En la tradicional avenida Gorlero de Punta del Este se encuentra el kiosco Miguel, donde se acercan tanto clientes que buscan diarios o revistas como distintos visitantes nacionales y extranjeros que comparten un momento de charla. Junto a Marita, Miguel Lemos recibió a La Mañana y analizó la actualidad a partir de su vasta experiencia como sindicalista y comerciante que también incursionó en la política local.
¿Cuántos años lleva dedicados a la tarea del kiosco y la distribución de la prensa en Maldonado?
Hace 45 años que estamos trabajando directamente con los diarios, la vida de nosotros ha sido vender diarios, revistas y la atención al público. Con el kiosco hace poco más de 30 años acá. Fui fundador de la Asociación de Vendedores de Diarios y Revistas, que hoy tiene personería jurídica, en respaldo del vendedor.
En tiempos del primer gobierno del intendente Domingo Burgueño nosotros habíamos sido invitados a Buenos Aires por el diario La Nación y el diario Clarín. Ahí aprendimos cómo se manejaba la asociación, a través del Sindicato Canillita en Buenos Aires, nos dieron ideas. El diariero que no tenía nada, ninguna cobertura, pasaba a tener la posibilidad de tener una empresa. Cuando vinimos acá pedimos una reunión con Burgueño y le explicamos cuál era la situación nuestra y por suerte entendió. Le debemos mucho a ese intendente. Ahí se empezó a formar toda una familia.
“Aprendimos cómo se manejaba la asociación, a través del Sindicato Canillita en Buenos Aires, nos dieron ideas”
El vendedor tiene aporte del BPS, se pueden jubilar, hoy también el Fonasa. Ahí se crearon las casetas de los vendedores, empezamos a trabajar en unidad, con la ventaja que aquel que vende mil reparte con el que tiene uno. Acá somos todos iguales, con los mismos beneficios.
En tantos años de actividad han pasado varias etapas, de bonanza y de crisis económica del país. ¿Cómo es la situación actual?
Pienso que más que especial es un momento de calmarse, de estudiar el mercado. Personalmente, lo veo con mi señora acá, donde estamos todo el día, durante todo el año. Esto va a pasar si Dios quiere y hay que tener una mercadería para que la gente que está hoy en la casa vuelva a la lectura.
Lo que pasa es que nosotros tenemos una situación distinta en esta zona, no puedo ver lo que pasa en la capital, una ciudad donde no hay tiempo para nada. Acá hay el tiempo necesario al venir a pasar veinte días y hacer cosas que en uno no siempre puede dedicar tiempo, como ir al restaurante, a la playa, al teatro o leer. Tenemos que tener también una mercadería acorde al turismo, no le podemos imponer una cosa. La cosa no está fácil, pero si te enojas, vas a pasar mal el día, así que vení contento, hablá con la gente. Sé que es un problema a nivel mundial, pero en Uruguay tenemos que atender el presente.
Como dice, hay una interacción muy importante con los clientes. ¿Qué sensaciones tiene de las conversaciones con la gente?
Hay mucha gente europea, también de Sudáfrica, instalados aquí en Uruguay, sobre todo en las casas muy grandes que están entre José Ignacio y Garzón. O sea, que hay un mercado interno y no el vacío que había antes en invierno. También hay mucha movilidad, las facultades universitarias. Además, todos estos edificios que hay necesitan mantenimiento.
“Tiene que haber algo donde se les enseñe a trabajar a los más jóvenes. Así como nosotros fuimos a la escuela industrial, entonces nos decían o vas a trabajar o vas a estudiar. Hoy en Punta del Este se necesitan oficios”
Lo que sí creo es que tiene que haber algo donde se les enseñe a trabajar a los más jóvenes. Así como nosotros fuimos a la escuela industrial, nos decían o vas a trabajar o vas a estudiar. Hoy en Punta del Este se necesitan oficios. Antes nosotros despreciábamos los idiomas, pensábamos para qué, pero ahora se necesita porque el público habla distintas lenguas y hay que estar preparados para no hacer el ridículo.
¿Es Punta del Este una ciudad para todo el año?
Es lo que se viene mostrando desde hace unos cuantos años atrás. Hoy es una ciudad para trabajar todo el año. Ya no hay comercio que abra por dos días. Antes podías abrir comercios por temporada, marcabas en octubre, abrías en diciembre y cerrabas después de Semana Santa. Y ahora según las temporadas en todo el mundo entero viene y alquilan por una semana o por 20 días. Aparecieron todos los hostels que alquilan por semana y compite con los apartamentos. Antes se alquilaba una casa por tres meses, el dueño a su vez alquilaba en Maldonado y el de Maldonado en San Carlos. Era una cadena que se iba dando, pero ahora se cortó.
Por otro lado, ahora con la disposición que hay sobre el cierre temprano de los restaurantes… Punta del Este se acuesta tarde y se levanta tarde. ¿Cómo hacés tú para ir a cenar a las 9 cuando a las 7 todavía estabas en la playa? Acá se va a perder el público de la noche que es el más fuerte de todos, y se va a tener que abrir de mañana, trabajando doble horario. Hay que tener en cuenta que se invierte una plata muy importante. Eso de que antes veníamos y estábamos sentados en casa, ahora no corre más acá ni en ningún lado.
¿Qué valoran los visitantes?
La gente que viene acá viene contenta porque disfruta la seguridad que no hay en el mundo. Eso hay que cuidarlo, darles servicios y tratarlos bien. Con esto de la pandemia hay que tomar recaudos, acá ha fallecido gente amiga que estaba trabajando en la casa y enfermó. Pero no hay que tener miedo, sino cuidarse y cuidar al otro. Prefiero una población sana que una enferma pero con plata.
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