En una triple fecha, Portugal celebró su Día Nacional y destacó el rol de la colectividad y la cultura como tendedor de puente entre países. En Uruguay se estima que hay cerca de 12.000 descendientes de lusitanos, aunque no todos se encuentran integrados a la colectividad. Sin embargo, tanto Casa de Portugal como el Consejo de las Comunidades Portuguesas trabajan con ahínco para lograr este fin. Desde la embajada señalaron a La Mañana que ampliar la esfera comercial entre ambos países continúa siendo una materia pendiente.
El sábado 12 de junio la Plaza de Portugal se vio coronada por un homenaje a una de las colectividades que tuvo un rol clave en la historia de Uruguay. La Embajada de Portugal e instituciones representantes de la colectividad lusitana se dieron cita para celebrar un festejo triple: por un lado, el Día de Portugal, por otro, el de Camoes y de las comunidades portuguesas. Las tres son conmemoradas por fecha oficial el 10 de junio. El busto del escritor y poeta –considerado como un referente de la lengua portuguesa– fue vestido con flores en su homenaje.
Tres él, flamearon las banderas de Portugal y Uruguay al unísono, mientras los himnos de ambas naciones sonaron como símbolo de fraternidad. Los versos del poema “Endechas a Bárbara escrava”, del literato homenajeado, fueron leídos por Raquel Carinhas (encargada de asuntos culturales) en nombre del Instituto Camões y escuchados atentamente por los concurrentes, de los cuales resaltaban tapabocas rojos y verdes y coloridos pañuelos tradicionales.
Al comienzo de acto, el Dr. João Pedro Lourenço Antunes, embajador de Portugal en Uruguay, se refirió a la importancia de la conmemoración de esta triple flecha, el rol de las comunidades y los grandes esfuerzos que realiza la embajada para mantener sus servicios pandemia mediante. Respecto a este punto, realizó un especial reconocimiento a las víctimas del covid-19 y a quienes se encuentran en primera línea de batalla.
Luís de Camões y la identidad portuguesa
Ya en conversación con La Mañana, Lourenço Antunes subrayó la singularidad de tener un día nacional dedicado a un poeta y destacó que eso “también dice algo de la cultura portuguesa, de los valores y las prioridades”. Por otra parte, se refirió a la colectividad del país al que representa. Es que, cerca de tres millones de portugueses se encuentran diseminados por el mundo. “Para los que están fuera muchas veces este día es más emotivo porque es una forma de recordar nuestra identidad portuguesa”, valoró.
Una de las funciones prioritarias de cara a la comunidad es la función consular, un conjunto de servicios que la embajada presta a la comunidad. No obstante, también lo es su protección. Por otra parte, la embajada tiene un par de actividades culturales anuales que no solo contemplan a Montevideo, sino el interior del país, en pos de promocionar la cultura y compartirla con todos los uruguayos. “Lo importante en el día de hoy es que las culturas se conozcan e interactúen”, declaró.
En este sentido, el embajador recordó que la cultura portuguesa es una parte importante de la historia de Uruguay. Si bien dijo que el pasado es importante, hizo énfasis en que “la historia no termina ahí” y que es fundamental buscar qué se puede hacer para promocionar la herencia que los uruguayos recibieron de la historia.
En otra línea, destacó que las relaciones bilaterales “son muy buenas”, sobre todo porque no se encuentran dificultades. A pesar de la pandemia, hay una gran sintonía de valores a nivel multilateral entre ambos países.
De todas formas, señaló que una de las asignaturas pendientes es la relación económica y de inversiones. “Es un área que no es tan cercana como podemos ser como a nivel cultural, internacional o político”, dijo, aunque mencionó que se está trabajando en crear oportunidades de crecimiento para las empresas.
La realidad de la colectividad lusitana
En Uruguay cerca de 2.500 personas tienen derecho a voto en Portugal. Vale mencionar que la Asamblea General de Portugal –único órgano legislativo– tiene cuatro legisladores que representan a las comunidades de portugueses en el exterior. Sin embargo, se calcula que entre 10.000 y 12.000 uruguayos son lusodescendientes.
Augusto Antonio Guerra, del Consejo de las Comunidades Portuguesas, dialogó con La Mañana acerca de la situación actual en nuestro país de los inmigrantes lusitanos y sus descendientes –quienes, hasta la tercera generación pueden solicitar la nacionalidad–. El Consejo, formado por ley nacional en Portugal, está integrado por los representantes de las comunidades que están repartidas en un total de 75 países. Su cometido es asesorar al gobierno sobre las preocupaciones de la comunidad.
