La semana pasada se realizó un encuentro sobre violencia doméstica y de género, considerado como una “rendición de cuentas” sobre el trabajo que se realiza en torno al tema. En el evento, del cual formaron parte autoridades del Ministerio del Interior, se premió la actuación policial en rubro, y dos de los destaques recayeron en la sargento Tania Lorena Rodríguez, de la Oficina de Trata y Tráfico de Personas, y la cabo Parecen Judith Ribeiro, de la Oficina de Violencia Doméstica y de Género II con asiento en la ciudad de Tranqueras.
Para conocer detalles de la tarea realizada, La Mañana entrevistó a la directora departamental de la Oficina de Violencia Doméstica y de Género, comisario mayor Patricia Cardozo, quien no ocultó su satisfacción por el reconocimiento a la labor realizada.
¿Han tomado con satisfacción que uno de los reconocimientos sea para la Unidad de Rivera?
La verdad que sí, pero porque es un reconocimiento a todo un equipo. La Unidad Especialidad en Violencia Doméstica trabaja en coordinación con muchas oficinas como es el caso de la Dirección de Investigaciones, y realmente estamos muy satisfechos.
¿Cómo definiría usted el trabajar en un tema tan sensible para la mujer, como principal víctima de la violencia de género?
En realidad, es muy bueno trabajar en esta temática porque nos compromete a todos y es una bandera que deberíamos llevar todos. Estamos haciendo una capacitación en este momento para transmitir la importancia de trabajar en esto. La violencia es una conducta aprendida y debemos romper estas estructuras y ser objetivos en el momento de tratarla.
¿Sobre qué se basa la preparación del personal para atender casos que puedan impactar en el ánimo del propio funcionario?
Debemos entender el ámbito en el cual estamos trabajando, debemos buscar un lugar para que esta persona se sienta tranquila. Es una atención especial ya que muchas personas llegan desbordadas emocionalmente, no son delitos comunes. Hablamos de una afectación a la integridad física, el bien tutelado es otro. Los tiempos son otros ya que impactan a los funcionarios, más cuando en los casos que se presentan vemos niños. Hay que entablar un diálogo que no es fácil. Tratamos de que sea lo mejor posible para que eso se pueda ver volcado en la sociedad.
¿El número de denuncias ha aumentado a pesar del temor que generan las posibles represalias?
La verdad que siempre estamos al tanto de los números sobre violencia ya que debemos darles un tratamiento especial a ellos. En el marco de la rendición de cuentas, cuenta el número de denuncias a nivel nacional. Entre enero y octubre los números oscilan entre 36 mil y deben considerarse como un buen indicador en el sentido de que es bueno denunciar porque implica afrontar ciertas conductas, no solo una situación de violencia que esté viviendo, sino que también de la que es testigo. La denuncia se puede efectuar de forma presencial, telefónica o anónima. En los delitos de feminicidio hay casos en los que no se hacen denuncias y es necesario hacerlas.
¿Cuál es la situación del departamento de Rivera?
Los casos en el departamento de Rivera han aumentado. Hemos recorrido el interior profundo del departamento y varias instituciones educativas como Cerro Pelado, Corrales, Tranqueras, entre otros. Se hicieron capacitaciones con personas que son referentes de los salones comunales, para que se tenga a donde recurrir. Todos los días son importantes para sensibilizar sobre violencia de género.
Reciben a la persona, ¿hasta ahí llega o tienen un control de la etapa posterior?
La denuncia se presenta en cualquier unidad policial, se pone en conocimiento del juez de familia y al fiscal que dirige la investigación. Se aplican medidas como restricciones, incautación de armas, entre otras. Para asegurar el cumplimiento se puede recurrir al uso de tobilleras. Todas las medidas tienen un seguimiento, nos comunicamos con la víctima para saber si se están cumpliendo las medidas. Quienes tienen una tobillera reciben un seguimiento a través de Inmujeres.
Desde la primera denuncia presentada, ¿se detecta un progreso en la conducta del agresor, a veces con consecuencias fatales?
En violencia doméstica se da un marco de conducta que oscila entre la acumulación de insultos, la llamada “luna de miel” y la vuelta a la situación de violencia. Siempre hay pedidos de perdón, la víctima cree en esta situación ya que el violento genera esa expectativa de esperanza. Nosotros tratamos de que esto sea con la mayor seguridad posible. Cuando pasa el ciclo, la violencia va aumentando, si no se denuncia esto puede llegar a la muerte.
Cuando la mujer retira la denuncia, ¿esto la inhibe de presentar nuevamente la denuncia?
No, nosotros que trabajamos en esto sabemos que este patrón se presenta, a veces la no existencia de apoyo económico genera esta reconciliación. Sabemos que esto sucede.
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