Las relaciones diplomáticas con Turquía datan de hace casi 90 años y hoy se encuentran en “excelentes” términos. Luego de que el país euroasiático abriera su sede diplomática en Montevideo el año pasado, Uruguay hizo lo propio recientemente en Ankara. En este marco, La Mañana conversó con el embajador turco en nuestro país, quien explicó que la intención de Turquía es mejorar sus relaciones comerciales con todo el mundo y América Latina no es la excepción. Además, se refirió a los beneficios que traería un eventual TLC entre ambas naciones y valoró el rol que juega su país en la guerra en Ucrania.
¿Cuál es la relevancia para Turquía de abrirse al mundo y estrechar las relaciones comerciales con nuevos países?
Decimos que Turquía es una potencia regional con una perspectiva global. Nuestra membresía no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU en 2009-10 contribuyó enormemente a dar forma a esta visión. Durante los últimos 20 años, Turquía ha abierto muchas embajadas en diferentes partes del mundo, incluida América Latina. Hoy, con nuestro consulado general en San Pablo, tenemos 18 misiones en esta región y un total de 255 en el mundo. Somos uno de los primeros cinco países con las representaciones más grandes de todo el mundo. Con cada apertura observamos que nuestras relaciones comerciales también se han incrementado. Tomemos como ejemplo Uruguay: en 2020 tuvimos un volumen comercial de US$ 276 millones; el año pasado, a pesar del covid-19, aumentó a US$ 360 millones, y este año esperamos lograr una cifra superior a los US$ 400 millones. Y las exportaciones de Turquía se triplicaron a pesar de que hace menos de dos años que abrimos nuestra embajada en Montevideo.
¿Qué puede hacer Turquía para facilitar una rápida solución a la guerra, dada la buena relación que mantiene con Putin?
Turquía es uno de los países, si no el único, que tiene excelentes relaciones con ambos lados del conflicto. Si bien condenamos la agresión rusa contra Ucrania desde el primer día y abogamos por la integridad territorial de Ucrania, no cerramos los canales de comunicación con Rusia. El presidente Erdogan y el ministro de Asuntos Exteriores, Çavuşoğlu, no escatimaron esfuerzos para llegar a una solución pacífica a través de negociaciones entre las partes. La diplomacia necesita tal actitud. Tengan la seguridad de que Turquía seguirá estando en el centro de todos los esfuerzos internacionales para encontrar una solución al conflicto.
Erdogan ha sido el facilitador con la ONU de la salida de los granos de Ucrania y Rusia, actitud muy ponderada. ¿Cuál es la importancia de que Turquía cumpla ese rol?
Hoy nuestros esfuerzos dan sus frutos. Si millones de africanos o personas necesitadas tienen acceso a los suministros de alimentos es gracias a estas sabias políticas seguidas por Turquía que, siendo un intermediario honesto, disfruta de la confianza de ambas partes en el conflicto. El presidente Erdogan ha desempeñado un papel muy constructivo en este asunto. Si no fuera por los incansables esfuerzos de Turquía, hoy el mundo y millones de personas podrían enfrentar serios problemas en lo que a seguridad alimentaria se refiere. En días recientes, gracias nuevamente a los esfuerzos del presidente Erdogan y en beneficio de todo el mundo, se logró mantener abierta la salida de granos por otros 120 días.
¿Cuán importante es para Turquía el acercamiento con Latinoamérica en términos comerciales?
Como dije antes, Turquía quiere mejorar sus relaciones comerciales con todos los países del mundo. La creciente economía de Turquía y los avances que ha logrado en los campos industrial y tecnológico, hacen necesario abrirse a nuevos mercados en el mundo con miras a integrarse a la economía mundial. América Latina no es la excepción. Hace unos 10 años el volumen de comercio con los países latinoamericanos era mínimo. Hoy tenemos un comercio por valor de más de US$ 7 mil millones, que todavía está muy por debajo del potencial real. Queremos explotar este potencial con un entendimiento de ganar-ganar para ambas partes.
