El tipo de cambio con el país vecino lleva a que los que puedan trasladarse a la otra orilla a hacer las compras lo hagan. Mientras tanto, muchos comerciantes cierran sus puertas. Paralelamente, cruzan productos y servicios de todo tipo por el puente Internacional Libertador San Martín, incluidos aquellos que por sus características están prohibidos. La Asociación Comercial e Industrial de Río Negro que atiende a 160 socios de Fray Bentos y 140 de Young es un paraguas que intenta proteger la economía de ese departamento.
La situación de las poblaciones de frontera se vuelve más caótica y las soluciones están cada vez más lejos. Río Negro es el departamento que muestra el mayor índice de desempleo del país y la ciudad de Fray Bentos padece de primera mano la situación de desequilibrio que genera el tipo de cambio con Argentina. Varios sectores de ese departamento reclaman medidas que hasta el momento no han sido suficientes. Según señaló a La Mañana el Cr. Enzo Giovio, coordinador de la Asociación Comercial e Industrial de Río Negro, parece que el sistema político “le ha sacado la pata al litoral” con su población de 600.000 mil habitantes.
Para paliar en algo la compleja situación por la que atraviesa ese departamento, las medidas desde el sector político han sido insuficientes. Tal vez la que tuvo mayor repercusión fue el descuento incremental del Imesi (Impuesto Específico Interno) a las naftas “que sí ayuda”, pero que es la única real indicó el funcionario.
Contra el muro político
Varias propuestas han chocado con barreras impuestas desde el sector político o del comercio de grandes superficies. La ley de importación simplificada fue descartada de plano por la dirigencia política a raíz de la negativa de los grandes supermercados que tomaron esta medida como la legalización del contrabando. En tanto la propuesta de reducción del Iva (Impuesto al Valor Agregado) en todos los productos que se transaccionaran por medios electrónicos en el litoral también corrieron la mima suerte. Desde el Gobierno parece que “no están dispuestos hacer ese sacrificio en la recaudación fiscal”, aunque algunos ejemplos indiquen que pueden ser favorables tanto para la población como para el Gobierno. Durante el primer descuento de Imesi, entre 2006 y 2007, hubo una mayor recaudación que repercutió también en el IVA y el Irae (Impuesto a la Renta de la Actividad Económica) dado que los uruguayos compraban en el país. Según Giovio, “la verdad es que no se han tomado medidas serias” desde el ámbito público. Una sensación que está planteada en todos los sectores económicos de esa población.
Hasta carne viene desde Argentina
Durante los últimos encuentros que los Centros Comerciales han mantenido con las autoridades nacionales, el pedido unánime no ha sido más leyes sino la puesta en práctica y mayores controles de las que ya existen. En este sentido una de las debilidades que presenta la aduana en ese paso de frontera es el poco personal disponible para llevar adelante los controles de ingreso de personas y mercaderías. En una de las visitas solo seis personas debían controlar el pasaje por el río, la administración y los controles por el puente. De la misma forma que el puente “es un coladero el río Uruguay” e inclusive “hay días” en que “no hay nadie que revise”.
Esa falta de controles provoca que ingresen al país alimentos que en los papeles tienen sus restricciones legales. Según Giovio, por el puente pasa carne mientras que las carnicerías locales se ven presionadas por el Instituto Nacional de la Carne (Inac) a cumplir normas caras y con alto grado de inspección. Esa es una de las principales quejas que la institución recibe de los comerciantes.
Cuando la alternativa es bajar la cortina
Una forma de visualizar las dificultades económicas por las que pasa Fray Bentos y todo el departamento de Río Negro es el importante numero de comercios que ha bajado sus cortinas. Las exoneraciones en el pago para las pequeñas empresas apenas son suficientes para sostenerse. El entrevistado dijo discrepar con las propuestas de promoción de empleo que, si bien son importantes, lo urgente es la “protección de lo que hay”.
La otra cara de la moneda es el número de emprendedores que están haciendo sus primeras armas en sus respectivos mercados. “Capaz que es el recurso que les ha quedado” para salir adelante. En buena medida esto se debió a la acertada decisión de descentralizar la Agencia Nacional de Desarrollo a través de los Centros Pymes que funcionan en cada uno de los departamentos con aliados estratégicos del sector privado. “Nosotros estamos trabajando con 700 empresas y emprendedores de todo el departamento”, en muchos casos se trata de personas que están comenzando alguna actividad, en otros emprendimientos con algún tiempo de funcionamiento.
Cruzan solo los que pueden
No solamente el tipo de cambio perjudica al sector comercio, sino que el rubro servicios también está comenzando a experimentar ciertas dificultades con la llegada de ciudadanos argentinos que desarrollan algunas actividades a menores costos que con manos de obra locales. En este escenario aparecen los sectores como el electrónico que inclusive se puede hacer de forma remota, hasta la construcción donde los salarios que se les pagan a esos extranjeros pueden ser hasta tres veces menores que lo que la normativa exige para los trabajadores de nuestro país. Para el entrevistado se trata de otra de las competencias desleales que puede empezar a afectar la economía de ese departamento en el futuro inmediato.
“Uno no juzga que la gente vaya a Argentina, es totalmente comprensible ante una diferencia tan grande, cualquier comprador inteligente va a elegir la opción que le sale más barato para su bolsillo”. Pero como sucede con la frontera con Brasil, cruzar el puente no es un beneficio para todos. Giovio indicó que solo lo pueden hacer aquellas personas que por su actividad tienen menores posibilidades económicas de hacerlo porque “el que cruza para el otro lado es el que más tiene”. Para medir tal situación el entrevistado utilizó el ejemplo que el propietario de dos supermercados, uno de ellos en el centro de la ciudad y el otro en un barrio popular y carenciado le hizo en su momento. Como en gran parte de los casos, la peregrinación hacia el lado argentino provocó una caída en las ventas del local céntrico donde acude la población con mejores posibilidades, mientras que en el otro no hubo cambios en el comportamiento de sus clientes. Una nueva modalidad más económica es la opción que varias personas alquilen un taxi para ir hasta el vecino país hacer sus compras con “US$ 100 o US$ 200 en el bolsillo para que te rinda” un viaje de 60 kilómetros.
Muchos de ellos son comerciantes que surten sus góndolas con productos de la otra orilla. Mientras una de las mayores críticas de los consumidores es que marcan las mercaderías con precios nacionales, Giovio lo ve naturalmente entendiendo que se trata de la recuperación de los márgenes que se pierden por los costos que tiene el país.
Una reunión que concentró a todos los Centros Comerciales del país en Flores junto a la Cámara del Comercio sirvió para que representantes de diferentes departamentos discutieran sobre los perjuicios que el tipo de cambio con Argentina afectaba la economía de sus departamentos. Para Giovio fue una oportunidad que el resto del país conociera de primera mano lo que ellos están padeciendo desde hace tiempo.
El 30% de los empleos del sector privado de la ciudad de Fray Bentos con 25.000 habitantes proviene del sector comercial. Se le suma un conjunto de fábricas (pasta de celulosa, lácteas, frigoríficas entre otras) que traccionan la economía de ese departamento, acompañada por transporte y servicios estrechamente vinculadas a esos sectores. La instalación de la Universidad Tecnológica fue un cambio para que los jóvenes decidan quedarse a vivir, estudiar y desarrollarse en ese lugar. Para eso se planteó una oferta educativa con carreras pensada acorde a las actividades económicas que se llevan adelante en Río Negro.
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