El nuevo rector de la Universidad de la República (Udelar), que asumió tras la renuncia de Rodrigo Arim, dialogó con La Mañana acerca de la continuidad de las políticas estratégicas impulsadas por su antecesor, como la expansión territorial y el programa Universidad en Movimiento. Asimismo, destacó la necesidad de recursos para mejorar salarios, infraestructura y proyectos clave como el Hospital de Clínicas, y se refirió al rol central de la Udelar en la producción de investigación y su contribución a la sociedad, defendiendo el fortalecimiento de planes que retengan talento y promuevan la innovación.
Considerando que va a continuar lo que ha sido la gestión de Arim, ¿dónde piensa poner el énfasis en lo que resta del período?
El artículo 10 de la Ley Orgánica dice que cuando queda vacante el rectorado quien asume es el vicerrector hasta el final del mandato del rector electo, es decir, yo no puedo ir más allá del 10 de octubre del 2026. Lo que privilegia la normativa es que las políticas que el claustro eligió cuando votó al rector se sigan llevando adelante durante todo el período, entonces, yo voy a continuar con las líneas que Arim había dejado cuando renunció porque es lo que corresponde. En ese marco, tenemos el plan estratégico de la universidad asociado a la propuesta presupuestal, que fue votado al día siguiente de la renuncia de Arim y había sido preparado durante los meses anteriores bajo su liderazgo. Esa propuesta es la que tenemos que presentar al (nuevo) Poder Ejecutivo primero y al Poder Legislativo en el segundo semestre del 2025. Además, la idea es seguir avanzando con un programa que había lanzado Arim llamado Universidad en Movimiento, que plantea una reorganización a nivel institucional con definiciones de prorrectorados y con una estructura interna dentro de cada uno, y esa política hay que continuarla porque después de la estructura hay que plantear aspectos de funcionamiento, ponerlos en práctica, así como las políticas del campus universitario –hay uno en desarrollo en Parque Batlle–. Hay varias cuestiones de gestión que han quedado planteadas. También el avance en territorio. Hay que continuar adelante con el refuerzo de lo que sería la regional noreste, pero también con lo que es suroeste. Ahora estamos en pleno lanzamiento de Colonia y Soriano, con carreras que se están definiendo –algunas ya están definidas–. Es decir, quedó mucho trabajo por hacer, pero bien encaminado, y seguiremos adelante con lo planteado en las políticas del rector electo oportunamente.
¿Cuál es el análisis que hace de lo realizado en los últimos años en la expansión de la universidad hacia el interior y cómo se planea seguir ese proceso?
El análisis es muy positivo. La Udelar cuenta con 20.000 estudiantes registrados fuera de Montevideo y muchos manifiestan que gracias a la instalación de la universidad en cercanía pudieron ingresar. Los crecimientos son relativamente dispares porque hay algunas sedes del interior que tienen mucha tradición, que ya llevan unos cuantos años, y donde han transcurrido procesos de aprendizaje académico e institucional. Hay otros, como decía recién, el caso del noreste, que fue lanzado en 2019, y en el suroeste se comenzarán a impartir carreras en 2025, todo un desafío. Hay procesos, hay caminos por los que hay que transcurrir y que dependen un poco de los tiempos, de la maduración de cada una de las sedes universitarias, pero somos muy optimistas de que pasados unos cuantos años todo el territorio nacional va a verse muy beneficiado por la presencia de la Udelar.
Dada la discusión presupuestal que se suscitará este año, ¿cuáles son aquellas áreas dentro de la universidad que necesitan más recursos y por qué?
La universidad tiene necesidades importantes de recursos en muchas áreas, prácticamente en todas. Uno de los temas que claramente está en el debe es el aspecto salarial, porque en comparaciones regionales, y con toda esta actividad creciente y demandante de calidad, es un punto muy importante dentro de nuestro presupuesto. También es clave la democratización del acceso de la enseñanza universitaria, no solamente por cercanía geográfica, sino también dando oportunidades a quienes acceden en primer año de poder compensar cualquier aspecto de debilidad en su formación y así bajar la deserción y tratar de aumentar la tasa de egreso. Además, los aspectos de investigación científica, tecnológica, de innovación, así como la universidad al servicio de la sociedad, a través de los diferentes programas de extensión y relacionamiento, son muy relevantes. Por otro lado, dentro del presupuesto es fundamental el Hospital de Clínicas, su reformulación tanto en planta física como en la adquisición de nuevas infraestructuras puestas al servicio de la salud de la población, y la consolidación del hospital universitario en sus funciones de enseñanza e investigación. Hay otros aspectos de la vida diaria de la universidad como condiciones laborales, condiciones de estudio, las salas de recreación para niños y niñas que son hijos de docentes, de estudiantes, de funcionarios, para que puedan cumplir con su función de la mejor manera. Por último, todo lo que tiene que ver con salud mental está privilegiado dentro de este programa, que es muy ambicioso y cuenta con 15 líneas para desarrollar la universidad y poder llegar a la sociedad.
