Si la crisis se superó con rapidez fue gracias al diálogo y la participación de todos los sectores de la sociedad, destacaron los panelistas.
El domingo 31 de julio, fecha del cumpleaños del exministro de Economía Alejandro Atchugarry, se llevó a cabo, en el hotel Hampton by Hilton una nueva instancia de “Reflexiones Canarias”, evento organizado por la Intendencia de Canelones. Bajo la consigna “A 20 años de la crisis de 2002, ¿qué aprendimos los uruguayos?” participaron los intendentes de Canelones y Durazno, Yamandú Orsi y Carmelo Vidalín, el exprosecretario de Presidencia Leonardo Costa, y el expresidente de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU) Eduardo Fernández.
La jornada comenzó con un reconocimiento a Atchugarry nacido el 31 de julio de 1952 y fallecido el 19 de febrero de 2017, por el papel desempeñado en durante la crisis de 2002 al frente del Ministerio de Economía.
“Desde la Intendencia de Canelones queremos homenajear a un vecino de la Ciudad de la Costa que hoy cumpliría años, Alejandro Atchugarry”, dijo la presentadora.
“Colorado convencido, evidencia concreta de que la política siempre termina resolviendo, porfiado en la justeza de sus ideas pero dispuesto a modificarla si lo convencieran con argumentos, porfiado buscador de consensos, ese era ‘el flaco’, dicen los que lo conocían del mundo político, empresarial y sindical”.
Atchugarry asumió la titularidad de Economía en julio de 2002 suplantando a Alberto Bensión cuando la crisis ya se había desatado, permaneció en el cargo el tiempo necesario para lograr los consensos y acuerdos imprescindibles que evitaran el hundimiento del país y volvió al Senado en agosto del año siguiente. Un año lo convirtió en el uno de los mejores ministros de Economía que ha tenido el país. En 2005 se retiró de la política activa.
El sistema financiero como un asunto de Estado
El disparador de la temática central, las dos décadas de la crisis de 2002, fue planteado por la moderadora, la periodista Carina Novarese, bajo la interrogante de qué pasaría hoy si nos viéramos inmersos en una crisis de esa naturaleza.
Eduardo Fernández dijo que “hoy seguramente pasaría lo mismo” que hace 20 años, “en el sentido de que a pesar de que nos critiquemos tenemos cultura cívica. Seguramente porque somos un país muy chico, por la historia, o porque la dictadura nos enseñó que tenemos que estar juntos cuando las cosas son muy difíciles”.
Destacó que “lo más importante” de la salida fue que “los protagonistas fundamentales estaban en posiciones bien distintas, por un lado el Gobierno y por otro el movimiento sindical. Los trabajadores fueron los primeros en ver estos temas cuando los bancos empezaron a caer. AEBU estaba totalmente en contra de la política que llevaba el Gobierno en materia financiera y en 1999 se presentó a todos los partidos políticos un documento que definía el sistema financiero como un asunto de Estado. AEBU había profundizado el estudio de la plaza financiera y sabíamos que en algún momento reventaba”, subrayó.
Y ocurrió: “Cae Argentina y ahora se dice que Argentina arrastró a Uruguay, si, en parte, pero también por culpa de tener una plaza financiera que no estaba controlada”.
“Por supuesto la crisis de Argentina influyó, el nerviosismo de la plaza, los capitales que eran argentinos en un alto porcentaje, todo eso generó una situación tremenda con 2.000 compañeros en la calle y los bancos cerrando. Sin embargo, lo interesante es cómo salimos” porque hoy “todos estamos de acuerdo en que salimos muy bien”, planteó el exdirigente sindical.
“Las corridas eran terribles y los empresarios iban cayendo día a día, cerraban empresas y quedaban trabajadores en la calle. El país se hundía, pero había voluntad de buscar soluciones, generar confianza en la gente y en los depositantes”.
Para entender con cabalidad la situación, agregó que “en Uruguay no ha habido muchas corridas bancarias, los historiadores dicen que empezaron en el año ‘32, pero en la del 2002 se dio algo particular: la corrida se dio también contra la banca estatal, el BROU y el Banco Hipotecario y eso era letal”.
