“Las migraciones permiten vislumbrar una nueva sociedad en la que se superan fronteras, en la que se reconocen y reconcilian las diferencias y en la que toma forma una ciudadanía universal”, se declara en el sitio web del Servicio Jesuita a Migrantes, quienes promueven ese ideal y dan valor y ayuda a los migrantes que llegan al país. Para conocer más al respecto, La Mañana dialogó con Irene Olveyra, asistente de coordinación del SJM.
El Servicio Jesuita a Migrantes ARU (SJM Argentina-Uruguay) funciona con oficinas y con la misma dirección en Buenos Aires, San Miguel, Córdoba y Montevideo, y trabaja en muchos países más con una estructura muy similar. Irene Olveyra comenzó a trabajar en el servicio hace dos años y medio, su rol es el de asistente a la coordinación en la oficina de Montevideo, y también asumió responsabilidades en el área educativa, que es una de las cuatro temáticas en las que trabaja el SJM.
El servicio se estructura en base a cuatro áreas que son: social, que engloba la respuesta a la vulnerabilidad, emergencia social, acompañamiento de familias o personas que necesitan acceder a servicios básicos, vestimenta, alimentos. En nuestro país es la rama que tiene más fuerza y la que ocupa más tiempo. El servicio empezó en la Parroquia San Ignacio como una cuestión más pastoral y después se institucionalizó con el esquema del SJM, pero en los inicios fue una respuesta a la emergencia, a quienes llegaban en situación de mucha vulnerabilidad y que no tenían donde vivir. Se sigue haciendo y es una de las cosas que tiene mayor demanda.
Una segunda área es la de medios de vida, que engloba el trabajo de la integración, desarrollo económico, mercado laboral. Se hacen actividades para apoyar la integración al empleo en situación de dependencia, como apoyos a microemprendimientos liderados por personas migrantes, que es una línea en la que están trabajando más.
El área educativa, de la que es referente Olveyra, trabaja en varios ejes. Uno de ellos es en centros educativos de primaria y secundaria a través de talleres para sensibilizar en el tema y promover una cultura de la hospitalidad. Por otro lado, buscan hacer actividades con niños, niñas y adolescentes migrantes donde ellos sean los protagonistas y cuenten con un espacio de expresión.
Por último, está el área pastoral, que es una organización de la Iglesia católica donde se brindan espacios con foco en la fe. Las actividades son de participación libre, no se requiere participar religiosamente para ser atendido en el servicio. En los espacios de atención se invita a momentos de reunión en torno a la fe, como un lugar de contención. En otros países del mundo no necesariamente son espacios de catolicismo, sino que si hay grupos con otra fe se busca que las comunidades puedan practicar sus creencias.
La importancia del trabajo constante y en equipo
El SJM atiende a unas 40 familias por semana en el área social. Se los guía en sus primeros pasos en el país para dar una cobertura básica y brinda un apoyo de emergencia que incluye alimentos, artículos de higiene y vestimenta. “El año pasado atendimos aproximadamente a 1000 núcleos familiares en total y, en cuanto a los orígenes, el 80% de las personas que atendemos vienen de Cuba, luego Venezuela, y algunas de otras nacionalidades como República Dominicana, Colombia, Perú, y personas africanas en menor medida”, aseguró.
Es usual que haya niños, niñas y adolescentes en los núcleos, aunque sigue habiendo prevalencia de adultos que llegan solos o en parejas, pero se reciben familias con hijos o personas mayores, incluso migraciones que son de familias completas. Para cubrir la demanda, el servicio cuenta con un equipo técnico que es remunerado y con voluntarios.
“Desde que entré éramos tres personas fijas, pero igualmente trabajamos muy en conjunto con el equipo que está en Buenos Aires, ya que algunos referentes son de todas las oficinas. Acá somos la coordinadora, Marialis Etchegaray; Elisa Visconti, trabajadora social y referente del área; y hace poco se incorporó una compañera para el área de medios de vida, Valeria Pastillo, por lo que somos cuatro en total”, detalló Olveyra.
