Este miércoles se realojan 54 familias del asentamiento Chacarita de los Padres, que tendrán su nuevo hogar en Villa Farré. La entrega de viviendas está comprendida en el Plan Nacional de Relocalizaciones y la firma de convenios entre 2018 y 2021 para realojar a 141 familias de este asentamiento que se encuentra ubicado sobre terrenos inundables y contaminados.
A las 11 horas de este miércoles, la ministra de Vivienda Irene Moreira y el subsecretario Tabaré Hackenbruch, junto al director nacional de Vivienda, Jorge Ceretta, la directora nacional de Integración Social y Urbana, Florencia Arbeleche, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse y directores de División Tierras y Hábitat y del Servicio de Tierras de la Comuna capitalina, entregan a otro grupo de familias del asentamiento Chacarita las llaves de sus nuevos hogares en Villa Farré.
Chacarita de los Padres existe hace más de 35 años y se encuentra ubicado en el km 12.100 de Camino Maldonado, a lo largo de uno de los afluentes del arroyo homónimo, donde habitaban hasta hace poco cerca de 245 familias.
La cañada sobre la que se encuentra este asentamiento está contaminada y repleta de escombros, malezas y residuos, algunos provenientes de industrias cercanas al lugar, todo coadyuvando a obstruir la corriente de agua y provocando reiteradas inundaciones que han dejado a las personas que residen en viviendas precarias en una situación de gran vulnerabilidad.
Hacia una solución
En agosto del 2018 se firmó el primer convenio entre la Intendencia de Montevideo (IM) y el Ministerio de Vivienda (MVOT) para darle una solución a estas familias. Este convenio y los que siguieron están previstos dentro del Plan Nacional de Relocalizaciones, creado con el objetivo de “mejorar la calidad de vida de las personas asentadas en terrenos inundables y/o contaminados, no aptos para fines residenciales, mediante su relocalización”, según consigna la cartera en su página web.
Bajo este esquema, el MVOT aporta fondos para la construcción de las viviendas y la contratación de equipos técnicos multidisciplinarios, mientras que la intendencia brinda los terrenos y el municipio se encarga de la logística y la gestión de los proyectos.
En enero del 2020 se firmó otro convenio que abarcó a 35 familias. Luego, en diciembre de 2021, se finalizó la construcción de la primera etapa de viviendas y se mudaron 52 familias al complejo ubicado en Hipólito Irigoyen y Calle 7. Mientras tanto, otros 16 núcleos familiares accedieron al techo propio mediante un subsidio para la compra de vivienda usada y otros cuatro se encuentran finalizando el trámite para acceder también a esta solución. Por último, el pasado 23 de agosto fueron realojadas otras 54 familias a una cooperativa en Leandro Gómez, a 20 cuadras de Chacarita.
Según comunicó el MVOT, la inversión financiera realizada por este ministerio para el total de familias, ronda los $ 285 millones. Luego de la relocalización de hoy, continuarán con la tercera etapa de este proceso, que implica la construcción de 15 viviendas más en predios aportados por las instituciones involucradas y en los próximos 20 meses otras 80 familias del barrio serán realojadas a través del plan Avanzar.
Una nueva oportunidad
Sonia vivió 23 años en Chacarita, fue una de las familias reubicadas la semana pasada. En conversación con La Mañana dijo que cuando se mudó a aquel barrio pensaba que era un lugar tranquilo, pero hoy no se lo recomienda a nadie. “Chacarita es muy inseguro, salís a la calle y andan armados. Te puede dar una bala perdida”, lamentó.
“No te puedo explicar los sustos que me llevé con las armas. Hubo una época en la que me llamaba mi hija llorando para decirme: ‘mamá están a los tiros en el fondo de casa’. Yo le decía: ‘tirá un colchón en el piso y quédate ahí’. Sabés cuántas veces tuvieron que dormir en el piso?”, preguntó. El miedo, “salir perseguido” y “con el corazón en la boca” eran su cotidianidad.
Sonia y su familia lograron esquivar las balas, pero no el agua. En la última inundación perdieron todo. “Nos llegó el agua hasta acá”, dijo señalando sus hombros. “Se tapó todo. No puedo describir la desesperación que sentí en ese momento. Salíamos a la calle y veíamos flotando los calefones, lavarropas, zapatos, perros… veíamos heladeras cruzando la placita y no podíamos hacer nada. Fue algo impresionante”.
La vivienda a la que accedió Sonia ya es suya. Ahora tiene que hacerse cargo del pago de los servicios. El agua está subsidiada, la luz no. Además, se realizará un seguimiento de la evolución y adaptación de las familias por nueve meses, donde se orientará a las personas sobre el pago de impuestos. “Allá un 80% estaban enganchados”, dijo esta vecina en referencia a Chacarita.
Otro punto condicionante a esta entrega, según señaló, es no dejar de habitar la casa ni arrendarla, sin embargo, la pueden heredar sus descendientes. “Esa era una de las cosas que más me interesaba, saber que si hoy o mañana no estoy, mis hijos tienen un respaldo”.
Sobre qué harán con los ranchos que quedan libres en Chacarita, el alcalde del Municipio F, Juan Pedro López, explicó a Telenoche la semana pasada, en oportunidad de la anterior entrega de viviendas, que se destruirán las construcciones precarias del asentamiento para evitar que el lugar vuelva a ser ocupado.
López contó que “hay varios proyectos e ideas” para desarrollar en la zona. “En principio vamos a limpiar el lugar y el arroyo, para que quede un parque donde la gente se pueda sentar a tomar mate”, dijo.
Una tragedia que los vecinos no olvidan
Un día la crecida del arroyo Chacarita se llevó más que electrodomésticos, zapatos y muebles. El 6 de octubre de 2016, un niño que estaba jugando a la pelota cerca de una boca de tormenta perdió la vida tratando de recuperar su balón. Murió ahogado y su cuerpo recién pudo recuperarse semanas después.
“Al hijo de Neto se lo llevó la correntada”, contó a La Mañana José María Urdiozola, referente del lugar. “Estaba todo crecido. El niño estaba jugando al fútbol y una boca de tormenta se lo tragó. Al otro día, cuando amainó el temporal, bajamos a buscarlo, pero no lo encontramos por ningún lado”, recordó.
Urdiozola relató que el niño nunca apareció allí, sino 45 días después en los bañados detrás del cuartel del barrio La Chancha. El referente, que milita en el Partido Colorado, señaló que cuando limpiaron esa boca de tormenta se encontraron todo tipo de cosas, “pedazos de autos, motos…”. “Nadie supo decir por qué nunca se limpió ahí, si ahí van y vienen dos camiones que juntan la mugre”, dijo.
Consultado sobre si realizaron denuncias o solicitudes a la IM para que fueran a limpiar el lugar dijo: “Siempre se hicieron denuncias. Intentaban venir a limpiar, pero es complicado porque nos quejamos de que se tapa y se llena, pero es la misma gente de aquí la que lo tapa. La gente es muy difícil”, expresó.
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