Como es de público conocimiento, el país se encuentra en pleno proceso de prevención de la expansión del coronavirus (Covid-19). En ese sentido, desde los entes estatales y el gobierno se está trabajando en medidas que se ajusten a la realidad, una realidad que día a día posee variaciones, no solo a nivel nacional sino mundial. Sin embargo, lo único claro y constante hasta el momento es la necesidad de prevenir nuevos casos.
El Ministerio de Desarrollo Social es una de las carteras que tiene un trabajo de campo arduo, ya que no solo debe implementar medidas para sí mismo, sino además aplicarlas en las calles, de manera tal de proteger a los que menos herramientas poseen. Es por eso que La Mañana dialogó con Nicolás Martinelli, director general de Secretaría del Ministerio, quien explicó cuáles son los recaudos y prácticas que se llevan a cabo es pos aminorar el paso de la pandemia por nuestro territorio.
Según un censo elaborado en 2019, existen 2.500 personas en situación de calle en Uruguay. De esa suma, más de 300 se consideran dentro del rango de población de riesgo, ya que son mayores de 60 años, o tienen discapacidad o poseen problemas respiratorios crónicos. Pese al total de gente que vive en las calles, la capacidad del ministerio en cuanto a refugios y centros diurnos o 24 horas, es para 999 personas.
A prácticamente 10 días de empezar el gobierno, el ministerio no tiene aún un presupuesto propio, se está trabajando con elementos que dejó el gobierno anterior. “Al Mides esto lo agarró ‘mal parado’, pero por el gobierno anterior que nos dejó con 2.500 personas en la calle pero 999 camas. En una semana es imposible arreglar todo esto, lleva incluso meses conseguir un refugio, pero estamos dispuestos a hacer todo”, afirmó Martinelli.
Esto desencadena en que en algunos casos los refugios se encuentran con una importante aglomeración -hecho que debe evitarse- entonces se busca sacar a las personas de allí y que se esparzan por otros sitios, de manera de generar más espacios, sobre todo si van a estar en cuarentena. En ese sentido es que la primera medida que se tomó desde la cartera fue que todos los centros sean de 24 horas. A los mismos están ingresando las personas de riesgo y el ministerio se encarga de cubrir el almuerzo y cena.
“La capacidad locativa que tenemos no alcanza, y por eso se buscó la solución de asociarnos con hoteles y hostels para que reciban a más personas. Por ahora, estaríamos, en principio, cerrando un acuerdo el lunes con dos hoteles en Montevideo con capacidad para 120 personas (50 en uno y 70 en el otro)”, contó Martinelli.
Además, de seguir en situación de contagio, se está trabajando en la creación de zonas de aislamiento para quienes manifiesten síntomas propios del virus. Este plan podría llevarse a cabo dentro de los galpones de la Rural de Prado. Se colocarían contenedores y módulos con camas, ventanas y ventilación apropiada para la realización de la cuarenta de quienes presenten sospechas de poseer el virus Covid-19.
Por otra parte se tomarán en cuenta a las personas que efectivamente contraigan el virus y necesiten de otro tipo de cuidados. Se está trabajando con Salud Pública y se maneja la posibilidad de que haya un hostel exclusivo para infectados además de los hospitales. De esta manera es que se plantean tres escenarios: para quienes están sanos, refugios u hoteles, para personas con síntomas, cuarentena en la Rural del Prado, y para quienes estén contagiados, un hostel exclusivo o atención directa en centros de salud pública.
Detrás de más soluciones
Para llevar a cabo las medidas anteriormente nombradas, el ministerio anunció recientemente una partida de $ 1.000 millones. Pero las soluciones no solo abarcan a personas en situación de indigencia y buscarles un sitio, sino además que se ampliará la capacidad de la Tarjeta Uruguay Social (TUS) de manera masiva, es decir a las 87.000. Es la primera vez en el país que se activa este protocolo de emergencia.
“Hay personas de la oposición que salieron a decir que antes se hacía este aumento también, pero en realidad se focalizaba en poblaciones específicas, de ciertos lugares, y en situaciones puntuales como inundaciones, por ejemplo, entonces el costo financiero era menor. Ahora estamos hablando de un esfuerzo enorme que se hace con gusto y que implica llegar a 400.000 personas de las cuales 200.000 son menores de 18 años”, explicó el director general.
La tercera pata de las soluciones en marcha tiene que ver con enviarle mayores recursos al Instituto Nacional de Alimentación (INDA), para que siga proveyendo y aumente su capacidad de ayuda a los comedores, merenderos municipales y personas en general. El INDA, por un lado, tiene la canasta de alimentos frescos: se cocina y después las personas van a comer o recogen su vianda. Por otro lado, se tienen bandejas que vienen congeladas para calentarse y entregarla a las personas. Esto es lo que se hace habitualmente en Montevideo.
Asentamientos y emergencias sanitarias
El hecho de los asentamientos y las condiciones en las que viven quienes residen allí, también es un tema de preocupación para las autoridades, no únicamente del Mides, sino además del Ministerio de Salud Pública (MSP). “El tema hacinamiento es preocupante, pero en la medida en que las personas no hayan tenido contacto con alguien posiblemente con el virus o con sospechas de estar contagiado, y mantenga la ventilación adecuada, tenga los cuidados de aseo como lavarse las manos, limpiar correctamente, en principio, no tendría problemas”, aseguró el entrevistado.
Indicó que lo importante es estar atento y cuidarse de los lugares donde pueden contagiarse, asunto que está en la responsabilidad de cada ciudadano. “Si en una casa de dos metros por cuatro que viven seis personas, no hay afectados, tampoco los habrá si permanecen allí, pero si uno tiene síntomas hay que aislarlo inmediatamente, contactarse con la asistencia y tomar las medidas de recaudo”, exhortó.
Mucha de la población que vive en asentamientos, tiene acceso a la TUS, entonces, el ministerio entiende que con el aumento, esas personas tendrán más posibilidades de hacer compras de productos sanitarios. “Además continuará la llegada de alimentos por los centros CAIF, por la ANEP y en muchos casos también por INDA. Si se diera el caso de que no fuera suficiente, se armará una estrategia para reforzar el apoyo”, aseguró Martinelli.
La importancia de los voluntarios
El Mides tiene un departamento de voluntariado que depende de la Dirección Nacional de Práctica Social, se está trabajando en coordinación de la Dirección del INJU, y en coordinación con el MSP, la Cruz Roja y el Parlamento para firmar un acuerdo de voluntariado, iniciativa del presidente de la Cámara de Representantes, Martín Lema.
En principio, la iniciativa está focalizada en las personas que están en los residenciales de adultos mayores con pocos medios económicos, es decir unos 200 residenciales con cerca de 1.200 personas. Se ayudará mediante un kit sanitario y el voluntariado sería para ir a cuidar y que no queden aislados frente a la situación.
“En muchos casos las visitas se restringieron y las personas quedaron aisladas. Si el voluntariado funciona, probablemente lo podamos usar para los refugios o los hoteles. Un problema que podemos llegar a tener es el de la falta de recursos humanos, porque si la población está en cuarentena o se le pide que no salga, hay menos gente disponible para ayudar, así que en ese sentido también sería de ayuda”, explicó Martinelli.