Desde su creación en 2019, Santoro preside la Fundación Internacional Carlos Gardel. Su vínculo con el cantante nació mucho antes, cuando descubrió su historia de vida y se hizo gardeliano. Con los años fue rescatando miles de objetos pertenecientes al músico con el propósito de resguardar esos valores patrimoniales. “Esto tiene más que ver con una gesta de nuestra identidad, del rescate de nuestra historia”, opinó en una extensa charla con La Mañana en la sede de la fundación en Buenos Aires. Además, comentó cuáles son los planes a futuro de la institución y habló sobre los hechos que marcaron a Gardel, incluyendo su trágica muerte.
¿Cómo fue el inicio de esta fundación y sus comienzos como gardeliano?
Yo me convertí en gardeliano hace muy poco tiempo, pero toda esta gesta comenzó en el año 2009 con otra fundación que se llama Industrias Culturales Argentinas, que se creó para recuperar y resguardar patrimonio. Ante esta situación empecé a armar programas con respecto a lo que iba viendo que era necesario recuperar y se me empezaron a acercar grandes coleccionistas del tema del tango o sus familias para vender su colección, y así inicié.
Hoy la fundación tiene 42.000 objetos de la historia del tango y 5.000 son de Carlos Gardel. Esto me llevó a convertirme en el coleccionista más grande. Todo esto yo no lo compro para mí, lo compré para donarlo en la creación de un futuro Museo del Tango. Creo que tanto Argentina como Uruguay están en deuda con su gente con respecto a la creación del Museo Nacional del Tango, y recuperar y resguardar todo este patrimonio. En poco tiempo más vamos a tener que hacer arqueología del tango porque se va a perder, ya se está perdiendo, los grandes de la historia están desapareciendo, se están muriendo, y no estamos dejando testimonios de ellos.
¿Están exhibidos en algún lugar?
No, acá hay una vitrina donde puse algunos de los objetos más importantes, porque la gente cada vez que viene a mi oficina me pide que se los muestre.
¿Cómo se dio su contacto con los herederos de Gardel?
A partir del 2018 empecé a trabajar en la recuperación del mausoleo, que estaba abandonado. Busqué a los herederos de Carlos Gardel, que eran dos señoras grandes, que ya me conocían de alguna manera por las cosas culturales que había generado, como donaciones de monumentos y actividades que había hecho en la ciudad de Buenos Aires. Nos conocimos con un asado de por medio al que me invitaron, y a partir de ahí les empecé a pedir ayuda, pero yo ponía el dinero para recuperar el mausoleo sin ningún interés.
¿Eso todavía dependía de su familia?
Es declarado patrimonio, pero amén de eso, pertenece a la familia. Ellas vieron la pasión que yo puse en este trabajo, me comentaban que estaban muy preocupadas por lo que sucediera con lo de Gardel, porque a sus hijos no les interesaba, estaban viviendo en el exterior, y me plantearon si yo quería hacer algo. De esta forma me transfirieron todos los derechos de Carlos Gardel con el compromiso de que yo dejara algo armado para el futuro. Fue así que se creó la Fundación Carlos Gardel en 2019.
Así comenzó esta gesta y a fines del 2019 vino la pandemia, o sea que tuvimos que cambiar todos los planes que teníamos. Lo que pretendemos ahora es empezar a abrir filiales en todo el mundo, en lugares en los que él estuvo. El primero, por importancia y por lo que Gardel consideraba, resolvimos que fuera Uruguay, que hoy estamos en el proceso final del trámite.
En Uruguay tenemos el Museo del Tango y el Turf. ¿Tienen contacto con ellos?
Sí, cuando yo fui les mandé una foto de obsequio de Carlos Gardel para el museo, pero lo que pretendemos nosotros es algo mucho más importante que ese espacio que está dedicado a Gardel, que es una habitación. No desmerecemos, siempre es bienvenido, pero creo que la figura de Gardel merece un edificio, un espacio mucho más grande para que la gente pueda pasar y saber que existe una fundación. También estamos en trámite con el BROU para un espacio que ellos tienen para que se instale la fundación allá.
