El Plan Juntos tiene el compromiso de brindar 450 soluciones habitacionales proyectadas en el período pasado, con un presupuesto pensado para abarcar menos de la mitad. A ese y otros desafíos deberá hacer frente su nuevo coordinador, Rody Macías.
Asumió el cargo a mediados de abril, tras haber estudiado todo el trabajo que realiza la institución, que le pareció “extraordinario”. No le gusta llamarle “Plan Juntos”, por entender que la palabra “plan” refiere a un proyecto y esto es algo que ya está en ejecución. Es por ello que a lo largo de la entrevista lo denomina “Juntos” a secas.
Este programa surgió en el año 2010 con la aprobación de la ley 18.829, que declaraba la emergencia sociohabitacional. Su objetivo principal es brindar soluciones habitacionales, que no solo comprenden a la vivienda, sino también a otros elementos como mitigaciones y canastas de materiales.
En este aspecto, uno de los problemas que persiste al día de hoy es que hay por lo menos 10 tipologías arquitectónicas utilizadas para ese fin. Inclusive hay complejos de viviendas donde hay hasta cuatro tipologías diferentes. De esa manera, han aparecido importantes imperfecciones, que van desde que se llueven las casas a las humedades. Para contrarrestar esto, el año pasado se creó el Habitar Juntos, un plan de construcción que apunta, entre otras cosas, a unificar las tipologías.
Además de la parte física, el Plan Juntos tiene otro pilar que es el social. Este “es el menos visible para la sociedad, pero es el que más llega”, explicó Macías. Quiere decir que desde allí se hace una tarea social, educativa, de acompañamiento y hasta de apoyo para comenzar emprendimientos entre los vecinos.
“Encontré en esa área social un trabajo inmenso donde hay referentes barriales y se tienen convenios con casi todos los entes del Estado, desde Antel, que les da computadoras a los participantes –antes se los llamaba beneficiarios-, hasta Facultad de Odontología, donde se atienden. También hay muchos colegios y organizaciones que se acercan al Juntos para realizar actividades comunitarias”, señaló. En tanto, indicó que un 85% de los usuarios son monoparentales, o sea, mujeres solas con hijos a cargo.
Una nueva forma de vida
Por semana, el jerarca recibe unos 10 o 15 pedidos de personas que acuden en busca de una solución habitacional inmediata. Esto configura un inconveniente, pues “el Juntos es lo más ejecutivo que tiene el Estado, pero no para atender casos individualmente”. Es así que se trata de agrupar a la familia sin sacarla del lugar en el que está viviendo, porque ahí tiene sus nexos como la escuela, el trabajo, las changas. Sin embargo, sostuvo que muchas veces no se puede hacer en el predio en el que están y hay que reubicarlos.
Otro de los problemas tiene que ver con el acompañamiento que el organismo realiza con los participantes del plan, que se da antes, durante y algunos meses después de concretada la solución habitacional. Si bien hay ciertos cuidados del hogar que dependen de los mismos usuarios, lo que sucede es que “nunca cortan el cordón” con el Estado, advirtió Macías.
Ese proceso de apoyo previsto en el programa implica ordenarlos y darles herramientas para que salgan adelante. En definitiva, “mostrarles una nueva forma de vida”. “La realidad de los asentamientos es bastante difícil” y se debe trabajar con esas personas, direccionarlas y enseñarles a vivir en comunidad.
“Un 85% de los usuarios son monoparentales, o sea, mujeres solas con hijos a cargo”
Por la experiencia del coordinador en estos primeros meses, la gente permanece ligada al Plan Juntos, incluso por años. De hecho, hoy está resolviendo dificultades que vienen del 2011 y del 2013. A esto se le suman otras complicaciones, como que en muchos lugares se hicieron casas sin saneamiento.
Macías atribuye este tipo de errores a que en su momento la emergencia sociohabitacional era enorme y se fueron “apagando los incendios” en la medida de las posibilidades, aunque asume que hoy es mayor y que se ha acrecentado por la pandemia. De todos modos, entiende que este plan se ha ido perfeccionando con el tiempo.
Desde sus inicios hasta hoy: las distintas etapas que atravesó el plan
En la primera etapa, desde la promulgación de la ley hasta el 2014, cuando dependía de Presidencia, se enfocó en atender ese estado de emergencia con cierto “orden” que “no fue de los mejores”. Es decir, era una idea “brillante”, pero que tenía sus carencias.
