Cada año en el país se ahoga, al menos, una persona por nadar dentro de una cantera, lo que marca la peligrosidad de desconocer el área. Las personas se zambullen, pero hay piedras e incluso máquinas abandonadas que ocasionan accidentes mortales. La popularidad reciente de Nueva Carrara es una gran alarma en ese sentido.
En las últimas semanas muchos uruguayos comenzaron a compartir en sus redes sociales fotografías de un sitio con “aguas cristalinas”, al observar la ubicación del lugar era posible leer: Nueva Carrara, Maldonado, Uruguay. Cientos de fotos diarias comenzaron a circular en las redes, cientos de personas se comunicaban con agencias de turismo solicitando excursiones al lugar ubicado a pocos kilómetros de Pan de Azúcar, pero eran pocas las que avisaban que no se trata de un sitio turístico, que no es seguro, y que esas aguas cristalinas no son más que desechos de la explotación minera ocurrida en el lugar durante años.
Además de estos factores, la cantera de Nueva Carrara es propiedad de la Compañía Nacional de Cementos (CNC), firma que tiene su planta industrial y de yacimientos en el lugar. También hay otro factor de riesgo muy importante y es que pegado al lugar abrieron otro yacimiento de explotación que se encuentra activo y también es a cielo abierto, lo que genera extremos peligros por voladuras.
Consultado por La Mañana el director nacional de Minería y Geología del Ministerio de Industrias, Energía y Minería (MIEM), Marcelo Pugliesi, explicó que desde hace muchos años el ingreso al predio de la CNC está prohibido para personas ajenas a la fábrica. “El impulso turístico basado en el desconocimiento de los visitantes en cuanto al tema hizo que se popularizara el lugar como destino interesante y que no solo bastara mirar la cantera desde lejos, sino que se introdujeran en el predio y pusieran en peligro la seguridad de ellos mismos”, indicó.
El hecho del ingreso al lugar comenzó con un pequeño mirador que está instalado allí, sin embargo, este no se encuentra en las condiciones ni el lugar adecuado. Para llegar a él se hizo una especie de camino, pero que es muy provisorio y se encuentra sobre el borde de la cantera, generando una situación de peligro innegable. El pozo de la cantera se explotó durante décadas y, actualmente, está inactivo debido a que la calidad de la caliza bajó.
“Cuando las personas van al mirador pueden ver como al lado hay una cantera activa y hasta se ven las máquinas de trituración. Hay cartelería por todos lados, pero los visitantes dejaron de respetarla y pasan por encima de los alambrados, se meten, caminan por la cantera, se bañan, con todos los peligros que eso trae aparejado y que son muchos”, sopesó Pugliesi.
Los peligros de una cantera abandonada son muchos, no solo desde el estado del agua, sino también del estado físico del lugar, de cómo quedó con las explotaciones, las piedras sueltas, las barrancas con piedras que se pueden desmoronar. La de Nueva Carrara, en particular, tiene una altura de casi 70 metros y el agua tiene una profundidad de más de 20 metros. Por eso, desde la Dirección Nacional de Minería, el pasado jueves, se emitió un comunicado de forma genérica solicitando que no se ingrese a sitios como estos.
A su vez, desde la misma dirección, se le hará llegar otro documento a la empresa concesionaria para que prohíba la entrada al público y que tome las medidas necesarias. “Es indudable que no van a poder controlar todo en un perímetro tan grande. Pero las personas tienen que entender que es una propiedad privada. Los turistas, por ejemplo, no se están metiendo en el predio de la cantera de Ancap porque tienen ganas de ver el pozo del lugar. Lo mismo debe pasar en Nueva Carrara”, sostuvo el entrevistado.
