Para el catolicismo comenzó la semana más importante del año, en la que se recuerda como en ningún otro momento, el amor sublime de Jesús por todas las personas en todos los tiempos y rincones del mundo.
El domingo 2 de abril marcó el comienzo del período más importante para la iglesia Católica, Semana Santa, con la celebración del Domingo de Ramos a partir del cual los católicos contemplan los últimos momentos de vida de Jesús.
Es el día en que se recuerda el ingreso de Jesús a Jerusalén rodeado de personas que junto a él celebraron el acontecimiento portando ramas de palma y que la los católicos del mundo reviven desde hace siglos porque la procesión se repite desde el año 400.
Aunque la celebración de Semana Santa es de recogimiento y oración, no lo es de duelo y lamento porque se busca reconocer el amor sublime de Jesús por todas las personas en todos los tiempos y rincones del mundo, o sea el cumplimiento de su vocación al hacerse hombre. Por eso comienza con el Domingo de Ramos y finaliza con el Domingo de Resurrección.
Lo que está fuera de dudas es que junto con la Navidad, la Semana Santa es de las celebraciones que más convocan e identifican a las personas de fe, a pesar de la naturaleza aparentemente contradictoria entre una y otra, porque mientras en la primera se recuerda el nacimiento, en la segunda la crucifixión de Jesús, pero es a través de su muerte que concreta la redención humana, y no hay nacimiento ni redención sin acto de amor.
Por eso, en esta época del año, una gracia especial desciende sobre los hombres, sobre todos, incluso en un país como Uruguay en el muchos destacan y militan un laicismo que desprotege el lado espiritual de las personas, esa espiritualidad a la que todos apelamos y en la todos queremos creer cada vez que pensamos en un ser querido que ya no está.
Todos los días del año son propicios para detenerse a pensar en esos aspectos profundos de la existencia. Pero Semana Santa lo es por excelencia, y desde la iglesia Católica se ofrece una agenda de actividades y ceremonias que, no se tenga dudas, son de enriquecimiento humana y espiritualmente.
Las ceremonias y celebraciones religiosas
El jueves santo se realizará la Cena del Señor con la renovación de la Eucaristía, será en la Fazenda de la Esperanza.
Además, ese día, en la Misa Crismal se bendicen los santos óleos que en el correr del año se usarán en los sacramentos del bautismo, confirmación y unción de los enfermos. También es un momento de renovación de la vocación sacerdotal.
La Pasión y Muerte de Jesús se celebra el Viernes Santo, día que tiene la particularidad de ser el único en el año en el que no se celebra Misa. En la mañana se visitan siete iglesias para la cual se han organizado diferentes recorridos en diversos barrios (Ciudad Vieja, Centro, Cordón, Unión, etc.), y en el atardecer y noche se realiza el Vía Crucis que rememora el camino de Jesús previo a ser crucificado. Comienza con la condena y finaliza con la sepultura de Jesús.
Este año, como es tradicional, el Vía Crucis se realizará en el Cerro de Montevideo, además de hacerse en la catedral y las distintas comunidades en todo el país.
El sábado el cuerpo de Jesús se encuentra en el sepulcro. Esa jornada se recuerda la soledad de la Virgen María, es un día de recogimiento, oración y reflexión, y en la noche se realiza la Vigilia Pascual a la espera del Domingo de Pascua con Misa de Pascua por la resurrección de Jesús.
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