El organismo internacional identifica medidas prioritarias que los gobiernos deben llevar adelante. En Europa empiezan a delinearse diferencias.
Debemos tener la “ambición del Plan Marshall y la visión del New Deal”, dijo el sábado pasado Angel Gurría, secretario general de OCDE. Se refería a la acción conjunta y decisiva que el organismo recomienda a los gobiernos de los países industrializados. “Solo un coordinado esfuerzo internacional cuantioso, creíble y coordinado puede hacer frente a la emergencia de salud, absorber el impacto económico y trazar un camino de recuperación”, agregó Gurría, excanciller y ministro de Finanzas de México. Gurría llamó a los gobiernos a tomar acción inmediata en cuatro áreas específicas, y al concluir sentenció que “el esfuerzo debe dirigirse a aquellos que ya venían sufriendo de una precariedad física, económica y social”.
Mientras tanto, la semana pasada en Europa ya se empezaron a producir fricciones en los sectores productivos. En Francia la ministra de Trabajo, Muriel Penicaud, criticó duramente a las empresas de construcción, afirmando que estaba “escandalizada por su derrotismo”, y que “no está bien que algunos continúen su trabajo mientras otros no lo hacen”.
Esto provocó una dura reacción de Jacques Janut, presidente de la Federación Francesa de la Construcción (FFB), quien en una carta publicada por Le Figaró instó al gobierno a “hacerse cargo” , afirmando que solo así las obras paradas podrán recomenzar. Janut adujo que las empresas de construcción encontraban dificultades para abastecerse, restricciones al acceso a obras y prohibiciones de la policía para transportar personal y material. “A esto se agregan las preocupaciones legítimas de los empleados y empresarios por su salud”, dice Janut en su carta, concluyendo que si pararon las obras fue porque no les quedaba otra opción.
El contraste no podría ser mayor con la situación de los trabajadores agrícolas en provincias como Almería y Huelva en España, productores de frutas y verduras que abastecen a toda Europa. La emigración a las ciudades de las últimas décadas provocó una escasez de españoles dispuestos a trabajar en campos e invernaderos, vacantes que eran cubiertas por trabajadores temporarios provenientes de Marruecos. Todo esto cambió, y los hijos de los agricultores que se fueron a las grandes ciudades para trabajar en sectores como el turismo, han perdido sus fuentes de trabajo y regresan a casa. Frente a esta situación, los productores de la región han creado rápidamente una página web donde los desempleados pueden anotarse para conseguir trabajo. Además, los agricultores se han organizado para colaborar con los ayuntamientos en la desinfección de calles y otros espacios públicos. Son los mismos agricultores que pocas semanas atrás se manifestaban en ciudades y carreteras para protestar contra la competencia desleal y la presión de los supermercados.
Pero sin una cadena logística y mercados funcionando, estos alimentos no llegarían a la población. “Soy de los que cada noche sale al balcón para aplaudir a nuestros profesionales de la sanidad (…), pero hay que pensar también en el trabajo invisible de quienes sostienen la cadena alimentaria.
Porque si eso se cae, se cae todo”, dijo Josep Tejedo, director general de Mercabarna (mercado de Barcelona) a La Vanguardia. Según el ejecutivo, por Mercabarna pasan 12.000 camiones diarios para cargar o descargar alimentos frescos.
La OCDE
Conocida en Uruguay por la presión que ejerció sobre el sistema financiero uruguayo -convirtiéndose de alguna manera en “el FMI del Frente Amplio”-, la OCDE tuvo un origen más noble y útil, al que parecería querer retornar con esta iniciativa. Originalmente denominada Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), fue fundada en 1948 para convertirse en el brazo ejecutor del Plan Marshall llevado adelante por Estados Unidos. Hoy la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico es integrada por 36 países de todo el planeta, incluyendo Chile y México.