El lunes pasado se inauguró un nuevo puente vial sobre el Río Cebollatí que une las localidades de Cebollatí en Rocha y Gral. Enrique Martínez (La Charqueada) en Treinta y Tres, dando conectividad a una zona postergada en infraestructura y dependiente de una balsa de Hidrografía para el traslado de personas, vehículos y cargas entre esos departamentos.
Cuando en febrero de 2022 el Gobierno anunció la obra y se colocó la piedra fundamental en el marco de las acciones que se encaminaban junto a las de la concreción de la Hidrovía Uruguay-Brasil en la Laguna Merín y de los Patos, parecía lejano el anhelo de los pobladores de la zona vecina y sus aledaños.
En efecto, muchas décadas de espera para una obra de conexión entre el norte de Rocha y el sur de Treinta y Tres alimentaban una expectativa para mejorar sustancialmente la calidad de traslado, tiempos y conexiones, en una zona que tiene una productividad agrícola, ganadera, minera y forestal en franco crecimiento, por una vía muy directa, cruzando el puente del Cebollatí.
Marco multitudinario
La inauguración del puente contó con la presencia de: el presidente de la República, Luis Lacalle Pou; el ministro de Transporte, Luis Falero; el subsecretario Juan José Olaizola; el ministro de Defensa Nacional, Javier García, el ministro del Interior, Luis A. Heber; el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado; el director de Hidrografía, Cap. Marcos Paolini; el prefecto nacional naval Cap. Jorge Bertrand; el intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, de Treinta y Tres, Mario Silvera, y de Cerro Largo, José Yurramendi; la alcaldesa de La Charqueda, Nidia Vera; representantes nacionales y departamentales, integrantes de la Comisión Mixta de la Laguna Merín, directivos de la Agenda Binacional de Trabajo Fronterizo, fuerzas vivas de los departamentos involucrados y vecinos, escuelas públicas y caballería criolla.
Fue realmente un entorno humano multitudinario que se hizo presente en una jornada de temperatura atípica para la época, soleada y de calor, con miles de personas sobre el nuevo puente, majestuosa obra sobre un espectacular paisaje de unión entre dos riberas criollas. El Cebollatí o cipó – cipó guaraní– recibía a sus vecinos orgullosos de contar con una vía de comunicación visitada en su primer día de vida por esa enorme cantidad de gente y la infaltable caballería gaucha rindiéndole homenaje.
Infraestructura de la cuenca de Laguna Merín
Hemos ya comentado en más de una oportunidad que esta amplia zona del este del país que abarca la orografía que vuelca aguas hacia la Laguna Merín, es de 3 millones de hectáreas en la margen uruguaya y conforma el soporte natural de población y producción más inmediato de influencia sobre una próxima Hidrovía fluvio-lacustre de cargas y pasajeros, entre Uruguay y Brasil y el Océano Atlántico.
Correspondencia de acciones binacionales
En consecuencia, y como fue acordado en las actas reversales de 60 años atrás entre los gobiernos de Haedo y Goulart, “se deberá hacer hincapié en el desarrollo de las áreas sociales, productivas y económicas del territorio involucrado”.
En ese sentido y del mismo modo que ya Brasil ha encargado y licitado las obras de dragado para los canales principales de la hidrovía, se espera que Uruguay avance en estos meses en la definición de obras complementarias para ir dando forma al complejo de navegación.
En ese marco se inscribe esta inauguración del puente sobre el río Cebollatí, que es una clara señal que ha dado Uruguay en acompañar con hechos concretos en la región fronteriza, con amplia repercusión, los pasos tendientes a las obras de una unión real, física y comercial como la hidrovía.
No revisten menos importancia dos aspectos claves para el avance de las obras de la mencionada hidrovía: por un lado, la necesidad de encarar la instalación en las costas de la Laguna Merín, de uno o más puertos o estaciones de trasbordo flotantes, de modo de dar inicio al tráfico de cargas entre ambos países, que de por sí generarán afluencia de más cargas e instalación de producciones circundantes.
