¿Cuál es la importancia de formar profesionales en el área de la ciencia en un país como el nuestro?
La ciencia tiene importancia desde varios puntos de vista. La Unesco declaró a la ciencia un derecho de todos, es decir, poder acceder al conocimiento científico. Eso marca la importancia que se le da a nivel mundial. ¿Por qué hacer ciencia en Uruguay? Las técnicas y los métodos cambian muy rápidamente y la única manera de poder seguir el tren o de innovar es, justamente, desarrollando un conocimiento localmente importante en las ciencias básicas para empezar, porque eso es lo que va a dar herramientas para crear y generar cosas nuevas, y para desarrollar nuevos métodos, productos y procesos.
¿Cuál es el menú de opciones que ofrece la Facultad?
Es difícil nombrarlas todas, pero en este momento se ofrecen 13 carreras de licenciatura y de tecnólogo que cubren una amplia gama de área del conocimiento: biología, bioquímica, física, matemática, geografía, geología, ciencias de la atmósfera, astronomía, biología humana, física médica. El perfil de cada egresado se puede encontrar en la página web (www.fcien.edu.uy).
Por ejemplo, una que tiene mucha actualidad en la época de verano es la limnología, que estudia los aspectos físicos y biológicos de los sistemas de agua dulce, los lagos, la cuenca de los ríos, y por lo tanto las cianobacterias. Hay aún poca gente en el país especializada en esos temas y se necesita formar más. También biotecnología, que trata, a nivel de especialización, de desarrollar proyectos que son aplicados a distintos temas en busca de un producto concreto, de un proceso o de mejorar un problema real vinculado a la producción. Ciencias de la atmósfera es otra área; es una carrera relativamente nueva que tiene que ver con el clima, con los océanos, los aspectos físicos que determinan desde los cambios climáticos hasta las consecuencias sobre la costa o la playa.
Muchos estudiantes terminan aplicando a sectores poco visibles y con desempleo cero. ¿Cuáles son esas áreas?
En primer lugar, yo les digo a los chiquilines que nadie los va a ir a buscar a su casa porque los precisen para resolver un tema. La mayor fuerza la tienen que poner ellos mismos. Las oportunidades, hagas lo que hagas, las tenés que buscar. Pero hay muchas áreas. Por ejemplo, se necesita más gente trabajando en problemas de las abejas, la miel y sus enfermedades. A los geólogos muchas veces les cuesta terminar los estudios porque empiezan a trabajar antes. Otra área que es relativamente nueva y que es muy importante para el país y donde esperemos que se formen más, es la física médica. Los físicos médicos son los que están capacitados para calibrar y determinar el tipo de radiación que se utiliza en los equipos, ya sea para una radioterapia como curación o para las placas, es decir, qué radiación le estamos dando a un paciente o en un control. Después hay muchos egresados que están trabajando en emprendimientos propios.
¿Eso es algo nuevo?
Sí. Ahora estamos completando el análisis de un censo de egresados para ver exactamente quiénes y dónde están trabajando en cada área. Fue ahí que me enteré de eso, que hay emprendimientos que hacen muchas veces asesoramiento ambiental o que han trabajado en la producción de determinados reactivos o en la generación de sistemas de diagnóstico rápido, entre otras cosas.
¿Es un obstáculo la falta de presupuesto en ciencia e investigación?
El presupuesto es algo importante en la Universidad y en toda la educación pública para que más jóvenes se integren, estudien y trabajen. Es una limitación en algunos aspectos. Los equipos que se compraron hace 20 años hoy son obsoletos y eso requiere una inversión en equipamiento. También tenemos que tener condiciones mínimas de trabajo, es decir, no se pueden hacer trabajos prácticos de a 10, tienen que ser no más de cuatro o cinco por mesa. El presupuesto sin duda que es importante y va a entrar en discusión próximamente. El Uruguay necesita más científicos. En comparación con la región y respecto a los ingresos del país, se necesitan más científicos trabajando activamente.
A pesar de eso, ¿cómo se encuentra Uruguay en materia de investigación científica con respecto de la región?
La producción en el Uruguay es buena. Eso se mide en la cantidad de artículos publicados en revistas internacionales y por la calidad de las revistas donde se publican. Es casi como que se hacen milagros con el presupuesto, porque hay muy buena producción respecto a la inversión. Se ha mejorado mucho. La Universidad ha contado con mayores recursos, pero lo importante también es sostener ese esfuerzo que se ha hecho y que realmente ha impactado muy positivamente en la producción y la productividad científica del país. Esperemos que se sostenga.
Mencionó algunos desafíos que tiene por delante la Facultad. ¿Qué le gustaría concretar antes de culminar su gestión?
Hay cosas que me importa promover, como un mayor trabajo interdisciplinario, o sea, que los físicos y los biólogos trabajen en proyectos conjuntos o los matemáticos con los biólogos; que haya una mayor integración científica. Hay desafíos que nosotros tenemos que resolver, como facilitar el acceso a más estudiantes a la Facultad, a personas que trabajan, con horarios más tardíos. Aún no hemos podido solucionar el tema de la guardería y es algo que tengo pendiente. Hay muchas cosas que nos están limitando. Nos interesa integrar actividades de divulgación científica mezcladas con actividades artísticas. Hicimos un llamado a todos los artistas de Facultad y queremos ir promoviendo esa integración. En este año, que se cumplen los 30 años de la Facultad, queremos hacer una actividad mensual que marque la divulgación científica para todos y también artística, en un trabajo de la institución hacia afuera.
Justamente sobre la visibilización de la Facultad en la sociedad, ¿hacen falta actividades que acerquen a la gente a la ciencia?
Yo pienso que sí. Me parece que es importante, es estratégico y es un derecho. Por parte de la Facultad es una obligación informar y comunicar lo que se hace.