del país, la elaboración de anteproyectos cruciales y la mejora del seguimiento y monitoreo de las medidas y objetivos de la NDC, que es de acceso público, y que permite la obtención de esas y otras donaciones, además de que sirvió como base para la obtención de instrumentos financieros como fue el bono soberano indexado a indicadores de cambio climático que Uruguay emitió en 2022. Pareja entiende que si bien las inversiones actuales son insuficientes, “cada paso dado, representa una puerta que se abre a oportunidades más amplias”.
Producción ganadera sostenible
Al contrario que en otras partes del mundo, en Uruguay la emisión de gas metano supera la de dióxido de carbono, una realidad que se deriva de ser un país ganadero en desarrollo, sumado a que el 91,2por ciento de la energía eléctrica proviene de fuentes renovables no convencionales, con lo cual afortunadamente no tenemos grandes emisiones de CO2, pero resultando en contrapartida que el setenta por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero son causadas por sector agropecuario.
En la COP 26 desarrollada en 2021 en Glasgow, el eje central estuvo justamente en la promesa de realizar esfuerzos para la reducción de emisiones de metano. ¿Cómo resolvió nuestro país este dilema? Al tratarse la declaración que afirmaba este compromiso, Uruguay pidió una reunión con John Kerry, el enviado presidencial especial para el clima, para plantearle que nos adheríamos a dicha declaración, pero no por la vía de restringir la producción, sino buscando la forma de producir de manera más inteligente y responsable para reducir las emisiones. Por otra parte se hizo hincapié en una de las acciones planteadas en el artículo 2 del Acuerdo de París. “Por ser parte del Acuerdo de París, Uruguay tiene que asumir compromisos y medidas para reducir los impactos climáticos, pero sin afectar la producción de alimentos. Eso es una regla del acuerdo y nosotros estamos totalmente aferrados a ella”, dijo Pareja.
La directora, quien también participó de estas negociaciones en su momento, explicó que hace tiempo estamos disminuyendo las emisiones de metano por kilo de carne producida. En ese sentido dijo: “Uruguay ya viene reduciendo y de forma bastante sensible este tipo de gases, y la idea es continuar bajando las emisiones. Pero lo que nos trajo esta declaración también es una oportunidad para mejorar la producción”.
Según manifestó Pareja, esta declaración permitió demostrar la capacidad de producción sostenible que tiene Uruguay a nivel internacional, ya que casi el noventa por ciento de la carne se produce en campo natural, donde el ganado forma parte de un ecosistema con biodiversidad. “Es un valor agregado para poder insertarnos al mercado internacional que estamos buscando”, agregó.
Pareja entiende que esta declaración fue el puntapié para crear un espacio de trabajo interinstitucional, el Grupo Huella Ambiental de la Ganadería de Uruguay, integrado por el INIA, Inale e INAC y miembros de los equipos técnicos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el Ministerio de Ambiente, para abordar de forma integral los sistemas de producción ganadera y medir la llamada “huella ambiental” como indicador de la evolución de este rubro productivo en relación al desarrollo sostenible.
“Contrario a lo que se podía pensar, en el sentido de que ese compromiso iba a limitar la producción ganadera, habilitó a recibir fondos para trabajar en una producción más eficiente”, dijo la entrevistada al mismo tiempo que indicó que se está gestionando una donación de tres millones de dólares de la Unión Europea para trabajar en la sostenibilidad de la ganadería y destacó la importancia de la trazabilidad de la huella ganadera para dar transparencia y lograr la adaptación a mercados que exigen productos con menos impacto ambiental.
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