La situación económica a nivel general ha empeorado y el uruguayo, ya sea el ciudadano común y en especial el pequeño comerciante, acude a las diferentes formas de crédito para poder subsistir. Sin importar las formas ni las tasas de interés, se asumen deudas que a la larga se hacen difíciles de pagar pasando el ciudadano a engrosar la lista de morosos que figuran en el Clearing de Informes.
Ofertas variadas
Las redes sociales se han transformado en la guía que orienta hacia las diferentes financieras, muchas de ellas desconocidas en el mercado. Se ofrecen estudios de factibilidad que nunca se contestan para lo cual la persona debe llenar formularios aportando todos sus datos personales con el riesgo que ello implica. En una de las ofertas se invita a “volver” al sistema a aquellos que figuren en el Clearing. Para eso deben llenar un formulario con todos los datos personales y al final se autoriza un préstamo de módicos $1.000.
Préstamos “gotera”
Como novedad en los últimos tiempos se instaló esta forma de crédito en efectivo que apunta casi en exclusiva a pequeños comerciantes. Es una práctica instalada en varios países de Latinoamérica a pesar del trabajo realizado por la Policía de diferentes países. Los “prestamistas” son en su mayoría ciudadanos extranjeros, algunos colombianos o venezolanos y manejan importantes sumas en efectivo. Se acuerda un pago por día en un plazo no mayor a los 24 días, y para el caso que la persona solicite ampliación de plazo, los intereses aumentan de forma considerable.
En el año 2019, personal de la Jefatura de Policía de Tacuarembó, en coordinación con la Fiscalía de segundo turno, detuvo a 13 ciudadanos colombianos involucrados en una red de préstamos económicos a personas del lugar, que superaban los máximos de interés establecidos, y en algunos casos constituyeron usura. La investigación, para la que se trabajó con cautela, demandó aproximadamente seis meses y comenzó en el departamento de Rivera.
En tal sentido, la Policía identificó a un grupo de ciudadanos extranjeros que ofrecían préstamos mediante distintas vías y, en virtud de la sospecha de que se tratara de algún tema ilícito, comenzaron a investigar.
Contando con varios elementos a favor, realizaron una intervención autorizada por el Juzgado Letrado de 5º turno y se efectuaron seis allanamientos simultáneos en distintos puntos del departamento, dos inspecciones en una vivienda y un allanamiento en Paysandú. El resultado de estas intervenciones fue la incautación de 1.282.853 pesos uruguayos; 17.891 dólares; 342.000 pesos colombianos; 34 bolívares; 1.505 pesos argentinos; 835 reales y 2.000 pesos chilenos.
A su vez incautaron armas de fuego y de aire comprimido, celulares y computadoras (medios tecnológicos utilizados como soporte de las transacciones realizadas); agendas, cuadernos y biblioratos con registros de clientes y pagos; 13 motocicletas; una camioneta y folletería promocional de préstamos con la que captaban a sus víctimas. Los involucrados (11 hombres y dos mujeres) fueron detenidos y llevados al Juzgado Letrado. Allí declararon que se dedican a realizar préstamos a pequeños comerciantes y que viven de la ganancia obtenida.
Comerciantes amenazados
De acuerdo a información brindada por el Ministerio del Interior en el año 2020, un trabajo realizado por personal del Departamento de Delitos contra la Persona de la Zona Operacional II permitió detener a dos ciudadanos extranjeros que amenazaron a una comerciante al no poder cobrar el préstamo que ofrecían de forma ilegal.
La denuncia fue presentada por una comerciante del barrio La Unión de Montevideo, quien fue amenazada y agredida por un ciudadano colombiano que oficiaba de prestamista. Meses atrás el extranjero le había prestado dinero que debía pagar en cuotas y día a día. Cuando la cliente no pudo pagarlo en tiempo y forma, el cobrador la amenazó y agredió para intentar cobrar el efectivo.
Enterada la Fiscalía de Flagrancia de 8° Turno, dispuso la vigilancia del comercio y la detención de los autores. Es así que cuando los prestamistas concurren al comercio a cobrar el dinero, la Policía los detiene e incauta documentación relacionada a los préstamos, dos celulares, almohadillas de tinta, tarjeta de control de pago donde se especifica monto, cuota y valor que debe aportar la misma.
En la actualidad la modalidad ha resurgido y son varias las denuncias presentadas en diferentes ciudades del interior del país. En diálogo con La Mañana, un comerciante que pidió mantener su nombre en reserva señaló: “por lo general son personas jóvenes. Ellos vienen de buenos modos, con la plata en la mano y te convencen. Te marcan una hora y pasan todos los días a cobrar. Si te atrasas con una cuota al otro día vienen a cobrar las dos, y si por alguna razón no tenes el dinero se ponen muy nerviosos y les sirve cualquier cosa como pago”.
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