La policía maneja la información que esta nueva estrategia busca eludir el impacto de los allanamientos y cierres de bocas de venta en la zona. El caso de Andrés, un hombre en situación de calle que fue prendido fuego, alertó sobre el avance de la violencia criminal, mientras el principal sospechoso quedó libre por un error de procedimiento judicial.
Andrés Bargas tiene 52 años, y según contó su familia, hace más de 30 años que vive en la calle, “porque quiere”. Él tiene donde estar, pero la calle “era su elección”. En la Ciudad Vieja lo conocen como “El negro”. Se negaba a ir a un refugio porque no lo aceptaban con su perro, Pampero. El pasado 15 de julio lo prendieron fuego mientras dormía. Esa es la principal hipótesis de la policía. El sospechoso del ataque estuvo prófugo varios días. Fue capturado y enviado a prisión preventiva. Un error de procedimiento lo dejó en libertad.
El miércoles 15 de julio, poco antes de las 3 de la mañana, una mujer llamó al 911 para denunciar que en Piedras y Pérez Castellanos habían incendiado un sillón y que el fuego se había propagado hacia un local comercial. La policía concurrió al lugar y solicitó apoyo de Bomberos. A los pocos minutos se pudo establecer que había una persona con serias quemaduras en el cuerpo, principalmente en la cara y las piernas. Fue derivado rápidamente al Centro Nacional de Quemados.
Esa misma mañana se ordenó un monitoreo de las cámaras de videovigilancia de la zona, y se logró establecer que un hombre que llegó en bicicleta a la hora 02:37, se acercó al lugar en donde dormía Andrés. Dos minutos después se inició el fuego, según se observa en una de esas cámaras.
El hombre de la bicicleta se convirtió en el principal sospechoso del ataque. Mientras la policía lo buscaba, la indignación se apoderó de todo el barrio. A las pocas horas, cerca de 200 personas se concentraron en la esquina de Pérez Castellanos y Piedras para reclamar por el esclarecimiento del caso. En determinado momento, la comparsa “La Ciudad Vieja” hizo que el silencio que reclamaba justicia, se transformara en el ruido del chico, repique y piano que acompañó la marcha hasta la sede de Fiscalía, donde todos pedían “justicia para Andrés”.
Antes de que se comenzara a caminar rumbo a Fiscalía, un vecino gritó: “Él Nacional y yo Peñarol. Hace 15 años que nos peleamos por eso, acá mismo. Cuando me llegó la noticia fue algo tan brutal. Lo sigo llorando todavía. Todos sabemos que era ultra pesado, pero era un amigo. Alcohólico, como yo. Estuve 15 años con él compartiendo, tomando vino. Esto que pasó no puede pasar nunca más”.
También hizo uso de la palabra la activista por los derechos de los afrodescendientes Tania Ramírez. En determinado momento tomó un megáfono y dijo que el hecho se enmarca en “un discurso de odio muy fuerte por parte de una sociedad que opera en contra de la pobreza. Esto se llama racismo, mezquindad y maldad, y nosotros como vecinos de la Ciudad Vieja no vamos a permitirlo”, expresó.
Mientras tanto, la policía seguía trabajando para capturar al principal sospechoso del ataque, que estaba plenamente identificado. De hecho, ese mismo día se había allanó una vivienda en Ciudad Vieja, donde vivía el hombre buscado, “pero ya se sabía buscado, y había dejado de frecuentar sus lugares habituales”. Ese detalle más adelante resultaría clave para los investigadores, que tenían el dato de vecinos que Andrés varias veces se había peleado con quienes se drogaban en la zona. Algunos le decían “buchón”, reclamándole que muchas veces era el que “batía” donde estaban las bocas de venta de droga.
El viernes 17, tras un allanamiento en el Cerro de Montevideo, finalmente el hombre buscado fue capturado y puesto a disposición de la Justicia.
El presunto agresor dijo que la noche del incidente, estaba en la zona de Ciudad Vieja porque fue a comprar una cerveza. Contó que paró frente a donde dormía Andrés, prendió un cigarrillo y lo tiró. Luego siguió su camino. El argumento del acusado es que se trató de un accidente, ya que tiró el cigarro prendido hacia la zona donde estaba Andrés, y se enteró al día siguiente de lo que había sucedido.
Los argumentos no convencieron a la fiscal de Homicidios Mirta Morales, que pidió la formalización del hombre de 23 años, por los delitos de “homicidio muy especialmente agravado en grado de tentativa y receptación”. Como medida cautelar se dispuso 150 días de prisión preventiva mientras continuaba la investigación.
Para los investigadores llama la atención el relato del sospechoso. Dijo que se trató de un accidente, pero se mantuvo prófugo, cuando en realidad “podría haberse presentado ante las autoridades, para contar su versión”.
