El doctor en Relaciones Internacionales Ignacio Bartesaghi mostró su preocupación por el acercamiento de Uruguay a los Brics (organización que tiene entre otros a Brasil, Rusia, India, China e Irán). En diálogo con La Mañana también analizó las medidas económicas en materia de aranceles anunciadas por el presidente Donald Trump.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias para Uruguay ante la aplicación de aranceles recíprocos, que el presidente Donald Trump anunció que se aplicarán por parte de Estados Unidos desde el 2 de abril?
Creo que hay que ver si lo hace extensivo a todos los países o no. La estrategia que Trump ha seguido es primero enfrentarse a sus principales socios comerciales, Canadá, México, China y probablemente ahora venga la Unión Europea. También ya aplicó aranceles al acero y aluminio para todos los países que le exportan a Estados Unidos. Ahora lo que está diciendo es “a todos los países que me cobran aranceles, yo les voy a cobrar lo mismo”. Pero hay que ver si lo hace extensivo a todos los países o solo con aquellos con los cuales tienen una balanza deficitaria. En ese sentido es donde no sabemos qué puede ocurrir.
También Trump anuncia cosas que después cambia al día siguiente. Igualmente, hay que estar muy atentos, ya que nuestro país puede entrar en alguna medida general. Nadie está imaginando que Trump aplique a Uruguay medidas como las que lleva adelante con México, Canadá o China. Una cosa es la agenda que tiene con Canadá o México, especialmente por el tema de las drogas y otra cosa muy distinta es Uruguay, con quien no hay una agenda complicada.
¿Como está Uruguay en relación con la balanza comercial con Estados Unidos?
Hay algunas diferencias dependiendo de la base de datos que se utilice. De acuerdo con Estados Unidos, la balanza comercial con Uruguay no es deficitaria en bienes, entonces, no estaríamos en una situación negativa desde ese punto de vista. Al no tener un desequilibrio comercial ni una disputa por agendas bilaterales no habría problemas. Esto si no se politiza la política exterior y empezamos a tener expresiones contra Trump y sus medidas.
Días atrás Trump mencionó a Brasil en un grupo de países a los cuales pensaba aplicar aranceles recíprocos para mejorar la balanza comercial. ¿De qué manera termina afectando esto a Uruguay, considerando la cercanía de Lula con el gobierno de Yamandú Orsi?
El gobierno tiene que ser muy cuidadoso, muy pragmático y no entrar en el juego político de Lula contra Trump. Uruguay no está de acuerdo con la guerra comercial ni con el incumplimiento de las normas multilaterales de la Organización Mundial de Comercio y defiende el libre comercio. Pero no deberíamos entrar en una disputa bilateral por defender a Lula. Brasil tiene que defenderse solo, ya que tiene un vínculo con Estados Unidos totalmente distinto al de Uruguay. Además, entre Trump y Lula hay diferencias políticas que están en otro nivel. Hay un vínculo muy fuerte entre el presidente de Estados Unidos y el de Argentina, Javier Milei, lo cual incide en esa relación de Lula con Trump. El riesgo que tiene el presidente de Brasil es que debido a las características de su gobierno y a algunas declaraciones que ha llevado adelante, Trump esté próximo a aplicarle medidas específicas a su país. Si eso sucede Uruguay no debería entrar en ese juego, pasar lo más desapercibido posible en esta guerra comercial y evitar tener disputas directas con Trump para no generar ningún problema adicional. El perfil bajo de Uruguay en este entorno internacional tan convulsionado me parece que es lo mejor.
Trump ha mencionado que piensa imponer aranceles para todas las importaciones agrícolas. ¿Cómo eso puede terminar perjudicando a nuestro país?
De ser así, la afectación será importante. Nuestras exportaciones son agrícolas. Hoy Estados Unidos es el segundo mercado para la carne uruguaya, cubriendo gran parte la demanda que se cayó de China. Ahora, también hay un fenómeno que hay que seguir de cerca. Los países a los cuales Trump le declaró la guerra comercial le están aplicando medidas espejo. O sea, “vos me aplicás aranceles, yo te aplico aranceles”. Y parte de esos aranceles son en productos agrícolas que Estados Unidos exporta a esos países. Entonces, podría darse también, en el muy corto plazo algún redireccionamiento de exportaciones que beneficie a Uruguay. Esos países pueden terminar comprando productos de la región y no de Estados Unidos, por los que deberán pagar más impuestos y, por lo tanto, serán más caros. Eso en el corto plazo, porque en el mediano y largo plazo todo el mundo pierde con una guerra comercial. Uno imagina que Trump no va a sostener en el tiempo esta guerra comercial, que la estrategia es “voy fuerte para después negociar y conseguir cosas”. De esta manera logra objetivos de la agenda interna que él entiende que lo puso ahí como presidente. Está violando el TMEC, el acuerdo comercial entre México, Canadá y EE. UU. y disposiciones de la Organización Mundial del Comercio. Los organismos internacionales están muy debilitados y Trump utiliza esa debilidad para ir por la fuerza y negociar a partir de la fuerza.