Las telenovelas y el cine turco han sido de enorme recibo en toda América Latina, pese a las diferencias culturales. ¿A qué lo atribuye?
Por el contrario, creo que nuestros pueblos tienen códigos genéticos culturales muy similares. En primer lugar, somos genuinos y sinceros cuando se trata de sentimientos. Tenemos expectativas y puntos de vista similares en la vida. Es por eso que las personas encuentran algo de sí mismas en todas y cada una de las telenovelas turcas. Asimismo, la existencia de “los turcos”, quienes llegaron en el siglo pasado desde la tierra otomana a esta parte del mundo, trajeron consigo un poco de nuestra cultura común. Hoy en día se puede encontrar comida turca como lehmeyun, baklava, kebab y boyoz en las casas o en los restaurantes, no solo en Uruguay sino en muchos países de esta región.
¿Cómo evalúa las relaciones bilaterales con Uruguay, donde se destacan las negociaciones actuales por el TLC?
Tenemos excelentes relaciones políticas con Uruguay. El próximo año celebraremos el 90 aniversario de la fundación de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Después de la apertura de la embajada en Montevideo el año pasado, Uruguay correspondió y abrió su embajada en Ankara a principios de noviembre de 2022. El año pasado establecimos un grupo de amistad Uruguay-Turquía en el Parlamento uruguayo. Ya teníamos uno en la Gran Asamblea Nacional Turca. Como siempre digo, aún tenemos muchos deberes por hacer.
Es alentador el muy buen comienzo que tuvimos y ese impulso allanará el camino para mejorar aún más nuestras relaciones bilaterales en todos los campos, especialmente en los asuntos económicos. Ya firmamos tres acuerdos en el campo de la economía, incluido el de inicio de las conversaciones exploratorias para la firma de un TLC. Hasta el momento se han llevado a cabo dos rondas de negociaciones a nivel de expertos. Deseamos llevar adelante estas conversaciones de manera oportuna.
Actualmente ya son varios los productos turcos que Uruguay importa, donde se destacan la maquinaria agrícola, el cemento y el acero para la construcción. También algunos modelos de autos y camiones, tableros eléctricos, y muchos otros productos que uno puede encontrar en los mercados locales.
¿Qué implicó para las negociaciones bilaterales la reciente apertura de la sede diplomática en Ankara?
En Ankara existen más de 120 embajadas. Uruguay es la última incorporación. Uruguay nombró a un embajador experimentado en Turquía. Estoy seguro de que la apertura de la nueva embajada en Ankara dará un gran impulso para mejorar aún más las relaciones bilaterales entre Uruguay y Turquía. El embajador Hugo Cayrús, con quien estoy en contacto regular, compartirá conmigo la carga en lo que se refiere a la realización de las tareas.
¿Qué intereses tiene Turquía en Uruguay? ¿Cuáles son las oportunidades de negocios?
Turquía ve a Uruguay como un “socio” en América Latina, especialmente en el área del Mercosur. Las excelentes relaciones bilaterales existentes constituyen la base de este entendimiento. Una mejora de estas relaciones contribuirá positivamente a las relaciones de Turquía con los Estados del Mercosur, así como con toda la esfera latinoamericana. Sin duda, una mayor interacción presentará nuevas oportunidades que ambas partes aprovecharán.
¿Qué sectores económicos de ambos países se verían beneficiados por el TLC?
Ambos países tienen posiciones privilegiadas en diferentes sectores. Turquía va camino a convertirse en una gran potencia industrial con los avances que ha logrado en los últimos años, pero también es fuerte en la agroeconomía. Los principales bienes de exportación de Uruguay son de carácter agrícola. Ambos países también han avanzado en el sector energético. Todos estos temas son en realidad parte de las negociaciones que se están llevando a cabo para ver si hay un terreno común para la firma de un TLC.