En Uruguay, la comunidad de portugueses es pequeña ya que los inmigrantes se volcaron por asentarse mayoritariamente en otros países. “Son muy mayores y van quedando cada vez menos”, contó Guerra. A esto se le suma que los inmigrantes jóvenes que llegan a Uruguay, lo hacen con otras preocupaciones, y ya no para hacer la América. Los nuevos migrantes arriban a nuestro país con un nivel mayor en su formación y, normalmente lo hacen con un contrato de trabajo en la mano. “Vienen y se van, ya no se quedan a formar la familia como lo hicieron antes”, explicó Guerra.
El Consejo de Comunidades Portuguesas trabaja en Uruguay en acercar a los descendientes que no se encuentran integrados a la colectividad. Ante ello, la Casa de Portugal de Montevideo es pionera y la principal de todas las instituciones de portugueses en Uruguay. En el interior, la Casa de Portugal de Salto agrupa a lusodescendientes y nuevos inmigrantes, de los que destaca un portugués que cuenta con 106 años. En San Carlos –poblado por inmigrantes azorianos de Río Grande Do Sul hace más de 200 años– existe una institución formada por lusodescendientes de octava, novena y décima generación, pero con un gran interés en continuar con su cultura.
“Luchamos para que todos los inmigrantes de portugueses de Uruguay se vinculen para que puedan mantener sus tradiciones y costumbres, y puedan conocer más sobre el país del que descienden. La mayoría no está vinculada a las instituciones”.
El rol de la juventud
Casa de Portugal surgió inicialmente como un albergue de ancianos portugueses en el año 1933, aunque hoy amplió su objetivo. Tiene su sede en Montevideo, pero tienden redes hacia el interior, sobre todo en Colonia del Sacramento y Salto. En su actividad usual –fuera de pandemia– ofrecen clases de idioma, danzas tradicionales, bibliotecas, eventos culturales, instancias de información sobre la actualidad portuguesa, así como tradicionales almuerzos o bingos.
Gabriela de Abreu tiene 28 años y es la presidenta de la Casa de Portugal en Montevideo. Nieta de inmigrantes portugueses, se crio unida a la cultura lusitana, hablando dos lenguas y dentro de la institución que hoy preside y a la que llegó de la mano de su abuela. A pesar de su juventud, asumió el cargo en uno de los momentos más duros para las colectividades, donde los encuentros han quedado postergados por tiempo indefinido, los grupos de danzas han dejado de bailar y las actividades quedaron destinadas a la virtualidad.
El pasado sábado se hizo presente en la Plaza Portugal. Esta vez con tapabocas y sin ejecutar una de las danzas tradicionales, pero con el ímpetu de continuar con la divulgación del país al que representa. “El 10 de junio envuelve a todas las personas que estamos fuera de Portugal pero que llevamos la cultura en nuestra sangre”, contó a La Mañana.
Además, hizo referencia a que Casa de Portugal está abierta a todas las personas interesadas en la cultura, independientemente de su descendencia o ciudadanía. “Hay gente que no es ciudadano portugués pero que defiende mucho más la cultura portuguesa”, aseguró.
Sobre cómo vive la nueva normalidad la colectividad, De Abreu señaló que la pandemia fue “un golpe bajo”, pero aseguró que “no se dejan hundir” y que tratan de continuar su actividad a través de las nuevas tecnologías. “La gente siempre se buscaba reunir siempre en nuestra casa y ahora tenemos el desafío de verlo desde otro lugar, pero la gente respondió, lo que quiere decir que como comunidad nos preparamos más”, indicó.
La integración de los jóvenes en la colectividad es la tarea “más difícil”. Es que anualmente se realizaba un encuentro de lusodescendientes del Cono Sur que reunía a la juventud con autoridades. “Ahora el no tener la danza se nos hace mucho más cuesta arriba mantener activos a los jóvenes. Nunca pensamos que no podríamos hacer un baile en una fecha patria. Ahora tenemos que adaptarnos y hacer algo sencillo”, detalló.
Al ser consultada sobre qué significa Portugal para ella, de Abreu se mostró emocionada y confesó: “Agradezco a la vida el haberme dado la oportunidad de ser descendiente de portugueses”.
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