Falta de sentido común
Lo normal para entrar a cualquier planta o una cantera que esté en explotación, es hacerlo con las personas que trabajan allí, como por ejemplo con técnicos autorizados que acompañen con los elementos de seguridad. Al mismo tiempo, normalmente, se hace una charla previa para que la visita sepa cuáles deben ser los comportamientos durante el paseo. Por eso es que Pugliesi entiende que lo que se está haciendo en Nueva Carrara “está siendo muy desprolijo y espero que no se dé ningún accidente. Vamos a tratar de que los dueños del campo y los concesionarios de la explotación tomen las medidas del caso. Es mucho a lo que se expone la gente, además de que ingresan con menores”.
Aseguró que, por ahora, es una industria que está trabajando como cualquier otra y las medidas que adoptaron con la cartelería son las exigidas. “Está marcado por todos lados que se trata de una propiedad privada, hay carteles que dicen que hay peligro por voladuras y por desmoronamiento. Hay advertencias en varios lugares y, a pesar de eso, las personas siguen entrando y paseando dentro de la cantera”, se lamentó Pugliesi.
Uruguay y las normativas
El director de la Dirección Nacional de Minería fue consultado acerca de si existen normativas para la realización del turismo minero, a lo que respondió que aún no hay ninguna vigente. Sin embargo, sostuvo que el geoturismo se hace en forma prolija, y hay visitas a las viejas canteras de Minas de Corrales, por ejemplo, pero no hay recorridas en canteras en actividad salvo la de Artigas, que cuenta con visitas “contadas”, autorizadas a hacerse y se notifica al MIEM cuando se realiza alguna excursión o muestra de las minas subterráneas.
El pozo de la cantera Nueva Carrara se explotó durante décadas y, actualmente, está inactivo debido a que la calidad de la caliza bajó
“Es cierto que hay inseguridad porque nadie está libre de que pase algo, como una caída de piedra, pero dentro de todo se toman las medidas y se hace un protocolo. Se les hace firmar a los turistas que son conscientes de los riesgos que pueden correr. Si vas al Salto del Penitente también te hacen firmar un documento que si se da un accidente por no cumplir las normas de seguridad el responsable es uno. Y así es como se manejan actualmente”, afirmó.
Opinó que es posible que el MIEM se reúna con el Ministerio de Turismo para hacer algo al respecto, pero tampoco está tan popularizado el geoturismo ni se hace en las minas en las que se tiene injerencia en el control.
Además Pugliesi explicó que una mina que se abandona por parte de su concesionario después pasa a ser parte del propietario del campo donde está ubicada, “entonces el control que nosotros estamos tratando de tener -desde hace algunos años- es imponer que dentro del plan de trabajo de una mina estén bien marcados los parámetros y exigencias que se tienen que tener al cerrarla”. En ese sentido, priorizar minimizar las piedras sueltas y acomodar el terreno desde el punto de vista ambiental, por ejemplo.
“Estos elementos ahora se están exigiendo en el plan de trabajo cuando se da la concesión para explotaciones de minerales. Se controla que todo esté en esas condiciones. No vamos a decir que lo de Nueva Carrara nos sorprendió, pero sí pensamos que solo visitarían el mirador. Si bien también es riesgoso por cómo está hecho, no es lo mismo entrar, bañarse y caminar debajo de esas paredes tan altas”, aseguró el entrevistado.
Apelar a la conciencia colectiva
En la zona de la famosa cantera, como se dijo, se están haciendo voladuras constantes porque trabajan con explosivos, esto hace que la integridad física de los turistas se encuentre en una situación de mayor riesgo.
“Esperamos que la población tome conciencia y no ingrese a las canteras abandonadas y menos si estas están trabajando porque pueden darse accidentes graves. Queremos seguir fomentando la minería que es de gran importancia para el país porque genera muchas fuentes de trabajo y beneficios económicos, pero debe hacerse de forma ordenada y cumpliendo con todas las normas de seguridad que exige la normativa de la propia reglamentación, como la del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social”, añadió el jerarca ministerial.
“Es bueno que las personas sepan los riesgos y que entiendan que se trata de propiedades privadas que se deben respetar. Vamos a tratar de ir mejorando todo lo que se pueda”, puntualizó Pugliesi.
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