Por otro, igualmente necesario, se deben encaminar los estudios y la construcción de los canales que unan las terminales portuarias de Uruguay con los canales principales objeto del dragado al que fue llamado a licitación recientemente por el gobierno brasileño.
En efecto: un puerto en la ribera uruguaya de Laguna Merín, debe tener un canal de dragado –o sea un canal de entrada y salida– que lo ponga en conexión con los canales principales de la hidrovía y le permitan navegar su convoy de carga hacia puertos de Brasil de ultramar o de penetración al interior.
En simultánea con esas acciones físicas en el espacio natural fronterizo, se deberán desarrollar diligencias administrativas que flexibilicen trámites hoy demorados como algunas instancias de comercio exterior, sanidad animal, y también se deberán impulsar iniciativas ya encaminadas en materia educativa, recreativa, deportiva y turística entre municipios cercanos de ambas naciones.
Importancia local del puente
El usuario vial de la zona en cuestión conoce bien la ventaja de que exista un atajo al largo trecho carretero que se debía transitar para cruzar el río Cebollatí desde la Ruta 8 hasta La Charqueda, donde además, solo había un modesto servicio de balsa.
El puente es insumergible y tiene una extensión de 192 metros, cuenta con 9,20 metros de calzada con barreras tipo New Jersey a ambos lados, con una ciclovía de 1,5 metros de ancho sobre un lado para el pasaje peatonal y un ducto para servicios sobre el otro. Lo sostienen ocho pilotes en las cabeceras de 25 metros y 14 en el agua de 50 metros, que soportan 32 vigas aéreas. Se conformaron 8 kilómetros de accesos pavimentados en ambas localidades ribereñas.
Hoy, toda un área de influencia del noreste y norte de Rocha tendrá pasaje seguro todo el año hacia el departamento de Treinta y Tres y vecinos, ya que este nuevo puente une la ruta 15 en Rocha con las rutas 91 y 17 en T. y Tres, hasta Vergara, Rincón y Río Branco, uniendo una zona arrocera por excelencia y que también se aprovechará en los rubros agrícola, ganadero y forestal, facilitando los traslados entre predios, plantas industriales y molinos.
El turismo será otro gran beneficiado con esta obra, ya que ahora toda una población de municipios vecinos de Brasil podrá llegar a las playas de Rocha sin necesidad de recorrer excesivas distancias, sino que lo harán en forma mucho más directa a través del puente.
Es que en el interior las obras de infraestructura se suelen esperar más tiempo que lo habitual, y el habitante del lugar lo advierte, y por eso quizás, sabe que un día llegan y así desarrolla una paciencia envidiable.
La zona se beneficiará por este importante nexo de comunicación vial carretero, que a la vez acerca las áreas de producción a las salidas al exterior. Así se dinamizará el comercio exterior con Brasil, nuestro vecino y socio natural de bienes y servicios.
Expectativa
Con esta nueva obra inaugurada en el este del país, se afirma la voluntad política de avanzar en obras de infraestructura y desarrollo para impulsar una zona del Uruguay que necesita de inversiones locales y extranjeras para potenciar sus riquezas naturales, mejoradas con alta tecnología, y desarrolladas con la unión de esfuerzos entre actores públicos y particulares para crear un flujo comercial de intercambio entre ambas naciones fronterizas.
Es un mandato que nos viene del pasado y que en el mundo actual se hace imperativo a la hora de aprovechar economías de escala y mantener a prudencial distancia a los gigantes de otras zonas de influencia global.
Latinoamérica tiene su riqueza natural y su capacidad creativa para no relegarse a seguir siendo el granero del mundo. Las tratativas con la Unión Europea deben continuar y los organismos competentes deben unir filas y plantarse con fuerza y no con debilidad o grietas ideológicas.
Inaugurar un puente es el mejor ejemplo.
*Ingeniero Agrónomo – Delegado de Uruguay en la Comisión Mixta Uruguayo – Brasileña para el Desarrollo de la Cuenca de la Laguna Merín e Integrante de la Agenda de Trabajo Binacional Fronteriza Uruguay – Brasil.
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