La Iglesia católica repasó lo que ha sido un año atípico pero muy activo en cuanto a trabajo constante con los más desfavorecidos.
El pasado jueves, la Iglesia católica celebró un evento en el cual el cardenal Daniel Sturla realizó una presentación de las actividades sociales de la iglesia durante el año, invitando a celebrar la Navidad. “Este virus que ha cambiado la historia no nos va a vencer, porque con la ayuda de Dios saldremos de esta situación”.
Durante la conferencia de prensa compartió algunos puntos de lo que ha sido la vida de la Iglesia en este tiempo. “La primera respuesta de la Iglesia a la pandemia fue tratar de acompañar a los fieles (una vez que el 15 de marzo, en acuerdo con el gobierno, suspendimos las celebraciones con participación de los fieles), fue una respuesta del departamento de Comunicación Social a través del canal web de ICM (Iglesia Católica de Montevideo). Después, cada parroquia fue también haciendo las celebraciones transmitidas por Facebook e YouTube, hubo una impresionante salida al aire de las misas y, además, con la novedad de que nos veían desde muchas partes del mundo, miles de personas de distintas partes de Latinoamérica veían las misas de ICM”, sobre todo durante el período de Semana Santa, contó Sturla.
El cardenal también se refirió al constante diálogo que tuvieron durante el año con el gobierno y las diferentes comunidades religiosas para volver a las celebraciones con presencia de fieles, “eso fue riquísimo por el lado de conversar con otras congregaciones, y también por un dialogo perseverante, paciente, con el gobierno. Obviamente, todo en buenos términos, pero con una cierta pulseada de nosotros para retomar las actividades con todos los cuidados habidos y por haber, y con asesoramiento del grupo científico”.
Responder desde la caridad
Asimismo, el cardenal mencionó la respuesta a la emergencia social, “concretamente la Iglesia salió a responder al tema alimenticio, hubo unas veinte ollas en distintas parroquias, y también el reparto de comida que se hizo a través de algunas organizaciones, como por ejemplo Sembradores, donde tuve la oportunidad de participar y donde durante cinco meses se salía todos los días dando una respuesta muy importante a gente en situación de calle. Hubo ollas en muchas parroquias, Casabó, La Anunciación, el Borro”.
Sostuvo que se trató de dar respuesta a los migrantes, “este año hubo algunas inauguraciones que a pesar de la pandemia se hicieron, por ejemplo, una casa para migrantes en el Fortín de Santa Rosa, llevado adelante por distintas instituciones de la iglesia donde se atienden a unas siete familiar, tratando de darles vivienda por un tiempo”.
“Por otra parte, tuvimos la enorme alegría de la inauguración, el 1° de agosto, de la Fazenda de la Esperanza, una experiencia que nació en Brasil hace unos 20 años, para atención de personas en situación de adicción. La nuestra fue la Fazenda número 170, ahí los chicos viven una experiencia de un año de internación que los ayuda a través de la oración, el trabajo y la experiencia de vida en comunidad a salir adelante, y hay también un lindo trabajo con las familias”, comentó el cardenal.
Otra respuesta, además de la celebrativa, alimenticia, a los migrantes y la Fazenda, tuvo que ver con el ámbito educativo. Sturla aseguró que “los colegios católicos se pusieron la batalla al hombro y, sobre todo, me quiero referir a los colegios de barrios populares, porque sabemos que ahí es donde se juega gran parte de lo que Uruguay está sufriendo, que tiene que ver con la fragmentación social que vivimos, y ahí, gracias, sobre todo, a la Fundación Sophia que logró desde una plataforma común dar una respuesta muy eficaz y tratar de que los gurises no se perdieran en el camino. El Jubilar no perdió alumnos, los siguió uno a uno, sabemos que es difícil, pero se logró y nos llena de alegría”, manifestó.
Se refirió a la recorrida que realizó por todas las ochenta y tres parroquias de Montevideo entre junio y octubre, declaró que las fue visitando de a una, “porque obviamente está la preocupación por los sacerdotes, y ahí fue genial escuchar la respuesta de la gente. Están los que pueden colaborar más y está la señora que le lleva el plato de comida al sacerdote para que no le falte. Hubo cosas muy lindas en este tiempo en medio de las dificultades. En un colegio donde hay chiquitos en edad de que se le caen los dientes, lo del ratón Pérez lo juntaban para el guiso que hacían en Sembradores, cosas muy hermosas. También la gente colaborando para que el sacerdote que no recibía la colecta en tiempos en que no hubo celebraciones pudiera tener lo necesario para sustentarse”.
Promover la cultura del encuentro
“Tuvimos diálogos interesantes con los candidatos a intendente de Montevideo, y después, una vez que fue electa la ingeniera Cosse, fue a casa y compartimos un momento muy interesante” dijo.
Hacia el año que viene la Iglesia tiene dos grandes objetivos, agregó Sturla, “seguir animando la cultura del encuentro, eso que el papa Francisco ha puesto de este modo, una iglesia que dialogue en todos los ámbitos de la sociedad. En ese sentido, el Club Católico se ha renovado, hace poco terminamos un ciclo de cuatro charlas sobre el trabajo, uno de los temas más acuciantes de la sociedad, que fue muy bueno, y se ha renovado el Decos (Departamento de Comunicación Social de la Arquidiócesis). Y, por otro lado, queremos ser iglesia en salida, sobre todo para llegar con el anuncio del Evangelio a todas las personas y poder también llamar a todos los católicos que se han alejado de la práctica de la fe”.
El cardenal anunció que, debido al momento que vive el país, que se ha vuelto más difícil, la iglesia resolvió suspender las misiones de verano, “es un tiempo donde hay muchas actividades de la iglesia, sobre todo de los jóvenes, campamentos, misiones, y por esa razón ayer tomamos la decisión de suspenderlas”. Además, recalcó la exhortación a realizar las celebraciones de Navidad al aire libre para evitar aglomeraciones.
Sturla cerró su alocución con un mensaje a la población “desenado una feliz Navidad en la esperanza del niño que nace, ya hemos vivido la novena de la Inmaculada y ahora nos queda la bendición del niño Jesús, el gesto solidario que cada familia está invitada a dar, y la oración para que cada familia realice en esta Navidad. Sabemos que la esperanza está depositada en Dios, en el nacimiento de Jesús, pero que más allá de la fe cristiana es un mensaje para todos de fraternidad entre todos los hijos de Dios, pero también de un amor que es capaz de vencer todas las dificultades”.
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