Montessori Manantiales Children’s House es un centro educativo para niños que se basa en la pedagogía de la italiana María Montessori. De cara a un nuevo año lectivo, la fundadora de esta casa de niños relata a La Mañana las características y beneficios de este método pedagógico que, con el pasar del tiempo, se vuelve una opción indiscutible para el desarrollo de habilidades sociales desde la primera infancia.
María Montessori fue una pedagoga italiana que renovó la enseñanza a través de un método conocido como pedagogía Montessori. En sus comienzos, se interesó en la educación de los niños con deficiencias mentales y aplicó métodos experimentales consiguiendo que estos aprendieran a leer y escribir. A través de su práctica profesional llegó a la conclusión de que los niños “se construyen a sí mismos” a partir de elementos del ambiente. Basada en esta premisa fundamental, desarrolló sus propios métodos los cuales aplicó más tarde a toda clase de niños.
Esta pedagogía promueve la independencia y voluntad del niño; para ello se considera clave otorgarle libertad de elección y de movimiento de la mano de límites claros para que el niño pueda recorrer con confianza el ambiente preparado para trabajar y poder aprender por sí mismo, al ritmo de sus propios descubrimientos.
Cabe destacar que los primeros trabajos de Montessori fueron con niños que estaban en la calle durante horas, sin actividades ni disciplina, y al comenzar a aplicar su pedagogía con ellos notó que la necesidad que tenían era redireccionar el estímulo exterior para organizarse en el interior.
Fue entonces cuando, junto con un carpintero y utilizando lo que tenía a mano, Montessori diseñó materiales para ciertas áreas de trabajo, como el área de vida práctica que tiene que ver con actividades de cuidado de uno mismo y del ambiente, como lavarse las manos, peinarse, barrer, lavar y secar la ropa. La motivación interna, junto con la libre elección, ayudan a la construcción de un fuerte sentido de dignidad y autoestima a una muy temprana edad.
Este método ha traspasado fronteras y hoy forma parte de diversas instituciones, como en colegios, iglesias (para enseñar catequesis) y centros educativos. Uno de ellos es Montessori Manantiales Children’s House (Casa de Niños), ubicado en Manantiales, Maldonado, cuyo lema es “déjame hacerlo por mí mismo”.
Allí se trabaja con esta pedagogía para niños de dos años y medio a cinco, etapa en la que la pedagoga italiana desarrolló la mayor parte de su trabajo y creó cinco áreas: vida práctica, sensorial, matemática, lenguaje y cultura. “Tenemos un ambiente preparado y trabajamos con los materiales creados por la creadora del método”, comentó a La Mañana Guillermina García, fundadora del centro.
El objetivo de Casa de Niños, en palabras de la entrevistada, es promover la motivación interna del niño y la independencia, en un ambiente preparado con los materiales que le permiten ir transitando y satisfaciendo sus necesidades de forma libre, pero con límites claros.
Continuar puertas afuera
La casa de niños tiene una maestra a la que se la llama guía, porque, a diferencia de la pedagogía tradicional, el guía no es el centro, sino que lo es el niño y los adultos son el puente entre él y el material. También se cuenta con una asistente. A su vez, son importantes las familias, quienes deben interiorizarse de alguna manera en lo que es Montessori, ya que es una pedagogía distinta y que debe aplicarse, también, puertas afuera.
“Se trabaja mucho con orden y secuencia, se clasifican los estantes del más simple al más complejo y los materiales tienen que ir siempre en el mismo lugar, porque son puntos de referencia ante tanto material, y el niño sabe que irá progresando dentro del área de trabajo. A veces los adultos no entienden por qué tiene que estar todo ordenado: porque el orden externo hace al orden interno y, justamente, queremos facilitar el proceso de autoconstrucción y para eso necesita una estabilidad en el exterior, que se la damos a través del ambiente”, relató García.
De lo personal a la sociedad
El interés de García por esta pedagogía tiene que ver con su historia. La mayor parte de su recorrido profesional como docente lo hizo en primaria rural, en Maldonado. En magisterio se tiene una práctica rural de un mes y conocen esa realidad en primera persona.
“En mi caso terminé trabajando en esa escuela varios años y tenía el gran desafío de enseñar en multigrado, con niños de tres años a siete, todos juntos”, relató.