Lo increíble de la situación es que el imputado recuperó la libertad a los pocos días de haber sido enviado a prisión preventiva. La decisión de suspender la prisión preventiva impuesta fue adoptada por un Tribunal de Apelaciones. El Tribunal se basó en argumentos formales vinculados al proceso judicial.
En una nueva audiencia, la fiscal Mirta Morales solicitó medidas cautelares sobre el imputado. No puede acercarse a la víctima, tuvo que fijar domicilio, y tampoco se puede ir del país.
El vocero de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Raúl Oxandabarat, dijo a La Mañana que lo que sucedió, fue “error de procedimiento” en el proceso judicial. Señaló que “durante la audiencia de formalización se van tomando distintas resoluciones. La primera resolución refiere a la legalidad de la detención, y una vez que se resuelve eso, se analiza si corresponde o no formalizar la investigación”.
“Luego de formalizada la investigación, se analiza el pedido de medidas cautelares, como puede ser la privación de libertad. Todo queda reflejado en distintas resoluciones. Y estas resoluciones fueron apeladas”, aclaró. “Los recursos de apelación debieron haber sido enviados todos juntos, y eso no sucedió”, dijo el vocero.
El Tribunal señaló que “no puede resolver sobre las medidas cautelares, antes que sobre la apelación de la formalización de la investigación. Fue por eso que dejó sin efecto las medidas cautelares, mientras analiza el inicio del proceso”.
Fiscalía ya se prepara para una acusación y Andrés se recupera. Sigue internado en el Centro Nacional de Quemados, en CTI, pero “estable”.
Cecilia Hackembruch, gerente general del Centro Nacional de Quemados (Cenaque), dijo a La Mañana que el paciente “evoluciona positivamente”. La profesional señaló que se está “disminuyendo la aplicación de sedantes y se aprontan para los injertos de piel”.
La disputa del territorio
El 8 de julio, una semana antes del ataque a Andrés, la policía realizó allanamientos simultáneos en el barrio. Las intervenciones apuntaban a desarticular bocas de venta de droga. Se incautó cocaína en piedra, chasquis de cocaína, pasta base y marihuana.
Agentes de la Brigada Antidrogas, de la Guardia Republicana y de la Jefatura de Policía de Montevideo, con la colaboración de un helicóptero que patrulló la zona, realizaron diez allanamientos simultáneos.
En las intervenciones se detuvo a dos personas, un hombre y una mujer, y también se incautaron 189 gramos de cocaína en piedra, 350 chasquis de cocaína, pasta base y marihuana. Se incautó además un revólver calibre 32, quince cartuchos de diferente calibre, 9.640 pesos y cuatro celulares.
El 7 de junio, también en Ciudad Vieja, hubo un enfrentamiento a balazos entre dos grupos. La policía investigó la balacera que ocurrió en las inmediaciones de Guaraní y Washington. Vecinos dijeron a los investigadores que “fue un enfrentamiento entre bandas”.
Esa noche “se escucharon cerca de veinte disparos”, dijo un vecino a la policía, que llegó al lugar a los pocos minutos luego de que “varias llamadas” ingresaran al 911, advirtiendo por la balacera.
Cuando los uniformados llegaron, se enteraron que por sus propios medios que “tres personas heridas de bala habían llegado a la emergencia del Hospital Maciel”. Uno de los jóvenes recibió un disparo en el abdomen. Los otros dos disparos en un hombro y en una pierna.
Sospechan que grupo criminal instaló delivery de drogas en el barrio
Solo en 2019, las autoridades clausuraron ocho bocas de venta de drogas en jurisdicción del Municipio B. Tres en Ciudad Vieja, dos en Cordón Norte y dos en el barrio Sur.
La Policía hizo un seguimiento sobre los inmuebles en los que funcionaban las bocas, que en su mayoría fueron tapiados, y los grupos criminales no regresaron al lugar, contrariamente a lo que si sucedió en otros barrios de la capital.
Sin embargo, denuncias de vecinos sobre “vehículos en actitud sospechosa” en la zona, puso en alerta a las autoridades, que rápidamente detectaron una posible nueva estrategia de los vendedores de droga. Se trata de la venta con “entrega a domicilio”.
La investigación rápidamente fue derivada a inteligencia policial, que efectivamente constató la presencia de movimientos extraños de vehículos, que vienen siendo investigados.
Una fuente de la investigación dijo a La Mañana que “alguien en moto o en auto llega al lugar, y tras una rápida entrega sale de la zona”.
Para los investigadores está claro que los narcos buscan otras opciones para seguir traficando droga, y que el punto de venta sea sobre ruedas parece ser la nueva tendencia.
Está claro que bajo esta nueva tendencia investigada, no estableciendo un lugar físico para la venta de sustancias, hay menos probabilidades de que puedan ser capturados.
Fuentes del Ministerio del Interior confirmaron que realizan relevamientos sobre las cámaras de videovigilancia de la zona, para tratar de identificar a los presuntos “deliverys de droga”.
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