¿Cuáles son las perspectivas a futuro para las relaciones bilaterales?
Observamos con gusto que existe una fuerte voluntad política de ambas partes para mejorar aún más las relaciones entre los dos países. La apertura de nuestra embajada en Montevideo en un momento en que el covid-19 alcanzó su punto máximo es una clara indicación de la importancia que Turquía otorga a fortalecer sus relaciones con Uruguay. Afortunadamente, la pandemia muestra una tendencia a retroceder. Pero nuestras relaciones tienen una dirección: van hacia adelante.
Por lo que decía, hay intereses de Turquía en el Mercosur.
Turquía tiene un interés estratégico en desarrollar sus relaciones con el Mercosur y todos los países que forman esta unión. De ahí nuestro interés por Uruguay. Creemos que Uruguay es un modelo más pequeño del Mercosur y las negociaciones que iniciamos con Uruguay no entrarán en conflicto, sino que contribuirán a nuestro objetivo final de firmar un TLC con el bloque regional, con el que firmamos un acuerdo a tal efecto en 2008.
¿Qué objetivos tiene la embajada actualmente?
Todavía estamos en el proceso de establecer una embajada en pleno funcionamiento en Montevideo con personal e infraestructura adecuados. Abrir una nueva embajada es una tarea larga y desafiante. Hasta ahora hemos obtenido muchos logros. Tengo que agradecer a las autoridades uruguayas que nos ayudaron inmensamente en nuestro trabajo.
Aún quedan muchas áreas por explorar para diversificar el alcance de nuestras relaciones bilaterales. La cooperación cultural, económica y militar son algunas para nombrar. Normalmente, en ocasión de un campeonato mundial como el de Catar, también alentaríamos junto a los compatriotas residentes en Uruguay a ambas selecciones, y hasta podríamos encontrarnos en la disyuntiva si se enfrentaran. Pero como Turquía no participa en esta ocasión estaremos alentando ferviente y exclusivamente a Uruguay y deseándole lo mejor en el campeonato.
¿Hay interés en promover el turismo en Turquía entre uruguayos?
Existe un creciente interés entre el público en general por visitar Turquía. Sin duda las telenovelas tienen un gran impacto en esto. Pero Turquía es uno de los principales destinos turísticos del mundo. Este año esperamos más de 40 millones de visitantes de todo el mundo. Los uruguayos no solo quieren ver Estambul y Capadocia, sino que también quieren visitar un país donde sus futbolistas como Fernando Muslera, Lucas Torreira, Diego Rossi Marachlian, entre muchos otros, representan con orgullo a Uruguay. Yo los llamo “embajadores de buena voluntad”.
¿Cómo encontró al Uruguay al llegar aquí?
Cálido. En todo sentido. No solo el clima sino también las personas que desde el primer día nos abrieron su corazón. Se dice que el pueblo uruguayo es un poco reservado por naturaleza y que lleva tiempo abrirse a los extranjeros. No sentimos eso. Todos son muy sinceros y amables. Debo admitir que a veces tengo dificultades con mi pobre español, pero hasta ahora esto nunca ha supuesto una barrera para comunicarme con la gente. Una cosa que adoro de Montevideo y otras ciudades es la arquitectura. Hay muchas joyas por ahí en las ciudades. Cuando veo una hermosa estructura que ha sido descuidada, verdaderamente me entristece. En esos momentos desearía tener un superpoder para renovarlos a su glorioso pasado. Elegir un edificio histórico en la Plaza Matriz de Ciudad Vieja para nuestra embajada no fue casualidad: queríamos contribuir a la belleza de esta ciudad.
¿Qué cree que destaca a Uruguay en la región latinoamericana?
Siempre digo que Uruguay es un país pequeño con un gran potencial. No es un error llamarlo la Suiza de América Latina. Creo que está en el camino correcto para convertirse en una de las principales economías de esta región. Tiene todos los ingredientes para eso. El recurso humano sumado a la ubicación estratégica, la tradición democrática, la supremacía de la ley, la estabilidad política, hacen de Uruguay un punto de atracción para empresarios e inversionistas.