Este hecho la llevó a buscar estrategias pedagógicas para abordar la situación y promover los aprendizajes de la mejor forma. En ese proceso conoció el método de María Montessori, ideal para trabajar en espacios multigrado. “Me pareció interesante la manera en que ella proponía el trabajo libre dentro de un ambiente preparado con materiales que estimularan el desarrollo óptimo del niño, y era justamente lo que necesitaba. Me inspiré en su trabajo y aposté a ello”, dijo la docente.
A través de la Fundación Argentina María Montessori (FAMM) en Buenos Aires, hizo el curso de asistente para aprender más de cerca el método y se dio cuenta que éste potencia notoriamente el aprendizaje.
“A esa edad los niños son concretos y exploradores sensoriales, por lo que estos materiales le dan la posibilidad de manipularlos y volver a ellos, de manera que no queden ‘baches’, que es algo que puede pasar con las matemáticas”, dijo.
García también se formó en la Asociación Montessori Internacional de España, luego se fue a Hong Kong, posteriormente a Alemania donde trabajó en su desarrollo para aplicar este método pedagógico, y volvió a Uruguay con la propuesta de crear Casa de Niños. “Me parece muy importante volcar toda esta experiencia en Uruguay, tanto para las familias como para los docentes”, señaló.
¿Cómo formarse?
La entrevistada explicó que María Montessori no registró su trabajo y que todo el legado quedó abierto al mundo. “Entonces lo que sucede es que mucha gente, la mayoría con buenas intenciones, se apropian del método y abren institutos, y lo que genera es que se vaya distorsionando y malinterpretando”, explicó.
Para que esto no pase, sugiere que lo ideal es ir a la Asociación Montessori Internacional (AMI). El instituto tiene sede principal en Holanda y es donde Montessori dejó toda su producción, pero existen sedes alrededor del mundo, y la más cercana a nuestro país está en Argentina.
“En Uruguay se dan cursos introductorios, aproximaciones al material, cómo arreglar un jardín de infantes tradicional inspirándose en aportes Montessori, por ejemplo. Nosotros ofrecemos ese tipo de servicios e información, sin embargo sugiero que la formación completa de guía se haga a través en los cursos que ofrece la AMI”, indicó.
Pantallas, sueño y alimentación
Entre los dos y seis años, los niños tienen una mente que absorbe sin esfuerzo cada estímulo del exterior. No quiere decir que luego de esa edad no sea así, pero al crecer se vuelven más razonadores y el aprendizaje requiere de esfuerzo y voluntad. Es por esto que a la edad de la “mente absorbente” es preciso atender la calidad de los estímulos exteriores.
“En ese sentido, Casa de Niños le da mucha importancia a la calidad de los materiales en este ambiente preparado. No usamos plásticos, sino materiales que aporten una mayor riqueza sensorial como vidrio, madera o metal”, comentó García.
En el centro no existen pantallas, no tienen ni recomiendan, ya que se entiende que estas alejan al niño de la misión principal que tiene la metodología Montessori. “Primero que le da mensajes mixtos al cerebro y, además, es un espacio bidimensional, pero entendemos que ellos tienen que manipular y tener experiencias para poder generar sus aprendizajes, y las pantallas no le dan eso”, sostuvo la entrevistada.
La idea es que los niños, a través de la percepción y los sentidos, integren y amplíen experiencias. “La pantalla no ayuda, distorsiona la realidad y les genera ansiedad, porque es adictiva, esto está comprobado por neuropediatras”, indicó. Agregó: “una prohibición rotunda de pantallas fuera de Casa de Niños es imposible, pero es bueno dosificar el uso”.
También dedica especial atención para propiciar un desarrollo sano al sueño y la alimentación de los niños. Se entiende que es muy importante la higiene del sueño y la alimentación sin exceso de azúcares, por ejemplo.
Inscripciones
Las inscripciones a Casa de Niños están abiertas y la información se encuentra en el Instagram de Montessori Manantiales o llamando al +598 99 504 918. Pueden inscribirse niños de dos años y medio hasta los cinco. “Lo ideal es empezar desde chicos para completar los tres años del ciclo, pero en una primera etapa abrimos hasta los niños de cinco años, y comenzaremos a trabajar a partir del 6 de marzo”, informó García.
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