Respecto al equipo de voluntarios dijo que “es importantísimo y numeroso” debido a que se trabaja en dos jornadas de integración dedicada al área social: martes de mañana en la Parroquia San Ignacio, y los jueves por la tarde en la Parroquia del Sagrado Corazón, frente al Colegio Seminario. En cada lugar hay un equipo de voluntarios que hacen diferentes tareas, algunos se encargan de la bienvenida, sirven café, otros realizan entrevistas para identificar necesidades, otros se encargan de la ropería: reciben y seleccionan la ropa para donar.
“Por otro lado, contamos con un equipo de estudiantes de Trabajo Social, con quienes empezamos el año pasado de cara a un acuerdo con la Universidad de la República, ya que lo utilizan como práctica preprofesional de un proyecto integral que deben desarrollar en la carrera. Esto les brinda una experiencia muy positiva para la formación y para nosotros es un gran apoyo, nos ayuda a tener una mirada crítica que nos permite repensar algunas cosas”, sostuvo la entrevistada.
Hospitalidad como bandera
Además de las cuatro áreas básicas, el servicio se guía con tres ejes transversales que son: incidencias, es decir, buscar y repercutir en mejores respuestas a nivel de políticas estatales e internacionales referido a migraciones. Comunicación, que es dar visibilizar al tema, ponerlo en agenda y mostrar el trabajo. Y hospitalidad, que es un principio que busca reconocer al otro como parte de la misma comunidad.
“Si bien parece una obviedad, cuando uno se enfrenta a alguien que es distinto es necesario incorporar la hospitalidad. Cuando damos talleres en escuelas o liceos llevamos el mensaje de la hospitalidad porque es la bandera del SJM, ir al encuentro del otro desde la convicción de que ese otro es una persona que tiene derechos humanos como todos y que es alguien con una historia, un montón de riquezas y que puede enseñarme mucho”, explicó la entrevistada.
Esa forma de aproximarse es lo que buscan que los distinga. “No queremos que lo técnico vaya por encima de la identidad, sí queremos tener un buen desarrollo y dar mejores respuestas, pero siempre importa mantener la calidez que nos identifica”, aseguró.
Agregó que buscan que “quienes se acercan a nosotros perciban que llegaron a un lugar seguro, donde serán escuchados. No es sencillo porque las personas a veces vienen de travesías muy estresantes y shockeantes, incluso traumáticas, entonces el gesto que tenemos es tener un lugar donde haya algo caliente para tomar, para comer, un lugar de escucha, es decir, poner a la persona en el centro en un sitio de encuentro más allá de resolver las cosas”.
Hace un tiempo que el servicio trabaja con agenda previa, si bien antes las personas se acercaban espontáneamente, llegó un momento comenzaron a tener una demanda que necesitó de un sistema de agenda porque es lo que les permite atender más adecuadamente a quienes llegan.
Contacto y colaboración
Gran parte de quienes solicitan ayuda al servicio se enteran de la existencia a través del boca a boca que se da, muchas veces, en pensiones donde hay más migrantes. También son derivados a través de la Intendencia de Montevideo, Ministerio de Desarrollo Social u organizaciones no estatales. En cualquiera de los casos se solicita al interesado escribir por WhatsApp al 091 668 555 y se le indicará cómo agendarse.
Según si desean agendarse para ser ayudados o para ayudar y donar, se les envía un formulario específico, en ambos casos se puede escribir al mismo número. “Este número es uno de los institucionales en el que se da una respuesta más rápida a quienes se contactan”, dijo la entrevistada. También es posible comunicarse y obtener más información en la web sjmuruguay.org
Olveyra indicó que, siempre, “las donaciones de alimentos nos vienen super bien, recibimos apoyo del Banco de Alimentos que hace un trabajo muy positivo y a veces recibimos donaciones puntuales, pero no tenemos un financiamiento externo que nos permita hacer esto, por lo que todas las donaciones son bienvenidas y útiles. Alimentos, productos de higiene y ropa son cosas que nos sirven mucho”.
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