La multinacional mexicana decidió cerrar la planta de Maestro Cubano ubicada en el barrio La Blanqueada. En un comunicado, Grupo Bimbo expresó que intentarán reubicar a los empleados en otras operaciones.
Dirigiéndose a los trabajadores, la empresa panificadora explicó que tuvieron que realizar ajustes en su matriz productiva, debido a “la difícil coyuntura por la que atraviesa el sector de las galletas”.
En el comunicado, Grupo Bimbo manifestó que “mantiene contacto permanente con los sindicatos que nuclearon a sus trabajadores, a los cuales informa constantemente sobre las dificultades de la industria de las galletas en el país, la fuerte pérdida de competitividad que afecta a la industria local”. A su vez, aclararon que era imposible mantener abierta la planta porque se encontraba en un área urbana y “generaba molestias a los vecinos, lo que impedía realizar algunas tareas normalmente” por las disposiciones municipales vigentes.
La empresa aseguró que se continuará comercializando los productos de la marca, que serán fabricados en otras plantas de Uruguay y la región; y que procurará “garantizar la sustentabilidad en el largo plazo de su operación en el país y el mantenimiento de 500 puestos de trabajo directos” en otras plantas.
Javier García, del Sindicato del Dulces y Afines, dijo a Radio Carve que, si bien, se conocía que la situación del sector no era buena, el cierre fue “sorpresivo” porque semanas antes se había acordado una reducción horaria por el sobre stock de la fábrica. “Vimos que era imposible continuar porque era un mandato de México cerrar la planta y buscamos una salida lo menos dolorosa posible”, afirmó García y reconoció que “hay mucha competencia” de galletas importadas a bajo precio.
Esta reestructura empresarial se suma a la ocurrida con otra multinacional de fabricación de alimentos como Fleischmann y de compañías de industria química como Sherwin Williams y Colgate-Palmolive, que también mantienen la comercialización de sus productos en el mercado uruguayo, pero trasladaron su producción a países donde los costos les generan mejores rentabilidades.
Muchas de estas empresas extranjeras llegaron al país, impulsadas por la ley de promoción de inversiones
Muchas de estas empresas extranjeras llegaron al país, impulsadas por la ley de promoción de inversiones, que prevé exoneraciones fiscales y otros beneficios. Instaladas en el mercado uruguayo, algunas desarrollaron políticas monopólicas al absorber a las otras empresas nacionales pertenecientes al mismo rubro. Por ejemplo, la multinacional mexicana Grupo Bimbo, además de la cerrada fábrica de galletitas de Maestro Cubano, en Uruguay, ha adquirido otras marcas y plantas de elaboración como Los Sorchantes, Pan Catalán, Plucky y Ricard.
El legado familiar y la expansión multinacional
Panificación Bimbo fue fundada en Ciudad de México, en diciembre de 1945, por los hermanos Lorenzo y Roberto Servitje junto a cuatro empresarios mexicanos y españoles. Juan Servitje, padre de Lorenzo y Roberto, inició la larga tradición familiar de panaderos al patentar la primera máquina mexicana de “bolillo”.
Juan, inmigrante catalán, abrió la panadería “El Molino” en 1928. Tras su fallecimiento, su hijo Lorenzo se hizo cargo de la empresa desde 1937 hasta 1945; año en que se creó Bimbo de la cual fue director y presidente hasta 1979. A partir la década de los 80’, la empresa es dirigida por su hermano Roberto hasta 1997, año en que tomó las riendas directrices, Daniel Servitje, hijo de Lorenzo.
Bimbo es actualmente la empresa panificadora más grande del mundo. En México, la industria del pan y afines, representa la tercera fuerza de empleo después de la construcción y la industria automotriz. Según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora de ese país, esta genera 1,66 millones de empleos.
Actualmente, Grupo Bimbo, tiene presencia en 32 países entre África, América, Asia y Europa, donde comercializa más de 13 mil productos de más de 100 marcas. Tiene 197 plantas de elaboración, 3,1 millones de puntos de ventas de sus productos y emplea a más de 135 mil personas en varios países del mundo. La multinacional mexicana tiene ventas anuales por 15,1 mil millones de dólares. En 2018, Grupo Bimbo registró un beneficio neto de 293,9 millones de dólares, aumentando en 25,4 % los resultados gananciales de 2017.
En 2012 un sindicato acusó a la empresa Bimbo de persecución laboral y soborno de delegados
Los conflictos laborales de Bimbo en Uruguay
En junio del año pasado, el Sindicato de Los Sorchantes ocupó el centro de ventas de Ruta 101 y se manifestaron prohibiendo la entrada a la planta de Cno. Edison. El motivo era una reestructura empresarial que implicaba pérdidas de puestos de trabajo y reducciones salariales. La empresa quería tercerizar el reparto por lo que prescindiría de 70 empleados. Los sindicalistas explicaban que la empresa había desestimado el Convenio Colectivo, y por eso se concluyeron las negociaciones.
Después de dos semanas de citaciones al Ministerio de Trabajo y varias tensiones entre la empresa y el sindicato, se llegó a un acuerdo entre las partes, ya que la empresa decidió que finalmente no habría despidos de trabajadores. “Llegamos a un punto medio porque llevamos mucho desgaste de los dos lados en la negociación y eventualmente las dos partes tuvimos que ceder en algo. Hubo compañeros que fueron al seguro de paro pero la empresa se comprometió a pagar la diferencia de lo que le corresponde por salario y otros compañeros optaron por despidos voluntarios pero no despidieron a nadie”, mencionó en ese momento a Ecos el dirigente sindical César Dirón.
En marzo de 2012, el mismo sindicato acusaba a la empresa por persecución laboral, soborno a delegados y desconocimiento de organización sindical.
Cambadu también entró en conflicto con Bimbo por temas comerciales, ya que, en 2017, la gremial de almacenes intimó a la multinacional, por la inauguración de un canal de venta propio. Desde Cambadu expresaron su descontento por la nueva plataforma e-commerce “Momentos Bimbo” de la panificadora mexicana. En los últimos años, en varias plantas de Argentina, Venezuela y distintas regiones de España (principalmente en Cataluña) se registraron conflictos laborales por reestructuras empresariales en la producción y en la distribución.