¿Qué le gusta de la vida en Uruguay?
(Sonríe) La tranquilidad y la libertad. En una ciudad capital donde vive el 51% de la población total uno puede tomar su toalla y mate y disfrutar de la playa. O caminar, andar en bicicleta por la rambla. En el ritmo frenético de la vida encuentras paz cuando te sientas en un café y te desahogas. En comparación con otras ciudades como Estambul, El Cairo o Dhaka, el tráfico fluye con bastante libertad. Me gusta sentarme en el jardín de mi residencia y disfrutar de mi mate con un cigarro. Si te gusta el mate te gusta Uruguay, o viceversa. Me gustan los dos.
¿Qué es lo que más extraña de la vida en Turquía?
Al principio encontré que los uruguayos eran muy informales y, a veces, muy modestos. Hice visitas de cortesía a los funcionarios de alto nivel y vi que sus oficinas son muy modestas en comparación con las que tenemos en Turquía. Pero luego entendí que esta es la naturaleza de la gente aquí. Me sorprendió que las personas en el círculo cercano de los ministros, incluso del presidente, les hablaran por su nombre de pila, algo a lo que no estamos acostumbrados en Turquía. Entonces entendí que no es por falta de respeto sino por la modestia de los interesados. Una cosa a la que todavía no pude acostumbrarme aquí es al sistema bancario. Con todo respeto a mis queridos amigos del sector bancario, no me convence el razonamiento de los bancos para abrir sus puertas a los clientes a las 13:00.
¿Le fue difícil adaptarse a la vida aquí?
Sin duda mi hija de cinco años es la que se adaptó al nuevo entorno mejor que cualquiera de nosotros. En un año y medio aprendió español desde cero y se convirtió en una pequeña uruguaya. Nuestros amigos dicen que cuando habla es como cualquier otra niña uruguaya. Disfruta de ir al Liceo Francés, de sus clases de ballet, equitación y tenis. Mi esposa ha estado muy ocupada organizando la mudanza a nuestra nueva residencia después de hospedarnos en el Hotel Cottage durante los primeros 10 meses. Ella hizo mi vida más fácil y estoy agradecido por eso, creó un “hogar” para nosotros aquí en Montevideo. Y todo lo que hago es sentarme en el jardín de nuestro nuevo hogar y disfrutar de mi mate.
Los inicios en la diplomacia y los diversos destinos donde sirvió
Fue criado para convertirse en diplomático, que era el sueño de su madre. Su difunto padre, por otro lado, quería que fuera médico, como él. Sin embargo, la diplomacia estaba “en su corazón”, confesó el embajador a La Mañana. Cuando tenía 14 años decidió estudiar relaciones internacionales, y a los 21 se graduó del Departamento de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Ankara.
Después de graduarse se unió al Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, en 1990. Cuando se desempeñaba como vicecónsul en el Consulado de Turquía en Londres, hizo la maestría en la London School of Economics. Antes de Londres, sirvió en Tel Aviv entre 1992 y 1995.
En 2016 se convirtió en el portavoz de la Cancillería y ocupó ese cargo durante un año. Hasta ese entonces había trabajado en diferentes puestos en la Embajada de Turquía en Belgrado (Serbia) y en la Misión Permanente de Turquía ante la ONU en Nueva York. Fue ascendido al rango de embajador en 2013 y prestó servicio en Dhaka (Bangladesh). Entre estos destinos trabajó en los departamentos de los Balcanes y Chipre en la sede de Ankara. “De esa manera, gané experiencia en diversos temas a lo largo de esos años, tanto políticos como multilaterales, que me ayudaron a cumplir con mis responsabilidades como portavoz. Asimismo, aprendí mucho sobre diferentes temas al estar básicamente en el centro de la estructura de toma de decisiones del Ministerio”, contó el entrevistado.
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