Tomando en cuenta la nueva realidad, ¿de qué manera puede afectar ese acercamiento del gobierno actual con Lula da Silva, Gustavo Petro y Gabriel Boric?
Ese es el gran temor, esta lógica de eventualmente dejarnos llevar por movimientos de izquierda regional que terminen en declaraciones pomposas contra Trump. Hasta ahora el presidente Orsi ha estado cauto en cuanto a su relación con Javier Milei y el propio Donald Trump. Ojalá esa cautela se mantenga, pero ya hay algunas señales de cambio de posicionamiento. Porque obviamente que la decisión sobre no reconocer ni a Edmundo González ni a Maduro como presidentes de Venezuela es un cambio de posicionamiento. La eventual participación de Uruguay en la cumbre de los Brics de Río de Janeiro es otro cambio. Y quizás en el correr de las próximas semanas vemos más cambios de posicionamiento, lo cual puede llegar a generar una mayor brecha, tanto con Estados Unidos como con la Unión Europea, cuando además se está esperando la ratificación del acuerdo UE Mercosur. El Parlamento Europeo y Europa están mirando muy de cerca también para dónde va a ir Uruguay desde punto de vista político. Por eso muchos me preguntan acá en Europa hacia dónde va a ir Yamandú Orsi.
Usted está en este momento en Europa, ¿qué visión observa que hay sobre el actual gobierno y esa invitación para acercarse a los Brics?
Entiendo que le puede costar mucho al gobierno decirle que no a Lula o a una invitación de los Brics. Lo que pasa es que Uruguay debe evaluar bien con quién se saca una foto en este momento. Si me pregunta si a Europa le gusta que Uruguay se acerque a los Brics, la respuesta es no. Europa no ve con buenos ojos que Uruguay se acerque a los Brics, ya que en este momento de esa organización forman parte Rusia e Irán. Una cosa es que se discuta la incorporación de Uruguay al nuevo Banco de Desarrollo de los Brics, que es algo que tiene que ver con financiación y es un banco multilateral. Además, existe un gran error conceptual de la gente que cree que los Brics es un acuerdo comercial y no lo es. Hoy esa organización se ha transformado en un foro político con miembros que no tienen los mismos valores históricos de Uruguay. Entonces, la pregunta es si en la reunión de Río de Janeiro va a haber representaciones de Rusia e Irán y Uruguay se va a sacar una foto con ellos, en este momento de guerra en Medio Oriente y en Ucrania.
También se señala que los Brics podrían servir para afianzar las relaciones comerciales.
Eso es mentira. Hemos afianzado nuestras relaciones con China y si no lo hicimos más es porque no hemos querido. O sea, se puede perfectamente profundizar la relación con China de forma bilateral o con India, donde ni siquiera hay una estrategia planteada, sin integrar los Brics. El cuestionamiento que yo hago es por qué Uruguay entra en los Brics, y la respuesta es porque se lo piden Brasil y Lula. Eso para mí es un alineamiento a la política exterior de Brasil, que no necesariamente le conviene a Uruguay. Y no es no a los Brics por siempre, es no por este momento. Se está esperando una discusión en Europa sobre por el acuerdo Mercosur-Unión Europea. Durante dos días en Italia estuvimos reunidos en un evento de la Fundación Konrad Adenauer sobre gobernanza global y era el único invitado de América Latina. Y no es por un tema menor que invitan a Uruguay. Es por ser un país estable en política internacional, con una visión política de valores cercana a Europa. Ese país que permite el diálogo, que por más que haya cambio de gobierno hay una transición razonable. Eso lo ven con buenos ojos, pero preguntan si Uruguay va a entrar a los Brics. Tal posibilidad hace ruido tanto a Estados Unidos, como a la Unión Europea. Hay pasos pueden afectar la imagen internacional de Uruguay. El cambio con respecto a Venezuela se vio como una primera señal, aun yendo por el camino del medio. Se va a cambiar la política respecto a la discusión de la flexibilización del Mercosur y se hacen anuncios con respecto al relanzamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). La realidad es que se le hace el juego a Lula.