Por otra parte, además de la exhibición en museos, la fundación se encargó de remasterizar las películas de Gardel. Ahora estamos con las primeras películas, las francesas. La idea es subirlas muy pronto y la gente las va a poder ver en YouTube.
En Uruguay estamos trabajando con muchos amigos gardelianos y gente con interés en el patrimonio, porque esto tiene más que ver con una gesta de nuestra identidad, del rescate de nuestra historia, de nuestro patrimonio, y mucha gente se está sumando desinteresadamente porque ve la importancia de que esto se logre. Recientemente vino el embajador de Uruguay, Carlos Enciso, que apoya el proyecto, y también contamos con el apoyo de la vicepresidenta Beatriz Argimón, que es gardeliana.
¿De qué se trata el convenio con el Club Nacional de Football?
Nacional tiene una plataforma que se llama “Nacionalizate”, y yo sentí que le venía como anillo al dedo a la fundación, entonces empezamos a trabajar con el club, que nos donó la programación. Nosotros pagamos la adecuación para la fundación y sacamos “Gardelianizate”. A partir de ahí la gente saca un certificado, queda suscripta a la fundación, y la idea es que a través de mails y de redes sociales empiece a llegarle información de la fundación. Quiero aclarar que, si mañana viene Peñarol y se le ocurre alguna acción que tenga que ver con la fundación, vamos a estar abiertos a escuchar.
¿Gardel era de Nacional?
Gardel no era de ningún club, era una persona muy inteligente y entendía que si se asociaba con alguno iba a estar “dividido”, entonces se cuidó y es por eso que no estuvo ni con la política ni con la religión ni con el fútbol. Él dijo que le empezó a gustar el fútbol cuando conoció el Barcelona. No nos olvidemos que para la época el fútbol no era lo que es hoy, pero no era de ningún club. No existe registro de ninguna afiliación de Gardel con el fútbol. Tenía una pasión por los deportes y todo aquello que a la gente le hacía feliz. Cuando le preguntaban esto en la prensa, él decía que tenía el corazón dividido, lo trataban de pinchar para sacarle algo y respondía con toda la altura.
Un columnista de La Mañana, Elbio López, conductor del programa musical “Música de dos orillas” desde hace 27 años, sobre tango, dirime el dilema de su nacionalidad diciendo que es rioplatense y culturalmente porteño.
Los montevideanos son porteños, porque el porteño es el que vive al lado del puerto. Nosotros somos porteños porque hay puerto, ustedes son porteños porque Montevideo tiene puerto.
Pero, ¿es igual la idiosincrasia de los montevideanos que de los bonaerenses?
No, pero Gardel dejó establecido que él era y se sentía porteño. Entonces, también hacía ese juego. La mitad o una gran parte de los cantores del tango importantes son uruguayos, y todos triunfaron en Argentina, porque está esto de la gran ciudad al lado de Uruguay, que es el país chico.
No hay discusión de que Gardel no sería Gardel si no hubiera estado en Argentina.
Si no hubiera estado acá, si Argentina no hubiera estado en la posición en la que estaba en aquel momento, si Francia no le hubiese dado el lugar que le dio. Es una construcción, no hay tantos “Gardeles”, hay uno solo. Todos se paran en los hombros de Gardel como para continuar algo, pero el que lo hizo sin nada, de la nada, fue él. Por eso hoy es muy importante defenderlo, es el primer embajador de nuestra cultura, que es muy parecida. Yo los desafío a que me distingan hablando a un argentino y un uruguayo, es imposible, salvo por algunas palabras muy particulares.
¿Ve a la importancia de Gardel como un elemento de unidad del Río de la Plata?
