En el artículo publicado el 11 de noviembre, en este medio, expusimos el valor patrimonial de las edificaciones que se pretenden enajenar y planteamos las primeras dudas sobre la viabilidad del proyecto. Ahora nos vamos a centrar en las actividades que se realizan en ese predio, con la finalidad de colaborar en determinar el grado de conveniencia de mudarlas a otro lugar.
El ministro de Defensa, Dr. Javier García, expuso ante la Comisión de Defensa del Senado que pretendía vender el predio de la Escuela Naval y mudar el instituto a Laguna del Sauce, con la finalidad de obtener fondos para comprar buques. En la agrupación Pedro Campbell, seguimos trabajando en este tema.
No es el primer intento de quitar la Escuela Naval de Carrasco, desde los 90 se plantearon traslados a Piriápolis, Punta Carretas, e incluso a Laguna del Sauce, fusionando las tres escuelas militares.
¿Qué se pretende vender? El Área Naval Miramar (ANAMI), que contiene la escuela Naval, la escuela de Guerra Naval, y dependencias del Comando de la Armada (Complejo Deportivo Naval, Centro Asistencial, Centro de Simulación, Salón de Honor, sala de conferencias y salón de eventos).
Educación acreditada
Las tripulaciones de los buques son internacionales, formadas en sus países de origen, pero operando en aguas de todos los países.
La Organización Marítima Internacional (OMI), en procura de resolver el problema de la incidencia del factor humano en los accidentes marítimos, apostó estandarizar la formación de los marinos. Para ello creó la Convención sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia de la Gente de Mar (STCW), e impuso un plan de estudios por competencias, un sistema de actualización continua, la obligatoriedad de contar con simuladores y con sistemas de gestión de calidad y un programa de auditorías.
La escuela Naval forma a los oficiales de la Armada Nacional, actualmente unos 100 alumnos estudian y viven allí.
Desde 1916 se dictan dos carreras terciarias gratuitas para un centenar de alumnos civiles, las carreras de Piloto e Ingeniero Mercante, funcionando solamente con el presupuesto de la Armada, sin recibir nada del presupuesto nacional para la educación pública.
Desde 1978 funciona también el bachillerato Naval, un liceo habilitado por la ANEP con un centenar de alumnos.
Los alumnos civiles reciben gratuitamente asistencia sanitaria, comidas, bibliografía y algunos de ellos reciben alojamiento (viven en la escuela 55 % de los alumnos del bachillerato Naval y 20 % de los alumnos mercantes). Pero, además, se evalúan que asciendan unos 100 oficiales mercantes al año.
Es también el principal centro de entrenamiento marítimo del país, con 800 alumnos de cursos modelo OMI al año. La Escuela Naval incorpora como requisito mínimo el programa de estudios del STCW, fue el primer instituto educativo del país en obtener la certificación ISO 9001 por parte UNIT y AENOR (España), acumula 16 años de auditorías anuales y ha recibido, además, la auditoría de la OMI y dos auditorías de la European Maritime Safety Agency, gracias a todo ello, sus egresados son reconocidos en toda la comunidad europea.
En la Escuela de Guerra Naval los oficiales en condiciones de ascenso, concurren diariamente a capacitarse, también se desarrolla el curso de Estado Mayor Naval, con alumnos nacionales y extranjeros, y también se dictan cursos de capacitación para todo público.
El Centro de Simulación de Navegación, Máquinas y Comunicaciones capacita a los alumnos de los cursos de oficiales, de los cursos OMI y entrena las dotaciones de las guardias de navegación de los buques de la Armada y de los mercantes.
El Complejo Deportivo Naval es autosustentable, cubre las necesidades de piscina y gimnasio, y brinda servicios a los socios del Club Naval, a colegios y escuelas de la zona.
Ventas de patrimonio para compra de equipamiento: en los años 90 se vendió el 75 % del terreno de ANAMI para comprar cañones navales para los buques. El efectivo logrado en ese momento representa el 25 % de lo que valdrían hoy esos terrenos, lo peor es que el material ya cumplió su tiempo de vida útil, y hoy la Armada no tiene los terrenos ni el material.
Problemas de viabilidad del proyecto
El ministro García ha manifestado que hay que mostrar empatía con el interior y que, si se pueden instalar universidades allí, se puede instalar la Escuela Naval. El área metropolitana aporta el 60 % de los alumnos, la mudanza implicaría un perjuicio para ellos, pero para los oriundos de San José, Soriano, Salto, Tacuarembó, Cerro Largo, Rivera y Artigas, es aún peor, dado que deberían hacer escala en Tres Cruces. Laguna del Sauce, está a 14 km de la ciudad de Maldonado, por lo tanto, todos los alumnos deberán usar buses interdepartamentales.
Es incomparable esta idea con la realidad de las facultades que abren campus en el interior, lo hacen utilizando el presupuesto de educación y la escuela cuenta solamente con el magro presupuesto de la Armada, que no permite realizar inversiones.
No es real que se consigan docentes en todos los departamentos, se requieren los más actualizados marinos en cada área, que siempre son los que están embarcados. El valor de la hora docente en la Escuela Naval apenas le compensa al docente el gasto del transporte a Carrasco.
Para el desarrollo de las competencias se requiere de la periódica concurrencia a los buques y unidades especializadas (grupo de buceo, Infantería de Marina, diques, astilleros, etc.). Alejarse dos horas no lo soporta ni el calendario escolar, ni la logística.
Se dice que se estaría a media hora del puerto de Piriápolis, ese puerto es apto para la operación de embarcaciones deportivas y pesqueros artesanales, solo las lanchas de la Armada y los barreminas pueden maniobrar allí, por lo tanto, su utilidad es limitada.
Las actividades culturales y deportivas, también se afectarían por las distancias a la ciudad de Maldonado o Montevideo. Un Complejo Deportivo en Laguna del Sauce, no será autosustentable por las distancias a los centros poblados.
En la Escuela de Guerra Naval el 90 % de sus alumnos trabajan en Montevideo y concurren diariamente a los cursos, cualquier lugar fuera de Montevideo es inviable. Separar las escuelas implicaría duplicar infraestructura que hoy es compartida.
Nuestras conclusiones
La creación de un fidecomiso para la compra de buques con los recursos que genera la Armada, es una gran idea del ministro.
Aunque se vendiera en US$ 30 millones y todo el dinero se destinara a la Armada (el Estado puede retener hasta el 75 %), no será suficiente para igualar lo que se tiene, y menos aún para construir bases y comprar buques.
Para trasladar el ANAMI dentro de Montevideo se deberá encontrar un terreno lindero al Río de la Plata, a menos de 40 minutos del puerto de Montevideo, con transporte público, rutas de acceso y seguridad para el tránsito de docentes y alumnos.
Trasladar la Escuela Naval a Laguna del Sauce, aumentará los gastos operativos, disminuirá la captación de alumnos, bajará la calidad de la educación y la posibilidad de acceso a las carreras a jóvenes del interior.
El único beneficiado económicamente de la venta de ANAMI sería un privado.
La realización del proyecto, proceso de venta, construcción, equipamiento y mudanza excedería a este periodo de gobierno.
(*) Capitán de Navío (R) y presidente de la Agrupación Pedro Campbell (Cabildo Abierto)
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