“Hubo una red de contención social”
Costa por su parte destacó el valor de aquellos que en ese momento “buscaban consensos y se podía dialogar”, Atchugarry fue uno de ellos, pero también Líber Seregni y Jorge Larrañaga.
Esos eran momentos difíciles “en los que se necesitaba que el otro estuviera cerca”, porque “teníamos temor que nos pasara lo que estábamos viendo del otro lado del río. Era una tensión permanente, no debíamos llegar a eso”.
“Hicimos una reunión en Suarez no para que estuviéramos de acuerdo sino ver cómo íbamos a hacer la divergencia y creo que llegamos a puntos de acuerdo. Ahí Seregni tuvo un rol importante porque desde el Instituto 1815 él había hecho una serie de eventos buscando políticas de Estado y eso ayuda, sobre todo ayudaron al contacto personal, el poder agarrar el teléfono y no tirar al otro una pedrada por Twitter que es lo que estamos viendo hoy”.
Contó su recuerdo del dirigente histórico de AEBU, Juan José (Juanjo) Ramos, fallecido en 2007: “Fue otro imprescindible en ese momento. Antes de la crisis Ramos me caía mal, pero después de conocerlo me cayó muy bien y hasta logramos un montón de acuerdos. Hay que entender que en lo público hay que mantener las posiciones políticas pero nunca con la piedra tan tirada como para que no pueda volver”.
“Se podía dialogar y de eso hay que rescatar no cómo estar de acuerdo sino cómo civilizadamente estar en desacuerdo”, reflexionó.
Más adelante, el exprosecretario de Presidencia destacó la unidad que se conformó a pesar de las diferencias políticas, y en ese sentido recordó “la famosa marcha del PIT-CNT a Punta del Este” en el verano de 2002. Sin embargo los sindicatos “jugaron un papel importantísimo, también las iglesias, las intendencias; hubo una red de contención social que si no hubieran existido quizá hubiera pasado como en otros países” dijo en alusión a Argentina.
La Concertación para el crecimiento
En ese marco cabe recordar que diversos sectores de la sociedad conformaron la Concertación para el crecimiento que tuvo como finalidad aunar esfuerzos para salir de la crisis en clave democrática.
En ese sentido Fernández comentó que en 2002 “no se pensaba que se estuviera haciendo política de Estado, solo estábamos buscando soluciones” y fue en esa búsqueda que (Hugo) Manini (entonces presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz – ACA) nos dijo para hablar con el presidente de la Federación Rural que también se fue integrando”.
“La Federación Rural estaba con el sindicato bancario AEBU que integra el PIT-CNT, eso no era cualquier cosa”, interpretó, porque “las políticas de Estado se hacen con todos los partidos políticos y con las organizaciones sociales también, con los empresarios, los trabajadores. Hay que poner cabeza para todos, no para un solo lado”.
Vidalín: El proyecto sobre usura debe ser política de Estado
Ante la pregunta de la moderadora si en Uruguay cuesta desarrollar políticas de Estado, Vidalín dijo que aunque no sean visibles las hay, y mencionó dos temas que “son asunto de Estado”, uno el de la seguridad social y otro el proyecto de ley sobre la usura que planteó el senador Guido Manini Ríos.
Sobre éste último dijo que es un asunto “que debemos tener en cuenta y que debe formar parte de las políticas de Estado porque no es un tema menor, es el tema de la usura”.
“En esta sociedad donde todo es inmediatez también hay un gran afán materialista, todos queremos tener lo que vemos, aún lo que no podemos tener y eso nos va metiendo en un círculo, y cuando queremos acordar estamos hasta el cuello, nos enferma el bolsillo, el bolsillo nos enferma el organismo y el organismo nos enferma la mente”, concluyó.
Orsi: La importancia de generar gestos
El intendente Yamandú Orsi, anfitrión y organizador del evento, hizo énfasis en la importancia de generar “gestos” y ante situaciones de crisis como la de 2002 o la pandemia que fueron de naturaleza distinta. Frente a ellas el rol de la oposición era “hacer una hoguera o conversar”.
En momentos difíciles, cuando el ciudadano ve esos gestos de diálogo “recibe una buena señal, un gesto de ‘conversemos’. Eso pasó y uno aprende de esas experiencias que te cuentan, los veteranos suelen tirarnos esos mensajes”.
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