Tenemos que trabajar mucho más en esto, armar algo binacional sería muy importante para la región. Nosotros estamos ligados desde la historia, en el presente y hacia el futuro, nos guste o no, entonces, hay que sacarle el mejor partido. En Argentina viven un millón 300 mil uruguayos, y ustedes tienen una invasión de argentinos, no solo en el verano, hay muchos que se fueron a vivir ahí. O sea, estamos relacionados muy directamente, por eso yo siento que la grieta no suma, resta y de una manera tonta, porque no la aprovecha nadie. ¿Qué se hizo por Gardel hasta ahora? ¿La grieta para qué sirvió? En Argentina se habla de “francés o uruguayo”, y Gardel resolvió ser argentino por decisión propia, porque se quiso hacer ciudadano. Uno no elige dónde nacer, pero elige dónde vivir y dónde desarrollarse. Él eligió hacerlo acá. Todos los que se están sumando a la fundación están viendo que es más importante que exista una fundación que resguarde el patrimonio de Gardel, que marcar esta división, si bien existe desde siempre.
¿Qué fue lo que lo apasionó de Gardel?
Yo me hice gardeliano y me apasioné con Gardel cuando descubrí su gesta, su historia, cómo se fue construyendo desde la nada; era una persona muy humilde, pobre, con necesidades. Hoy estamos escribiendo un nuevo libro, que espero que para mitad de año salga, que se llama “Gardel en Nueva York”. En definitiva, lo que la mayoría de la gente conoce es esa gesta, la de Nueva York; las canciones de esas películas son las más famosas y las que circulan en todo el mundo.
Gardel fue pionero en muchas cosas y no se le reconocen. Por ejemplo, se considera que el primer videoclip fue en el año 85, pero Gardel hizo un videoclip el año 30. Fue el primero que transmitió desde un país y una orquesta lo acompañó desde otro país tocando. Fue el primero que hizo una grabación a dúo consigo mismo. Cuando en el año 24 empezó a funcionar la radio, el resto la veía como una competencia, pero Gardel pensó que le ayudaría a llegar a mucha más cantidad de público, ya su pensamiento era distinto. Tenía esa voz, ese estilo, esa personalidad que lo hacía carismático, único.
El tango se define por el lugar, por ser urbano, por el bandoneón y por la inflexión que le dio con su voz.
Él le puso voz al tango. Logró un estilo que lo marcó de tal manera que, si el resto no se adecuaba al “estilo Gardel”, se quedaba sin trabajo.
El bandoneón tuvo que “aprender” a…
Sí, el bandoneón se acomodó a Gardel, lo acompañó de tal modo que se hizo una ecuación perfecta, que es la que al mundo le llegó. En París, si bien cantó algunas canciones en francés, casi todo lo que cantaba era en castellano, y la gente se apasionaba igual. Lo que escuchaban de Gardel era la música.
Usted dice que se hizo de abajo, habla de una meritocracia, pero tenía un don y lo cultivó, estudió canto.
Estudió canto en el año 20, tuvo su maestro. Gardel era ambidiestro, y esta conjunción entre los dos hemisferios cerebrales le daba otra percepción de las cosas, tenía un desarrollo de la parte emocional mucho más importante y tenía la parte racional muy marcada, eso le daba una superioridad. A Gardel le gustaba la excelencia, eso también es muy importante. Él siempre dijo que estaba casado con su trabajo. Manejó el marketing impecablemente, sin existir la teoría o la formalidad del marketing. No existe una foto de Gardel despeinado, desalineado. La fundación tiene discos de prueba de temas que no salieron editados que supuestamente tienen errores, defectos en la grabación, pero uno no se los encuentra. Son esas pequeñas particularidades que solo Gardel sabía cuáles eran o por qué no le había gustado cuando grabó esos temas. Era muy profesional.
Él ya tenía un contrato firmado en Nueva York y se dice que, si no hubiera fallecido, se habría convertido en el nuevo referente del cine latino o el sucesor de Valentino.