Sobre lo que mencionaba de la investigación científica, ¿cómo ve el rol que cumple la universidad en este tema?
La Udelar es protagonista de la producción de conocimiento en el país, concentrando más del 70% de ella. Eso se notó muy claramente cuando fue la pandemia, en la que la universidad tuvo una actuación muy preponderante junto con otras instituciones del entramado nacional. En ese marco se está cumpliendo una buena labor, pero no debemos olvidar que a nivel internacional el impacto de la investigación científica, la sofisticación, crecen vertiginosamente, por lo cual para seguir cumpliendo adecuadamente se requiere una permanente inyección de divisas, porque es un área muy competitiva de desarrollo, muy vertiginosa y donde la originalidad y la disposición de tecnologías avanzadas es tremendamente importante. Entonces, para seguir haciéndolo bien y cada vez mejor, es necesario tener un refuerzo presupuestal.
Respecto de este tema, y como exdirector del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba), le quería preguntar por el fenómeno de la fuga de cerebros: antes la gente egresaba de la universidad y se iba del país y ahora eso se agravó un poco porque ya se van con doctorados, con maestrías. ¿Se puede hacer algo desde la Udelar para retener a esos talentos, a esa gente más capacitada? ¿Eso genera preocupación?
Existe ya no un consenso sino un convencimiento a nivel internacional de la importancia de que un país cuente con recursos humanos altamente calificados y en particular aquellos que pueden producir conocimiento novedoso, de impacto original. En ese sentido, Uruguay no escapa a esa realidad. Es un país que debe hacer todos los esfuerzos para retener sus recursos humanos formados. La Udelar aporta con el régimen de dedicación total, que implica un pago adicional a quienes se dediquen exclusivamente a la universidad, pero además produciendo conocimiento de calidad. Sin duda ha sido un mecanismo que ha permitido que se preserven en el país recursos humanos que de otra manera hubieran emigrado. Afortunadamente, en estos últimos años hemos logrado de esa manera tratar de disminuir en lo posible esa fuga de cerebros. Intentamos mantenerlo y aumentarlo, es decir, el fondo de dedicación total debe ser de financiamiento sostenido, creciente. Por supuesto que también importan las condiciones de trabajo, de infraestructura, edilicias. Son muchas las variables que se consideran aparte del ingreso del investigador para que a la hora de tomar una decisión se opte por continuar.
En la Facultad de Química, uno de los objetivos con los que usted ha trabajado ha sido mejorar el vínculo entre la universidad y el sector productivo. ¿Cómo se articula desde la Udelar a nivel más genérico en la misma línea? ¿Qué oportunidades existen en ese intercambio?
La universidad cuenta con programas de vinculación con el sector productivo a través de la Comisión Sectorial de Investigación Científica. También ha contado a lo largo de la historia con programas específicos de proyectos con algunas empresas públicas, como fue el caso de Ancap en su momento. Lo que hay que hacer es seguir por ese camino con una inversión importante y tratar de que sean visualizados como programas a los cuales hay que adherir. Esos mismos programas que ya están establecidos son los que deberían servir como guía para lograr ese intercambio. Por otro lado, la universidad también cuenta con la Unidad de Protección Intelectual, que juega un papel en todos estos temas, y más ahora que el país ha ingresado al Tratado de Patentes. Son los mecanismos con los que contamos en este momento y creo que hay que profundizar en ellos.
Algunos docentes de la universidad se han involucrado en distintos temas, llevando de alguna forma el conocimiento a diversas áreas, como sucedió con la oposición al proyecto Neptuno, lo mismo cuando se planeaba el complejo en Punta Ballena. ¿Cómo tendría que ser ese rol y esa relación de la universidad con la sociedad? ¿Es correcto? ¿Habría que mejorarlo?