Más tarde tuvo un segundo período donde se reglamentó mediante el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), a través de los programas Cercanías, Uruguay Crece Contigo y Jóvenes en Red.
Luego, cuando pasó de Presidencia al Ministerio de Vivienda (Mvotma), del 2015 al 2020, tuvo dos fases. “Una era perfectible, donde en mi concepto personal se sacaba a las personas de un hacinamiento en un lugar pésimo, en las peores condiciones, y se las llevaba a un hacinamiento un poco mejor. Después, en 2018 eso pasó a ser un poquito más amplio y, a fines del período pasado, en diciembre del 2019, se creó el Habitar Juntos”.
El coordinador tiene las expectativas puestas en este último –que todavía no se ha instrumentado-, dado que con ese programa se pretende, además de unificar el tipo de construcción y utilizar un proceso cuyo lapso es menor a todos los demás, crear viviendas en zonas con acceso a saneamiento de dos, tres o cuatro dormitorios. La idea es que eso sea lo que se implemente de aquí en más.
Un presupuesto acotado y el doble de soluciones comprometidas
Desde la creación del Plan Juntos, hace una década, se han brindado 2042 soluciones habitacionales, lo que da un promedio de 204 por año. Pero el nuevo coordinador deberá enfrentarse al desafío de cumplir con los compromisos ya estipulados: en este momento tiene 238 obras en ejecución y el gobierno anterior dejó previstas 179 más.
Asimismo, a fines de febrero, antes de abandonar la gestión, los exjerarcas del Mvotma firmaron un convenio con la Intendencia de Canelones para otorgar 24 soluciones más –para una cooperativa de 24 mujeres con hijos a cargo en ese departamento-.
Esto implica un compromiso de casi 450 obras, con un presupuesto pensado para abarcar menos de la mitad. Macías lo ha conversado con la ministra de Vivienda, Irene Moreira, en quien ha encontrado un gran respaldo, “porque ella se embarra, recorre los asentamientos y tiene una gran empatía por el Juntos, que es para la gente más carenciada”. A su vez, en materia presupuestal deberá hacer frente a un recorte de la plantilla fijado por el decreto 90.
“Lo que denota esto es que antes de entregar el gobierno ya se sabía que el problema sociohabitacional estaba creciendo. Es una gran crisis. Es un desafío importante poder cumplir con lo que está firmado y atender la demanda, que es inmensa, con un abatimiento”, aseveró.
Finalmente, destacó que las autoridades del Mvotma están haciendo los máximos esfuerzos para que el Plan Juntos pueda seguir adelante con todo lo proyectado, puesto que la institución está abocada a solucionar la emergencia habitacional de los más vulnerables de la manera más rápida posible.
Una vida marcada por los desafíos
Rody Macías es un coronel retirado del Arma de Ingenieros. En su extensa carrera militar, participó de cuatro misiones de paz. En la primera era capitán e instruía al Ejército Popular Sandinista en Nicaragua. Luego estuvo en Angola como observador. Después de ser jefe de Batallón y segundo jefe, fue de teniente coronel al Congo, también como observador. En tanto, llegó a ser jefe de Estado Mayor del Comando de Operaciones de Paz.
Su último destino fue Haití, donde arribó como coordinador logístico. Allí se encontraba cuando ocurrió el terremoto que dejó más de 300.000 víctimas mortales y 350.000 heridos. En ese momento debió estar en el cuartel general, pero optó por tener la reunión antes y se salvó. La mayor parte de los integrantes de Naciones Unidas murieron al caerse el edificio entero. Tras el episodio se quedó varios meses para auxiliar en la reconstrucción.
Más tarde volvió al Uruguay, como segundo comandante de la División de Ejército II. De ahí pasó al Estado Mayor del comandante, al Ministerio de Defensa –en el período de Fernández Huidobro-. Tras dos años retornó al Estado Mayor Personal del comandante –en ese entonces estaba Guido Manini Ríos- hasta que decidió pasar a retiro.
Se vinculó al fútbol y actualmente es delegado de Cerro Largo Fútbol Club. Además, da clases en el Calen, en la Maestría de Estrategia.
En este quinquenio se enfrentará al reto de mejorar la eficiencia del Plan Juntos. “El Juntos es el gran desafío, entre los tantos que he tenido en mi vida. Es una idea brillante, que ha sido eficaz pero no eficiente”, concluyó.
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