Cuando aparecieron las primeras películas se hablaba de que él era el sucesor de Rodolfo Valentino —no nos olvidemos de que este hacía cine mudo, entonces, era mucho más que eso—. Gardel tenía la idea de armar una productora en Latinoamérica, no especificó nunca en qué país, están las cartas donde establece este proyecto. El único problema que siempre tuvo Gardel fue el dinero. Él empezó a ganar buena plata tres meses antes de morir. La última gira que hizo fue para promocionar la película “El día que me quieras”. El viaje a Medellín era parte de esa gira que no se terminó de completar. Empezó en Puerto Rico, fue a Venezuela, a Medellín, donde falleció, e iba a ir a Panamá, a Cuba, a México y volver a Estados Unidos.
Ese iba a ser su primer ingreso fuerte que le iba a cambiar esa situación de estar siempre jugando en el límite. Para la idiosincrasia de nuestros países una de las cuestiones siempre es el tema de la casa propia. Yo me imagino que a él le preocupaba eso. En el año 30 o 31 sacó una nueva hipoteca de la casa por necesidad de plata y la terminó de cancelar el 20 de marzo del 35, o sea, tres meses antes de fallecer. Ahí se liberó y empezó a proyectar, y fue ahí cuando dijo que iba a filmar más películas acá, que la Paramount quería que filmara películas hasta el año 2000. Las películas le iban a redituar, iba a ganar tres veces más. También por la edad y porque ya estaba cansado de tanta gira, se iba a dedicar al cine y a la radio.
Sobre el accidente se cuentan varias historias, algunas hablan de disparos dentro del avión, la famosa bala que se le encontró en el pulmón.
El primer libro que publicó la fundación se llama “Vuelo siniestro”, que se construyó a partir de que se encontró el expediente judicial que se abrió cuando Gardel falleció. Una de las líneas aéreas le echaba la culpa a la otra de que se había cruzado en la pista —fue el choque de dos aviones— y lo que se hizo fue ocultar el expediente. En 2014 se volvió a encontrar en un altillo de una universidad, logramos tener acceso y digitalizarlo, y nos enteramos de cuál había sido la causa real del accidente, que contamos en ese libro. Fueron varias cuestiones de negligencia del piloto, que no estaba capacitado para volar ese tipo de avión, pero era presidente de la aerolínea. El copiloto no quiso volar con él y lo reemplazó con un chico de 18 años. El avión iba muy cargado, tendría que haber despegado contra el viento y no a favor del viento, porque si no, necesitaba mucha pista para carretear. Era invierno, estaba la pista con hielo, y el viento de cola hizo que se desviara.
¿Y el tema de la bala?
Eso fue en el año 15 a la salida del Palais de Glace (Buenos Aires) en una riña, donde una bala le quedó alojada en el pulmón. Cuando el cadáver se quemó, esa bala se cayó y por eso aparecieron todas las especulaciones. Pero el fondo del asunto era que no se quería visibilizar la competencia de las dos aerolíneas, por eso se mandó a desaparecer el expediente. No tenía nada que ver con Gardel, pero surgieron un montón de teorías que siguen latentes hasta nuestros días.
Las claves para entender el fenómeno de Gardel
Una de las cosas más interesantes de analizar, para Santoro, es por qué 88 años después de la muerte de Gardel se sigue hablando de él en todo el mundo. En ese sentido, comentó que su muerte temprana fue fundamental. “Supuestamente, para que algo se convierta en mito tiene que cumplir tres condiciones: la muerte trágica, estar en la cúspide de la carrera y tener esencia. Si no hay una esencia, no pasa nada, si no es muerte trágica, no trascendés, y si te morís de viejo, tampoco”, explicó. Es por ello que, según dijo, Gardel cumple con esta ecuación, “lastimosamente”, porque de no haber sido así “nos habría legado algo mucho más grande”. “Cada año se superaba exponencialmente, de una manera única, creativa, impensable”, reflexionó el entrevistado.
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