No se trata solamente de distanciamiento y tapabocas. Especialistas reivindican hacer ejercicio y otras actividades para tener un buen estado inmunológico ante el covid-19 y mantener la mente positiva.
“Hacer actividad física otorga al organismo un estado de tonicidad que lo hace mucho más defensivo a las afecciones externas, como por ejemplo las virosis”, dijo a La Mañana, el Dr. Omar Clark, director técnico de la Asociación Española.
El médico manifestó que “la actividad física es importante en todos los rangos de la vida”, aunque aclaró que debe ser la “adecuada para cada franja etaria”. “No es lo mismo salir a correr con 60 años que salir a correr con 30”.
Señaló que si la persona no puede ir a un lugar abierto, protegido, aislado, ventilado y separado con las distancias apropiadas, “tiene que hacer ejercicios intradomiciliarios, estáticos y programados, lo que le da tonicidad y le da un cambio de carácter. Emotivamente lo favorece e inmunitariamente también”.
“Sin dudas que estar bien dormido, bien alimentado y con ejercicio mejora la calidad de vida y combate la obesidad; uno de los factores de riesgo más importantes” ante el covid-19, indicó Clark. La obesidad “es algo que hay que controlar, debido a que “es un factor de riesgo muy importante para esta infección viral, por la dificultad en la asistencia respiratoria”, explicó el doctor.
Buen estado inmunitario como primera defensa
Clark hizo hincapié en lo importante de tener una “nutrición balanceada y adecuada, abstenerse del alcohol, del cigarrillo, y de todas las cosas nocivas que bajan la inmunidad”. “Una cosa es que a vos el virus te agarre con un estado inmunitario bueno y otra cosa es que te agarre con un estado inmunitario malo”.
En ese sentido, el experimentado médico sostuvo que “la gente sedentaria es mucho más vulnerable, y ahora es cuando se ve bien ese tipo de diferencias”. “La gente sedentaria, en general, tiene un estado de protección básico, que se debe al aislamiento”, entre otras particularidades de los hábitos sedentarios.
El médico afirmó que, justamente, la mayor parte de las personas que están en cuarentena son individuos sedentarios y gente adulta, “porque tienen un estado de tonicidad y de inmunidad bajo”, que los hacen mucho más vulnerables. Explicó que “el virus ataca menos a los jóvenes y el porcentaje de mortalidad es mucho menor, simplemente por el estado inmunitario” que tienen.
“Este virus sabe que los mayores de determinada edad tienen determinados factores -por su uso de vida- en los cuales puede atacar. Es como que está diseñado para no tocar jóvenes y sí tocar a gente adulta”.
A su vez, “en la gente adulta varía la manera de presentarse, desde asintomáticos hasta una gran sintomatología y gravedad”, agregó el experimentado médico que, a su vez, detalló que esa variación de presentaciones depende de dos factores: por una parte, “de las cepas del virus, debido a que “hay cepas mucho más agresivas que otras y está continuamente mutando (con casos recientes en varios países europeos), y por otra parte, “del estado inmunitario con el que te agarre”.
“Si te agarra obeso, con hipertensión arterial, con afecciones cardíacas, o si te agarra desnutrido, te va a causar mucho más daño que si te agarra en buenas condiciones”.
Evitar el distrés: otro factor que impacta en el sistema inmunológico
En diálogo con La Mañana, el Lic. en Psicología de la Udelar, Pablo Maiorano, explicó que como “transitamos por acontecimientos nuevos, estos implican retos y afrontamientos inusitados”; lo que “en muchos de nosotros transmutan en situaciones de estrés”, tal como señalaban Cannon, Selye y Lazarus, en sus investigaciones sobre los efectos emocionales de los estresores, y el concepto de Síndrome de Adaptación General, también conocido como Síndrome de Estrés.
Para el psicólogo, el estrés, en condiciones “normales”, “nos prepara para huir en casos de emergencia, y si lo sabemos controlar nos acompaña para mantenernos en alerta frente a peligros”, lo que se concibe como “eustrés” o “estrés positivo”. Pero, “el que más debería preocuparnos es el “distrés” o “estrés negativo”, afirmó.
Maiorano advirtió que “las primeras señales del distrés se manifiestan con el vivir apresurado y la sensación de vivir sin tiempo, y también aparece la fatiga, el aburrimiento, la irritabilidad y la desmotivación”.
Eso “termina impactando en el cuerpo por los desajustes en los distintos sistemas”. Por ejemplo, “lo que acontece con nuestro sistema inmunológico, expuesto a niveles de estrés crónico de manera sostenida provoca un aumento en los niveles del cortisol, secretado por la glándula suprarrenal, y deviene en una disminución en la respuesta inmune de nuestro organismo”, explicó Maiorano.
Mantenerse activos, creativos y “conocer fortalezas y debilidades propias”
“Cuando un evento se nos presenta de una manera extrema o crítica, provoca una ruptura en nuestra vida cotidiana y puede impedirnos funcionar como lo veníamos haciendo y, en ocasiones, eso marca “un antes y un después”.
Miorano recordó a Freud, que en su texto de 1930 El malestar en la cultura señalaba tres malestares, y “si los observamos desde lo que sucede en la pandemia, podemos inferir una relación con algunas causas de sufrimiento actual: la declinación de nuestro cuerpo, el no poder dominar las fuerzas de la naturaleza y el relacionamiento con los otros”, que “son fuentes constantes de nuestros padecimientos”, explicó el especialista. Agregó que, “además de la pandemia, debemos considerar que existen otras raíces para la infelicidad, como las desigualdades sociales, que componen un marco considerable”.
Para evitar un impacto mayor “deberemos apelar a nuestra creatividad, identificar nuestras fortalezas y debilidades, e intentar una reconversión, intentando restablecer nuestro estado de bienestar. Se trata de evitar -al decir de expertos- caer en la ‘cascada neuroquímica’ que afecta a nuestro organismo”.
“La importancia de conocerse a sí mismo y saber que nos pueden reconfortar tareas básicas como el ejercicio físico dentro de casa, o la alternativa de caminar en espacios públicos, evitando las aglomeraciones. Otra opción puede ser adentrarse en la cocina y elaborar propuestas culinarias de nuestro agrado”.
“La tecnología también puede constituirse en un apoyo válido para lograr esa conexión”. “Si nos gusta el cine o la literatura, poder reencontrarnos con películas y libros que hemos visto o leído resulta interesante, porque dependiendo en qué momento de nuestra vida tuvimos esa relación, nos permitirá analizarlo desde la etapa evolutiva que estemos transitando, y las conclusiones podrán ser diferentes, por aquilatar las experiencias vividas”.
Maiorano explicó que “para el afrontamiento no existen fórmulas infalibles, cada uno habrá de ejercitar una búsqueda individual, como acción personal”, aunque “puede ser importante tener una cuota de humildad indispensable para reconocer cuándo necesitamos solicitar ayuda y tener un acercamiento a profesionales del universo “psi”, para amortiguar el impacto a través de las diversas intervenciones como: intervención en crisis, consulta psicológica o proceso psicoterapéutico”.
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