Con miras a la reforma de la seguridad social que se avecina, desde las AFAP proponen llevar adelante una serie de modificaciones para el tramo de capitalización individual. En entrevista con La Mañana, Benavente detalló los cambios más importantes a tener en cuenta en ese proceso. Por otro lado, se refirió al sistema previsional de Chile y opinó que los retiros de ahorros jubilatorios en ese país son una “pésima señal”.
Dada su experiencia en el área de las AFAP, ¿qué visión tiene acerca de la reforma que se plantea en el sistema de seguridad social?
Lo principal es separar la reforma en dos. Por un lado, están los problemas de sostenibilidad que tiene el pilar de reparto, que es el del BPS, porque es insostenible desde el punto de vista fiscal. Hay que atacar esa dificultad y creo que la Comisión de Expertos en Seguridad Social lo está estudiando muy bien desde el punto de vista de la edad de retiro, revisar las jubilaciones por incapacidad, que no haya jubilaciones con topes altísimos en una caja y con topes mucho más bajos en otra, y tareas de mejor administración.
Por el otro lado, está el sistema de capitalización individual, que por definición no es deficitario porque cada uno ahorra para su propia jubilación, y luego va a tener una renta vitalicia a partir de lo ahorrado en la AFAP, que le va a dar una compañía de seguros que el trabajador va a elegir. En Uruguay, el único que está prestando ese servicio es el Banco de Seguros y ahí hay que mejorar más aún las prestaciones.
¿Considera que ha sido exitoso el sistema de las AFAP?
El sistema de las AFAP ha sido totalmente exitoso en el sentido de que ha generado una rentabilidad de los fondos de los trabajadores del 7% arriba de la inflación, que es un indicador fantástico. En los últimos años, que las tasas de interés han estado tan bajas, la rentabilidad ha superado el 4% arriba de la inflación, lo que es una cifra muy buena.
A su vez, este sistema ha permitido que se pueda invertir en el sector productivo. Ya hay más de 2.500 millones de dólares invertidos en proyectos que devuelven al país puestos de trabajo, actividad, etcétera. Es un círculo virtuoso.
Como tercera consideración, le ha dado al trabajador la posibilidad de complementar la jubilación de BPS con una renta vitalicia a partir de lo ahorrado en la AFAP.
En Unión Capital hacemos encuestas de satisfacción de clientes y estamos siempre arriba de 9/10. Yo puedo hablar por la institución, que es la que conozco, pero creo que las cuatro AFAP trabajan con un nivel de profesionalismo muy importante.
¿Cuáles cree que son las medidas que habría que tomar en el marco de la reforma?
Las reformas para el tramo de capitalización individual van por el lado de mayores alternativas. Una primera medida es fomentar el ahorro previsional voluntario, esto es, que además del aporte que la persona hace en su cuenta, pueda hacer un ahorro voluntario. Hoy las AFAP no cobran comisión sobre ese ahorro, o sea que el mismo va a complementar la jubilación.
Lo que nosotros decimos es que tendría que tener más liquidez y la posibilidad de, a la hora de jubilarse, poder hacer un retiro parcial del ahorro. Uno cuando se jubila quiere hacer algún viaje o algo, entonces, planteamos darle un poquito más de liquidez y más facilidad a la hora de recaudarlo para que no esté gravado, como está hoy, por el IRPF y por el IASS.
“El sistema de las AFAP ha sido totalmente exitoso en el sentido de que ha generado una rentabilidad de los fondos de los trabajadores del 7% arriba de la inflación, que es un indicador fantástico”
En segundo término, proponemos establecer un fondo para los más jóvenes. En este momento hay dos fondos: uno para las personas de hasta 55 años y otro para los mayores de 55. Lo que estamos proponiendo desde la Asociación Nacional de AFAP es que haya un fondo para los más jóvenes, donde se permita invertir en fondos de renta variable internacional. De esa manera se tendría más rentabilidad y, aunque haya un poco más de riesgo, el joven igual tiene 30 o 35 años por delante para ir después a los fondos más conservadores.
La tercera medida que estamos planteando tiene que ver con mejorar la competencia. Hoy hay mucha concentración en la AFAP de capital estatal y eso no es bueno porque ahí las inversiones sufren lo que se llama el “efecto manada”, es decir, que no se diferencian entre sí, porque el peligro de separarse de la dominante es muy grande, entonces lo que hay que hacer es reducir la concentración.
¿Cómo se pretende lograr que se reduzca la concentración?
Para eso nosotros proponemos que la rentabilidad mínima se calcule por un promedio simple y no ponderado, que la comisión de administración se deje libre o se fije de acuerdo a un parámetro que puede fijar la Universidad de la República o un promedio de las comisiones del mercado –no como hoy, que se fijan por la comisión de la AFAP de capital estatal-.
El cuarto punto que planteamos es que la rentabilidad neta sea el parámetro para medir el desempeño de una AFAP y no solo la comisión que cobra, porque al trabajador lo que le importa es lo que paga, pero también lo que recibe. La rentabilidad neta, que es una variable que publica todos los meses el Banco Central, sería útil para medir el desempeño de las AFAP.
Además, a los afiliados que no eligen una AFAP y están obligados, hoy los asignan todos a la AFAP de capital estatal, que es la de menor comisión, pero proponemos que se asignen a la de mejor rentabilidad neta.
¿Cree necesario que se fomenten los aportes de los jóvenes?
Sí. Es muy importante, tanto para el pilar de reparto de BPS como para el pilar de capitalización individual de las AFAP, pensar en cómo captar a ese trabajador joven que de repente está trabajando en Uber o exporta servicios y no paga aportes o paga por un mínimo, pero no se da cuenta de que a la larga su jubilación va a ser muy baja.
Hay que tratar de fomentar que esa gente, a través de derechos cruzados, empiece a aportar un poquito más en su cuenta, a fin de tener una mejor jubilación a la hora de su vejez.
En Chile autorizaron un retiro del 20% de los ahorros de AFP (Administradora de Fondos de Pensiones) para que la gente pudiera complementar sus ingresos dada la compleja situación económica que atraviesa. ¿Cuáles son las implicancias que esto tiene para el sistema chileno?
Es importante destacar que el sistema chileno es completamente distinto al nuestro. En Uruguay tenemos un sistema mixto donde conviven el de reparto del BPS con el de capitalización individual administrado por las AFAP; en Chile el sistema es puramente de capitalización individual.
Aparte, en Uruguay hay un entramado de protección social muy fuerte –seguro de desempleo, asignaciones familiares, canastas del Mides- por lo que no se ha escuchado ningún planteo de ese tipo. Esas propuestas son eminentemente populistas; los ahorros de la jubilación no son para consumirlos, son para la jubilación. Cuando los gobiernos de turno caen en esa tentación, como pasó en Argentina, que les expropiaron a los trabajadores esos ahorros, o como están haciendo en Chile, eso es pan para hoy y hambre para mañana.
¿Fue una señal equivocada?
Desde el punto de vista del ahorro previsional, esa es una pésima señal. Por suerte Uruguay siempre ha tenido una institucionalidad muy fuerte. Si ya Chile tenía un problema de suficiencia de las prestaciones, al quitar los ahorros va a tener un problema más grave, pero se va a ver dentro de 20 años, cuando los políticos que hoy firmaron no estén para recibir las críticas.
Por lo que dice, no ve posibilidades de que eso pueda llegar a ocurrir acá.
Afortunadamente, no. Creo que sería una pésima señal. Por suerte nadie está pensando en algo así.
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