Cuando investigadores de determinadas facultades hablan respecto de cualquier iniciativa, ya sea a favor o en contra, lo hacen a título personal. No es la universidad la que se está expresando ni a favor ni en contra de esa iniciativa, sino que son investigadores que, de acuerdo con su leal saber y entender, se expresan de esa manera. Lo que ha hecho la universidad en casos bien concretos, por ejemplo, con el tema del hidrógeno verde, ha sido designar una comisión o un grupo de trabajo, nombrado por el propio Consejo Directivo Central, con el fin de que emitiera un informe al respecto. Ahí tenemos a la universidad actuando directamente sobre un tema de interés, técnico, tecnológico, como es en este caso, por los mecanismos oficiales. Lo demás, como decía, está enmarcado en la libertad de cátedra y son expresiones libres de docentes que no comprometen la opinión de la universidad.
¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto que está en proceso, sobre el cual comentaba, del Hospital de Clínicas? ¿Cómo se busca resolver el tema económico y cómo se planea avanzar de aquí en más? ¿Cuál es la importancia de esa reforma?
La universidad y el país han planteado el Hospital de Clínicas 2030 como un objetivo temporal hacia el cual se debe avanzar para tratar de tener el hospital universitario de la mejor manera. Ya están ocurriendo reformulaciones internas dentro del hospital que implican realmente, desde el punto de vista del edificio, mejoras importantes en diversas salas, donde la iluminación es muy relevante y cumple una función. Esto dependía de una inversión considerable que pusiera el edificio a punto. También se está planificando una reformulación en cuanto a los distintos pisos. Por supuesto que para seguir avanzando y llegar a ese objetivo se requieren recursos, los cuales se van a solicitar, pero no hay dudas de que vale mucho la pena hacerlo porque es un emblema para la salud de la población y es un emblema en cuanto a la investigación al servicio de la salud.
En lo que respecta al proyecto de traslado de la Facultad de Química, ¿cuál es la importancia que tiene y en qué está ese plan?
En el plan se prioriza la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y la sede de la Facultad de Química. En el caso de la primera ya está empezando la obra y en el caso de la segunda está en una etapa un poquito anterior, todavía está en fase de preparación del anteproyecto. La intención es que el Uruguay, ya que es la única Facultad de Química que hay en el país, y la Udelar, cuenten con una Facultad de Química con una infraestructura adecuada a los tiempos que corren. La infraestructura actual mayoritariamente obedecía a una época en la que el ingreso era de 30 o 40 estudiantes al año, pero hoy tenemos una matrícula superior a los 750, entonces, claramente hay una adaptación que, si uno lo piensa en términos de la seguridad en el trabajo en el laboratorio, se hace muy imperiosa.
A modo de reflexión, ¿cómo se siente en este doble rol que le toca, justamente, de rector y decano? ¿Cómo piensa que va a transcurrir estos próximos años? ¿Qué significa para usted haber llegado a este lugar?
Yo lo tomo con mucha responsabilidad. El tiempo es indeterminado, se sabe que no va a ser más allá de octubre del 2026, pero la universidad, a través de sus distintos colectivos, podría resolver que exista una elección a rector este mismo año, en el 2025. Yo lo que dije cuando se votó la renuncia de Arim fue que soy un servidor de la universidad, que estoy para lo que la universidad precise y por el tiempo que lo requiera. Y así es como me visualizo. Por otro lado, en cuanto a la doble función, también la responsabilidad es grande, así como el compromiso. Soy consciente de que la Facultad de Química no debe ser desatendida y tampoco debe ser desatendido el trabajo en el rectorado. Así que lo que estamos haciendo es complementar, compensar con más trabajo la mayor cantidad de funciones. Pero, de nuevo, con mucha responsabilidad. Es un honor servir a la Udelar desde cualquier puesto y en particular en estos en los cuales estoy en este momento. ¡A trabajar hasta que la universidad lo disponga!
¿Cómo se visualiza en la situación en la que la discusión presupuestal la va a negociar, justamente, con Arim, ya designado director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) del próximo gobierno?
Me imagino una situación en la que él deba lealtad institucional al gobierno que va a integrar y en mi caso voy a tener la responsabilidad de tratar de defender a la Udelar desde el lugar que me toque, sabiendo que el interlocutor conoce muy bien la universidad, mejor que nadie, pero también siendo consciente de que el papel que le va a tocar jugar será velar por todas las solicitudes que se presenten en ese momento. La Udelar, si bien es muy importante, es parte del país, así que nos va a tocar trabajar a nuestro mejor leal saber y entender de cada lado y respetando las posturas que él tenga que seguir.
TE PUEDE INTERESAR: