La historia de los ciudadanos uruguayos que se trasladan a votar, son variadas y cada una es una historia de vida, frustraciones, sueños y esperanza diferentes.
Lorena Volonté viajó este domingo a votar como parte de un numeroso grupo de uruguayos que se trasladó desde Argentina con esa finalidad.
“Es un grupo que está muy motivado, venimos con mucho entusiasmo y esperando buenos resultados y deseando que sea un día que todo Uruguay se vista de celeste”, comentó a La Mañana Lorena Volonté, hija del exembajador Alberto Volonté
Lorena se definió como “ciudadana del Río de la Plata”, viviendo “diez años en Argentina, volví diez años a Uruguay, ahora nuevamente en Argentina. Marido argentino, hijos argentinos y el corazón muy puesto en ambos lados y cruzando mucho el charco” porque “mi corazón está en Montevideo, en Uruguay, con mi familia, mis amigos”, y Argentina que “siempre nos recibe con los brazos abiertos”, comentó.
Respecto a su padre Alberto, que además haber sido embajador en Argentina es un referente político nacional con mucha actividad de intelectualidad política, fino observador de la realidad nacional, dijo que “es un motivador y un optimista nato, del que todos sus hijos hemos adquirido algo de eso”. Él vive el proceso de la democracia y la elección “con gran pasión y gran amor, cosa que también nos transmitió a todos, ese amor por la política y el Partido Nacional al que pertenece, aunque ninguno salió muy político”. Hoy, esa pasión “la vivimos todos con mucha intensidad y en familia”.
Finalmente, Lorena Volonté comento que con la coalición “la gente se viste con los colores de la bandera Nacional, más allá de los partidos políticos a los que pertenezca. La juventud lo vive de esa manera y es lo que hay que transmitir. Soy una fan total de que se gobierne entre todos y para todos”.
Lilian se fue durante la época de la dictadura. Dijo que “fue duro” entonces, y ahora con la perspectiva del tiempo “es peor” porque no pudo disfrutar de momentos de familia y amigos.
La Mañana trató de reflejar esa heterogeneidad de quienes hacen el esfuerzo por lograr que Uruguay llegue a ser el país que todos queremos. Uno de los testimonios es el de Lilián Alcoba es jubilada, hija de un militante colorado, expulsada por la dictadura militar (1973-1985), que encontró refugio en Argentina.
Contó que fue despedida de su trabajo en los años de la dictadura, lo que la obligó a buscar rehacer su vida laboral en tierras argentina. En ese momento “pensaba irme a Australia con mi hermano, pero antes de que el cónsul les diera el okey lo hizo el de Buenos Aires para ir a trabajar, que en ese momento había muchísimo trabajo”; luego llegó la posibilidad de ir a Australia, pero “no me animé porque extrañaba horrores. Vivir en Argentina, a pesar de la distancia y de ser otro país, le permitió visitar a su familia “cada tres o cuatro meses”.
“Fue duro, y ahora que lo pienso, que soy grande, es peor porque me perdí toda la familia, las amistades, pero bueno, la vida es así”, agregó.
Sobre aquellos años en una sociedad dividida y con un Uruguay de mucha violencia política, Lilian dijo que recogió una fea experiencia: “Yo trabajaba en 18 de Julio y Arenal Grande, y debía cerrar la persiana a cada rato porque venían los militares a caballo, tirando gases lacrimógenos”, y luego “iba a mi casa con los ojos totalmente destruidos e hinchados; al otro día tenía que volver a trabajar”, además de que había “incertidumbre” sobre lo que podía pasar.
Recordó que un día “estaba en la plaza de los Treinta y Tres, iba a comprar unos sándwiches a (la confitería) Carreras y llegaron los militares a caballo, tuve que salir corriendo, me caí, vi como le pegaban a todo el mundo, pero puede irme a mi casa”.
En aquella época la militancia política de Lilian era en el Partido Colorado, “con mi papá que era batllista”, precisó, “pero desde hace varios años voto al Partido Nacional”.
Sobre el Gobierno que está por terminar, dijo: “Me parece buenísimo, y tengo referencia de gente que vive en Uruguay y que está en franca posibilidad de subir de estatus, de estar bien. Las personas que trabajan están bien”.
“Pero también están los que realmente necesitan ser ayudados”; sin embargo “hay personas, que he visto cuando vengo a Uruguay, que van a buscar comida en un táper” a instituciones de ayuda social, pero “después están con sus cervezas, vinos o cigarros. Eso hay que reverlo porque hay que ayudar a la gente que realmente lo necesita”, reflexionó.
En cuanto a lo que espera de las elecciones, dijo que “hay mucha posibilidad de que ganemos” y estoy “muy entusiasmada porque creo que realmente va a ser así”.
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