El desempleo y el déficit habitacional son los principales problemas que padece Río Negro, según dijo el jerarca en entrevista con La Mañana. De todas formas, destacó el buen momento que atraviesa el agro y analizó de manera positiva el crecimiento de la forestación en el departamento. Por otra parte, aseguró que el impacto de la pandemia en Uruguay fue amortiguado gracias a que la actividad agropecuaria siguió en funcionamiento.
¿Cómo es la realidad actual de Río Negro?
Es una realidad que no escapa al contexto nacional; el principal problema que tenemos es la falta de trabajo y el segundo es la vivienda. Por suerte nosotros habíamos hecho, en los 10 años en los que fui intendente, una gran política de tierra que permitió construir mucha vivienda del tipo cooperativo.
Ahora tenemos 30 cooperativas en construcción, pero lo que más se precisa es la vivienda social, dado que, para la gente que vive de changas o con un trabajo no estable, es muy difícil poder pagar una cuota de una vivienda cooperativa de 12.000 pesos. Tenemos algunos instrumentos muy buenos con el Ministerio de Vivienda, como el Habitar Juntos, los realojos y el sistema de canastas de materiales.
Acerca del empleo, nos tocaron 416 lugares de las oportunidades laborales recientes, y eso viene marcando espectacularmente bien. A su vez, hemos estado siempre al lado de los servicios para que no pararan, incluso yo soy de la idea de que la Intendencia debe comprar localmente para lograr esos apoyos necesarios en las ventas de los comercios.
Tenemos algunas industrias interesantes, como Alimentos Fray Bentos, Claldy, San Miguel de Tucumán, el Grupo Marfrig. La parte turística lamentablemente ha sido muy mala, y la comercial, aunque parezca mentira, al haber tenido prácticamente cerrada la frontera, se ha recuperado brutalmente. Tenemos un área agrícola muy importante, la agricultura no paró, y la lechería sigue trabajando muy bien, pese a que nos falta leche en las industrias del departamento.
Alimentos Fray Bentos es una planta de leche en polvo en cuyo predio estamos a punto de lograr la declaratoria de parque industrial y atraer inversiones ahí, que son más de 90 hectáreas compactadas, más 200 hectáreas de campo.
¿De qué manera repercutió la emergencia sanitaria en el departamento?
En realidad, repercutió de la misma forma que lo hizo en todo el país. Nosotros tuvimos momentos muy complicados, la Intendencia tuvo que hacer inversiones grandes, pero siempre tratamos de acompañar a la directiva del gobierno nacional, siguiendo el tema de la salud y al mismo tiempo tratando de que la actividad no se detuviera.
La pandemia nos pegó duro porque en la Intendencia estamos trabajando con un tercio del personal, pero también impactó a nivel del comercio. Evidentemente, tuvo un costo tremendo. La comuna está entregando casi 13000 viandas de comida por mes y canastas a las familias carenciadas. Hemos tenido gran apoyo del Mides y de instituciones privadas.
¿Cuál es la situación económica del gobierno departamental?
Muy complicada. Nosotros agarramos una Intendencia con un déficit muy importante y con un crédito corriente que debió haber sido cancelado antes de que se retirara la administración anterior, que no se hizo, y por lo tanto eso dificulta muchísimo conseguir crédito a plazo.
El déficit acumulado en 2019 era de 279 millones de pesos; ahora estamos cerrando la rendición de cuentas de 2020 y sabemos que va a ser bastante más. En ese sentido estamos trabajando con alguna línea de crédito y tratando de cumplir con los programas de obra que tenemos, tanto el del Fondo de Desarrollo del Interior como el de caminería rural, y también el Programa de Desarrollo y Gestión Subnacional, en diferentes obras.
La ganadería es una de las principales actividades de Río Negro. ¿Qué valoración hace de la situación actual del rubro?
El país no va a tener la catástrofe que pudo haber provocado esta pandemia gracias a que la actividad agropecuaria no paró. La agricultura es muy relevante principalmente debido a los productores argentinos que vinieron en 2005, que fueron los que iniciaron con fuerza la producción de soja.
Además, la ganadería está viviendo un buen momento. Nosotros tenemos empresas realmente importantes, con tecnología de punta. La lechería tiene sus problemas de competitividad, tenemos dos grandes industrias lácteas a las que muchas veces les falta leche para el procesamiento. También tenemos un packing de San Miguel de Tucumán que está sustituyendo la producción de naranja por limones.
La actividad de UPM ha diversificado la producción del departamento. ¿Cómo lo analiza?
Yo soy un gran defensor de la producción forestal y de UPM, con todas las limitantes que puede tener. Lo he vivido desde el 2004, cuando esto se inició, y lo viví anteriormente con la producción forestal.
Soy un convencido de que hay que darle a la industria lechera este mismo incentivo o uno parecido; se precisa un gran empuje, como una ley nacional de promoción de la producción lechera, con beneficios importantes, porque no hay producción que afinque más gente en el campo, que meta más tecnología en la tierra, en la alimentación, en el sistema de ordeñe, en la genética, que la lechería.
La forestación, a pesar de que los contras dicen otra cosa, incluso en Fray Bentos, tuvo un antes y un después con UPM. Cuando se dice que UPM tiene 350-400 puestos de trabajo, en realidad, eso es trabajo directo adentro de la planta, pero después tiene miles de puestos colaterales o anexos en un montón de servicios que hoy no tendríamos en la región si no estuviera UPM. Por ejemplo, a la planta de Fray Bentos entran 300 camiones por día, con la cantidad de empleos que eso implica.
¿Cómo evalúa el proceso de descentralización llevado adelante por los gobiernos anteriores y hacia dónde habría que caminar en ese sentido?
En el Congreso de Intendentes, en 2010, cuando se votó la Ley de Descentralización, todos sabíamos que iba a tener carencias, pero era la oportunidad que teníamos de votarla, por lo tanto, la ley se hizo con un montón de cosas que no están claras en cuanto al funcionamiento.
Los municipios deben entender que tienen que trabajar junto al gobierno departamental, y este junto al gobierno nacional; tiene que haber una complementariedad y no un enfrentamiento entre los municipios y las intendencias, al igual que estas con el gobierno nacional.
Yo fui 10 años intendente con gobiernos del Frente Amplio y traté de trabajar siempre en concordancia, y lo mismo pasa ahora. ¿Por qué esto es importante? Por la optimización de los recursos. Cuando yo digo que estamos trabajando con el Mides, nosotros desde que entramos nos instalamos en un galpón con una oficina junto con el organismo, porque yo conseguí muchas canastas con empresas amigas, donaciones, y el Mides puso mucha plata también, entonces, tendríamos que cruzarnos datos para que no pase que alguien reciba cinco y quede uno que no reciba nada.
Acá se ha despilfarrado mucha plata y se le ha perdido el respeto a la plata en el uso público. Cualquiera te dice: “yo puedo hacer poco porque me dieron un millón de dólares nada más”, como si fueran dos vintenes. Los intendentes que estamos acostumbrados –y perdón la palabra– a andar “pelados”, sabemos usar los recursos hasta el último pesito.
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