Lector sin límites, se destacó como periodista deportivo, pero su mirada de la realidad era mucho más compleja y rica. Vivió con dignidad, lucidez y honestidad intelectual hasta el último día.
Hace casi 5 años Hugo Manini Ríos visitó sin previo aviso a Juan Ángel Miraglia, con quien mantuvo un diálogo que luego convirtió en artículo. “Un testigo privilegiado de la historia del periodismo nacional”, escribió el exdirector de este semanario en la oportunidad. Eso era Miraglia, fallecido el 18 de junio.
Nacido el 1° de setiembre de 1922 se le conocía como “el decano del periodismo deportivo uruguayo”. Comenzó su labor periodística en 1942 en La Mañana. Sus ojos vieron jugar a los más grandes del fútbol uruguayo como Héctor Scarone, José Nasazzi, Obdulio Varela y a Juan Alberto Schiaffino.
La improvisada entrevista de Hugo Manini Ríos no giró sobre el deporte, sino respecto a temas de su vida, como su llegada a Montevideo con solo 7 años, el vínculo con La Mañana, el ingreso al periodismo.
Miraglia vivió en Garzón, departamento de Maldonado, a orillas del arroyo Garzón, hasta los 7 años. Al comenzar la escuela sus padres lo enviaron a la casa de una tía en Montevideo, comenzando su vida en la capital.
No le gustaba estudiar, pero sí leer, y engañaba a su tía simulando realizar los deberes cuando en realidad leía algún libro de aventuras o una novela de autores europeos del nivel de Víctor Hugo o la complejidad del escritor ruso Fiódor Dostoyevski que le encantaba.
Empezó a trabajar en La Mañana “haciendo pequeños trabajos de fútbol y de básquetbol de divisiones del interior en 1942”, contó. Era la época del golpe de estado de Alfredo Baldomir, cuando Miraglia apenas tenía 20 años.
Su incorporación al periodismo fue algo que nunca pensó, pero se dio por impulso de Pedro, fundador de La Mañana y abuelo de Hugo Manini Ríos. “Don Pedro empezó a decirle a Travieso, que era el director, ‘usted tiene que llevarse a Juan para el diario’, y le insistió e insistió, no sé por qué razón, qué vio en mí, yo ni había soñado ser periodista, nunca me había pasado por la cabeza”, recordó Miraglia que el 1° de noviembre de 1944 paso a ser cronista estable cubriendo deportes.
A partir de 1972 protagonizó un “conflicto” con los responsables de la empresa Seusa, propietaria de La Mañana y El Diario, que quisieron trasladarlo al archivo, cosa que rechazó, y en 1973 dejó el histórico diario.
Sin embargo su carrera periodística no acabó ahí. También fue director de la revista Deportes, escribió en El País y Últimas Noticias, además de tener un excelente desempeño en radio y televisión, en programas como Hora 25 de radio Oriental.
Se jubiló luego de 46 años de periodismo deportivo.
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