Nuestro país tiene la mayor esperanza de vida de la región, que se traduce en una buena calidad de vida de la sociedad uruguaya. Pero al mismo tiempo, tiene una población estancada en los 3,5 millones de habitantes.
La expectativa o esperanza de vida al nacer, como lo define la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es la “cantidad de años que un recién nacido puede esperar vivir si los patrones de mortalidad por edades imperantes en el momento de su nacimiento siguieran siendo los mismos a lo largo de toda su vida”; y junto al Ingreso Per Cápita, el Índice de Desarrollo Humano y la Tasa de Mortalidad, son los principales indicadores para medir la calidad de vida que tiene un país.
La esperanza de vida en el mundo aumentó cinco años y medio entre 2000 (66,5) y 2016 (72), informó en 2019 la Organización Mundial de Salud (OMS), pero también advirtió que la desigualdad de los ingresos y acceso a los cuidados se traduce en una vida más larga para algunos, pero mucho más corta para otros.
Pese a los progresos en los países más pobres, la OMS hizo hincapié en las diferencias significativas entre países subdesarrollados y los ya desarrollados. Por ejemplo, la gente en países de ingresos más bajos vive 18 años menos que la media de los países con rentas altas. Mientras que en algunas sociedades africanas la gente vive una media que apenas supera los 50 años, en los países más desarrollados del planeta el promedio se encuentra entre los 80 y 90 años.
El ranking mundial de esperanza de vida al nacer -con cifras hasta 2018- lo lideran dos países pequeños de Europa: Andorra (90) y San Marino (85,6). Los siguen Hong Kong (84,9), Japón (84,2), Suiza (83,8), España (83,5) e Italia con 83,4. Uruguay ocupa el puesto 47, con 77,7 años de expectativa de media al nacer, siendo el mejor rankeado de Sudamérica y con un índice alto respecto a toda América, solo superado por Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Cuba y Panamá.
Una población que envejece más, pero que no crece
A pesar de que la balanza migratoria fue positiva durante los últimos años, la tendencia negativa de las últimas décadas y el bajo índice en la tasa de natalidad no permiten que la población uruguaya crezca como la mayoría de los países. Se estima que Uruguay tiene actualmente 3,5 millones de habitantes, cifra similar a la del censo de 2011 (3.286.314) y los anteriores: 3.241.003 (2004) y 3.137.188 (1996).
Según un reciente estudio del Banco de Previsión Social elaborado por Adriana Scardino, nuestro país pasó de tener una Tasa Global de Fecundidad de 2,73 nacidos cada mil habitantes en 1950, a una de 1,9 en 2020. Mientras que la tasa de mortalidad en 1950 era de 10,52 cada mil habitantes, se estima en 9,21 para 2020.
En 1950 el 8,2 % de nuestra población era mayor de 64 años, en 2010 subió al 13,60 %, mientras para 2020 se estima que está en el 14,7 % del total de los uruguayos. Para 2050, las proyecciones indican que cada cien menores de 15 años habrá casi 119 adultos mayores de 64 años. Para ese entonces, los adultos mayores habrán crecido en Uruguay unas cuatro veces más de lo que crecerán los menores.
“La esperanza de vida en el mundo aumentó cinco años y medio entre 2000 (66,5) y 2016 (72), informó en 2019 la OMS”
El proceso de envejecimiento de la población mundial y de Uruguay
Según los estudios estadísticos de la ONU, a nivel global, la población mayor de 65 años crece a un ritmo más rápido que el resto de segmentos poblacionales. Esto representa mejores índices de desarrollo humano y calidad de vida, pero esta tendencia también implica desafíos políticos y programáticos para las próximas décadas, ya que “muchos países estarán sometidos a presiones fiscales debido a las necesidades de asistencia sanitaria, pensiones jubilatorias y protecciones sociales de este grupo de población mundial que sigue en aumento”.
En “Perspectivas de la población mundial 2019”, la ONU estima que en 2050, una de cada seis personas tendrá más de 65 años mientras que en 2019 la proporción era un cada 11. 2018 fue el primer año, en el que se registraron más personas de 65 años que niños menores de 5 años, y se proyecta que el número de personas de 80 años o más se triplicará, pasando de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050.
Uruguay y Cuba son los países latinoamericanos que, en proporción demográfica, tienen la mayor cantidad de personas con más de 65 años de edad. Los estudios estiman para nuestro país tendrá el índice más alto de envejecimiento de la región. En 2035, Uruguay tendrá más personas mayores de 65 que menores de 14.
Un estudio socio-demográfico realizado por Nicolás Brunet y Clara Márquez, en conjunto con el INE, la Facultad de Ciencias Sociales, el Instituto de Economía de la FCE, el Mides, la OPP y el Fondo de Población de las Naciones Unidas, sostiene que la estructura poblacional envejecida de Uruguay, es un proceso que el país inició a principios del siglo XX, mucho antes que sus pares latinoamericanos.
La investigación demostró, además, que Uruguay “viene experimentando un sobre envejecimiento de personas mayores de 84 años”, aumentando su peso relativo en la población año tras año. En 2017, de un total de casi medio millón de personas mayores de 65 años, el 22% tenía 85 años o más, y había más de 500 personas con más de 100 años.
Llegando a los cien años de taquito
Roberto Cristiani nació el 4 de agosto de 1920 y se mantiene de forma impecable. Se jubiló hace treinta años de su actividad como ingeniero químico, pero conserva una rutina activa y constante. Se levanta a las nueve de la mañana, se higieniza “tanto física como espiritualmente”, toma un desayuno “adecuado” y luego hace sus actividades cotidianas, como hacer compras y ejercicios físicos.
Su receta es que nunca se excedió ni con la comida, ni con la bebida, ni con el sexo, porque entiende que “no hay que obligar a trabajar de más al corazón”. También es importante “masticar bien los alimentos y nunca comer apurado”. La dieta de Cristiani se compone de muchas verduras y frutas “por sus vitaminas”.
Le gusta mirar fútbol y estar con la familia. Tiene 5 nietos y 4 bisnietos. “Lolito”, como le dicen, llama por teléfono todas las tardes a su nieto Juan Cristiani (productor musical de la SAE New York / # 1 Billboard 2017) para hablar sobre sus proyectos, de partidos de fútbol europeo y de su querido Club Nacional Football.
Roberto hizo deporte desde los cinco años en la Plaza de Deportes n° 5 de la Unión y tuvo como profesor, durante antes años, a Alberto Suppici, el entrenador de la selección uruguaya de fútbol campeona del mundial de 1930 en Montevideo. Cristiani recuerda a su primer profesor de gimnasia como “el rey de la disciplina”.
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