El ministro de Defensa, Javier García, ha expresado a diferentes medios que la Armada Nacional en la actualidad tiene una carencia de buques muy significativa y que incluso las pocas unidades aún en servicio habrían cumplido ampliamente el ciclo de su vida útil, por lo que se hace urgente encontrar soluciones para evitar que se sigan depredando los recursos pesqueros como está sucediendo en aguas propias.
Poco tiempo atrás, se informó de la presencia de un considerable número de pesqueros de bandera extranjera, faenando en nuestras aguas sin autorización alguna. A pesar de haber sido avistados por aviones, al no existir capacidad de respuesta de barcos de patrulla apropiados fue imposible para la Armada cumplir con las tareas de inspección y detención de los mismos.
Asimismo, hay una serie de tareas de control y asistencia de buques mercantes de diferentes banderas, que no se estarían llevando a cabo por la Armada debido a las carencias de buques apropiados para el área focal del Río de la Plata, por donde circulan más de 5000 buques al año, el frente marítimo y en zonas de seguridad en el Atlántico Sur donde Uruguay tiene responsabilidad.
En suma, falta presencia de buques para ejercer la soberanía en aguas nacionales o en zona económica exclusiva, de seguridad y asistencia marítima bajo nuestra jurisdicción, a fin de cumplir con la ley nacional y los tratados internacionales.
Según entrevista efectuada al Comandante de la Armada Nacional Almirante Jorge Wilson publicada en el Semanario Búsqueda, se estarían necesitando buques de no menos de 1500 toneladas para las misiones más lejanas que permitan llegar al límite de nuestras aguas en el Atlántico, luego buques de 500 toneladas para desplegar en el puerto de La Paloma y también varios buques pequeños de 100 toneladas para patrullaje del Río de la Plata y Río Uruguay.
El Almirante habla de buques iguales y de tres por lo menos de cada tipo, pues habría uno navegando siempre, otro en adiestramiento y el otro fuera de servicio o en reparación.
Parece un plan muy sensato, el tema es buscarle una solución económica, razonable y en el marco de la realidad país, para que la Armada disponga las herramientas básicas, llámese buques de diferentes tipos, para cumplir ciertas misiones de carácter jurisdiccional y policial que el país le exige.
La definición de los requerimientos técnicos, el número de buques de cada tipo para cada escenario y las fechas de incorporación no debería dejar de considerar las capacidades disponibles de la industria metalúrgica nacional a nivel público y privado para alguno de esos escenarios.
Sería vital y estratégico para el país aprovechar la oportunidad para contribuir a impulsar la industria naval nacional, como potencial proveedora de unidades para la Armada, como lo hacen la mayoría de los países, contribuyendo al desarrollo del sector, generando puestos de empleo en un momento clave para la economía del país y asegurando la continuidad de la línea de buques para la Armada.
Desde la página de Marítimas del Semanario “La Mañana”, hemos publicado varias notas referidas a las capacidades de empresas metalúrgicas instaladas en el país y que lamentablemente están en estos momentos en gran medida ociosas por falta de proyectos.
No obstante, nos consta que están preparados para gestionar proyectos nacionales para lo cual sus plantas de técnicos, ingenieros y obreros están prestos a afrontar los desafíos, pues participan de la industria naval y han desarrollado un know how, que no considerarlo u olvidarlo sería una muy mala señal, en épocas donde la Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) no es el futuro sino el presente.
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